Cerezos

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Los años pasaban y la bolsa de huesos crecía rápido, inundando el castillo con su dulce olor a cerezo por doquier, si bien, Hyunwoo permanecía frío, indiferente y hasta rudo con el niño, no podía evitar disfrutar de ese dulce aroma, sus pensamientos no paraban de decirle lo ridiculos que eran, el terrorífico castillo Maldito oliendo a dulces cerezos, su Primer General llevando la cara pintarrajeada para entretener a un mocoso de cinco años y su General de Defensa vestido de conejito para jugar al zoológico con ese mismo cachorro, los hacía como quería, el único que se salvaba un poco de sus caprichos era Hyungwon que era un poco más estricto y llevaba a su cargo la educación del niño, nadie se lo había impuesto pero al parecer era algo que le gustaba hacer, por otro lado hasta Chankyun había caído rendido a sus pies, pues jamás olvidaría la noche que lo sorprendió leyéndole un cuento para dormir, se  vieron a los ojos y no dijeron nada, pero el color carmesí de las mejillas de Chankyun había dejado claro que el vampiro no estaba listo para afrontar sus actos.

Por último Hyunwoo, desde aquella noche de llanto llegaba al castillo y lo primero que hacía era ir a dejar su camisa bajo la almohada del cachorro, así cada noche la bolsa de babas dormía plácidamente.
Aunque seguía preguntando si los demás no olían el fuerte y dulce olor a cerezos los demás lo negaban, diciendo que si, él cachorrito olía a cerezos pero muy sutil, en cambio para él era embriagador, podía percibir su olor a kilómetros.


Una noche de rebeldía Hyugwon gritaba como histérico pues el cachorro disfrutaba de trepar por la paredes y ventanas, en esta ocasión la ventana de la Torre más alta del castillo era el columpio elegido por el cachorro para practicar sus saltos.

Cuando Hyungwon bajaba con él llorando y gritando por las nalgadas recibidas se toparon con el Alfa, llegaba de un altercado con unos rebeldes, cubierto en sangre ajena y polvo gruñó para que se quitaran de su camino.

Tanto el Omega como el cachorro se hicieron  a un lado en las escaleras en silencio sin despegar un ojo del Alfa.

Vámonos Ki, todavía debes recoger todos los juguetes que tienes tirados en el salón. - Cuando el niño escuchó a donde lo llevaban corrió con todas sus fuerzas para alcanzar a Nunu, como le decía desde que aprendió a balbucear por que no podía pronunciar Hyunwoo.

Hyungwon con cara de horror corrió tras él para  atraparlo pero solo pudo quedarse paralizado para observar como el Alfa cerraba la puerta de su habitación con el cachorro sujetado de su mano y una sonrisa malévola en el rostro.
Sabía que Hyungwon nunca se atrevería a entrar, sabía que eso rompería el pacto silencioso que tenían, Hyunwoo no se metería con él si Hyungwon no le daba motivos y entrar en sus aposentos definitivamente era darle un motivo.

Hyungwon trato de llamar a Juno, pero esta había salido a campo abierto a recolectar hierbas medicinales, su segunda opción era Jooheon pero había salido a encargarse de una diligencia del Alfa, por último tenía a Minhyuk quien temblaba como una hoja cuando se topaba con el Alfa.

Era él o el, definitivamente Wonho no era una opción, por nada del mundo lo pondría en peligro y sabía que la relacion del Alfa con Wonho era sostenida solo por un delgado hilo que podía romperse con el más mínimo viento. No, Wonho no era una opción, primero se arriesgaría el mismo a dejar que Wonho se pusiera en peligro.

Desde el primer día en ese horrible y lúgubre castillo el único que le había mostrado lo que era la amabilidad, la candidez y la suavidad de un alma pura había sido ese Alfa Primer General de la Defensa, todo lo contrario a su rudo aspecto, el Alfa era uña algodón de azúcar, suave y delicado, por ello se armó del poco valor que tenía y dio dos suaves golpes a la puerta del Alfa Muerto, sin esperar por la respuesta giró la perilla y empujó la puerta, para su sorpresa no veía a Hyunwoo por ningún lado hasta que noto que la puerta del baño estaba medió abierta y con luz, seguramente el Alfa estaba aseándose.

¡Ki! ¡Ki! Ven aquí, obedece cachorro malcriado! - Hyungwon se esforzaba por no elevar el sonido de su voz mientras trataba de alcanzar al cachorro sentado en el suelo entre cojines y armas de Hyunwoo. El pequeño niño estaba tan entreteniendo tratando de levantar una ballesta que no le prestaba la más mínima atención al Omega muerto de miedo que tenía frente a él.

Justo cuando lo levanto entre sus brazos y le tapaba la boca para que no gritara escuchó la amenazante voz detrás de él.

¿Qué haces en mi habitación Omega? - El Alfa Muerto estaba atrás de él con solo una toalla amarrada en la cintura, el agua todavía goteando de su cuerpo, con un olor a chocolate mentolado que casi podía hacer que perdiera el sentido de lo intenso que estaba soltando su aroma por toda la habitación, si su intención era noquearlo lo iba a lograr, por otra parte el cachorro en sus brazos estaba de lo más normal, masticando quien sabe qué cosa que se había encontrado en el suelo.

Yo... emmh... yo ya me iba, siento haber entrado.

No tan rápido, Omega - Dijo el Alfa en un amenazante tono bajo. - Si me necesitas, no deberías irte así. - Hyunwoo acomodo un mechón del pelo de Hyungwon, era perfectamente consciente del temor que le provocaba.

¿Eh? N-no, n-no, yo yo... solo... ya me iba, no te molestaré más Hyunwoo.

Hyungwon.

¿Si?

Recuerda que todo lo qué hay en este Castillo me pertenece y por eso te permito vivir... por que me perteneces.

Lo se, Alfa.

Te permito irte en paz, pero no puedes llevarte mis pertenecías.

No he tomado nada, Alfa. - De pronto Hyungwon sintió que el cachorro pesaba cada vez más, de pronto era consciente de que lo tenía en sus brazos y que Hyunwoo había bajado la mirada hacia Ki.

Pe-pero...

Adiós Hyungwon. - El Alfa tomaba de sus brazos a Ki, con una mano lo sostenía de la parte de la espalda de su camisetita, como si de un muñeco de trapo se tratara, pero el niño no lloraba, no se quejaba, solo mantenía una inocente risita divertido.

Me lo llevaré para que no te moleste. - Cuando quiso acercarse de nuevo, Hyungwon pudo ver un destello amenazante en los ojos del Alfa, el lobo a punto de salir a la menor provocación, sus instintos gritaban amenaza y el gruñido que el Alfa le dio se lo confirmó, por lo que no tuvo otra opción más que sentir como el hueco en su pecho se hacía más grande mientras la puerta de madera de la habitación del Alfa Muerto se cerraba frente a sus ojos dejando al cachorro adentro solo con el Alfa.

Hyunwoo sonrió divertido pero también desconcertado, divertido por que el Omega ahora mismo debía estar orinándose del miedo de solo pensar que el cachorro estaba ahí solo con él y desconcertado por que estuvo a punto de perder el control cuando vio al Omega queriendo alejar al cachorro de él, era un Alfa Líder de alta índole, un Alfa que controlaba perfectamente sus instintos, cambiaba a voluntad sin ningún problema, pero hoy su lobo estuvo a punto de saltar solo para mantener al cachorro consigo, era algo que nunca le había pasado, claro que cuando su lobo se presentó cuando era más joven y no tenía el autocontrol que tenía hoy, había pasado por eso, su lobo saltaba ante cualquier amenaza, pero Hyungwon no era una amenaza, ni para él ni para el cachorro, decidió dejar de pensar en eso y prepararse para dormir... si no fuera porque ahora tenía una bolsa de babas hiperactiva brincando en su cama.

Minutos más tarde su puerta volvía a ser golpeada, esta vez quien apareció fue su Primer General de Defensa, Wonho.

¡Vaya! Debe estar muy asustado si te mando a ti por el cachorro.









🐹🐻

Showki A & ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora