Capítulo 13

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Glimmer y Bow se miraron algo nerviosos....muy nerviosos en realidad.

Ambos amigos se encontraban frente a la puerta de los aposentos de la reina Angella.

Sabían que la mayor había dicho que hablarían de lo sucedido cuando el sol saliera, pero los jóvenes sentían que una explicación para todo esto no podía esperar a que a la mente de la reina se le ocurriera algo más retorcido de lo que en verdad era.

La princesa tomó la manija de la puerta entre sus dedos y suspiró con pesadez. Miró de nueva cuenta al arquero y este le regaló una sonrisa nerviosa para intentar apoyar a su amiga.

Glimmer tragó seco y abrió la puerta -¿Mamá, podemos habl...?- Las palabras se quedaron en el aire al darse cuenta de que la habitación estaba vacía.

-Eeeeem...Tal vez está en el salón del trono..o con Castapella- Sugirió Bow

La menor agarró la muñeca del moreno y, sin avisar, los teletransportó a la sala del trono, donde solo encontraron a dos guardias.

-¿Necesita algo su majestad?- Habló el guardia de menor estatura para la princesa mientras que él y su compañero se inclinaban frente a la pelirrosa ignorando olímpicamente al joven arquero.

-¿Saben dónde está mi mad...la reina Angella?- Preguntó con impaciencia, corrigiéndose a si misma.

El guardia de menor tamaño volvió a tomar la palabra -No, lo lamento su maj...- El otro guardia le interrumpió.

-La vi dirigirse a la sala de guerra junto con la reina Castapella- El guardia menor fulminó con la mirada a su compañero por dejarle en evidencia de esa manera.

-Genial, gracias- Dijo Glimmer apresurada para desaparecer en una nube brillante junto a Bow.

Los guardias se miraron, el mayor sonrió con burla y altanería mientras que el menor quería lanzarse al cuello de su compañero.

[...]

Adora salía del baño con el paño rehumedecido en sus manos, miró fijamente a Catra mientras caminaba de vuelta hacia la cama.

La felina dormía, su fiebre había bajado, pero la rubia no quería arriesgarse.

Se sentó en el colchón junto a la morena y volvió a poner la tela mojada en la frente de esta.

Catra se removió al contacto frío y abrió los ojos poco a poco, parpadeó un par de veces y su mirada bicolor se acabó encontrando con la celeste de la rubia -Hey- Saludó, con la voz ronca algo adormecida por su reciente despertar.

-Hola- La mayor devolvió el saludo y le sonrió con dulzura -¿Te encuentras mejor?- Preguntó, llevando su mano hasta la de la castaña, entrelazando sus dedos con los de esta y dando un leve apretón.

-Bueno....- Correspondió al apretón de la rubia -Ya no me duele la cabeza y no tuve pesadillas, así que creo que eso es bueno- Contestó con una pequeña sonrisa asomando por la comisura de sus labios. Antes de que Adora pudiera seguir hablando, la sonrisa de Catra se llenó de malicia en un gesto que la rubia conocía muy bien. -Al menos mejor que tú con esa fea cara- Bromeó y enseguida comenzó a reír frente a la reacción de la ojiazul, quien la miró fulminante y con el ceño fruncido para después sacarle la lengua en un gesto infantil, pero su seriedad no duró mucho ya que se echó a reír incontrolablemente sin poder evitarlo.

[...]

Angella terminó de secar sus lágrimas con el pañuelo que su cuñada le había dado, esa conversación le dolía tanto que le quebraba el alma.

Alguien tocó a la puerta desde el exterior de la habitación, llamando la atención de las dos monarcas.

Ambas mujeres cruzaron una mirada fugaz, ninguna de las dos sabía quién podía ser.

La reina Angella carraspeó la garganta para que su voz no saliera ronca -Adelante- Dijo un poco dudosa.

La puerta se abrió y dejó ver a la curandera que había atendido a Catra. -Buenas noches- Habló al entrar en la sala -Disculpe mi interrupción, pero me gustaría hablar con vos sobre...la joven hordiana- Dijo con su tono dulce de voz.

Cuando la tuvieron delante, Angella y Castapella se percataron de un par de papeles que la mujer sostenía con delicadeza.

-Claro- Contestó la reina de Luna Brillante indicándole la silla frente a ella y su cuñada.

Susete se sentó en el lugar bajo la atenta y ansiosa mirada de ambas monarcas.

-Se que dije que solo necesitaba descansar,..- Comenzó -..pero me gustaría hacerle algunas pruebas, si es posible.- Las reinas no eran capaces de descifrar la mirada de la mujer, era una especie de preocupación, pero no lo era.

-¿Tan grave es?- Cuestionó Castapella alzando una ceja.

-No estoy del todo segura, lo más probable es que tenga una pequeña infección ya que esas heridas hubieran necesitado puntos en su momento, por eso quiero hacer las pruebas- Explicó mirando los papeles que ahora estaba sobre la mese de reuniones. La reina de Mystacord estaba a punto de abrir la boca, pero la mujer mayor la cortó hablando un poco titubeante al inicio de sus palabras. -También,...dependiendo de su estado en la mañana, sería mejor trasladarla a la enfermería para monitorearla- Al finalizar cogió los papeles y, con el borde inferior de estos, dió unos golpecitos en la mesa para colocarlos.

Las reinas se miraron un tanto preocupadas -¿En verdad es necesario?- Interrogó la de apariencia angelical.

-Como ya dije, eso depende de su estado- Contestó con simpleza.

-¿Por qué no dijo nada antes?- Cuestionó Angella.

-Solo no quería asustar a los chicos, se les veía bastante nerviosos- Se excusó

[...]

Bow y Glimmer vieron la puerta de la Sala de Guerra abrirse y decidieron esconderse, observar la escena.

Se sorprendieron al ver a la curandera salir de la habitación, seguida de las reinas Castapella y Angella.

La mujer mayor avanzó por el pasillo en dirección contraria a la ubicación de la princesa y el arquero.

Ambas monarcas se quedaron paradas frente a la puerta, parecían estar hablando, pero los jóvenes estaban demasiado lejos para poder oír la conversación.

Castapella puso una mano en el hombro de Angella por unos segundo, le dijo algo y después se retiró, siguiendo por el mismo camino la mujer mayor.

La reina de Luna Brillante se quedó quieta en su lugar por unos segundos más, suspiró y comenzó a caminar por el pasillo en dirección a los jóvenes.

La princesa los teletransportó a ella y a su amigo fuera del corredor cuando su madre se acercó para evitar ser atrapados.

Reaparecieron cuando la reina se había alejado lo suficiente como para no verlos.

-Glim- Llamó el moreno -Creo que tal vez sea mejor esperar a maña...- Sus palabras se cortaron por la mano que la pelirrosa puso en su boca para callarlo.

-Voy a hablar con ella, no me importa que me lo impida- Aseguró con determinación para después avanzar por el pasillo siguiendo el trayecto de su madre, con el arquero a su lado.

Para cuando volvieron a alcanzarla, la reina Angella se encontraba en mitad de un pasillo, mirando un mural,..el mural del rey Micah.

-Se que no debo tener muchas esperanzas, pero ojalá Castapella tenga razón- Esta vez estaban lo suficientemente cerca para oírla hablar con el aire.

La voz llena de melancolía de su madre inundó el corazón de Glimmer, rodeó el brazo del arquero en un abrazo y los teletransportó a su habitación.






Y hasta aquí el capítulo, espero que les haya gustado y no olviden votar.
<3.





































ฅ^•ﻌ•^ฅ

Celdas y Catilea (She-ra fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora