Se mi omega...[Katsudeku]

Capiutulo 10

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Terminada la visita de Uraraka a su amigo -quien ya tenía mejor aspecto-

Salió de la sala, miro con amenaza al alfa ojiescarlata, quien no se inmutó a pesar de la constante mirada de la peli castaña.

El alfa tomó aire, buscando las palabras para hablar con Deku sin alterarlo ni a el mismo, volvió a tomar una bocanada de aire y finalmente entró a la sala, encontrando al peliverde acostado, con los ojos cerrados, probablemente estaba descansando un poco, de seguro se sentía cansado. A su lado a encontraba una mesa con ruedas en sus patas, encima de esta estaba una bandeja con un plato con restos de comida, posiblemente la enfermera le dio algo de comida mientras el se preparaba para poder verlo.

Se acercó a la camilla en la cual posaba aquel hermoso Omega, y - al igual que la castaña- Katsuki sintió escalofríos recorrer toda su espalda, a pesar de ver siempre a Deku en el hospital por su imprudencia cuando se trataba de cuidarse a el mismo.

Tomó asiento en una silla que se encontraba al lado de la camilla, pero no le quito los ojos de encima. Tal vez Deku no estaría en la camilla si él hubiese estado más al pendiente de él, tal vez debió de tomarle más importancia cuando descubrió que el peliverde estaba tomando Inhibradores de feromonas y sobre todo después de conocer sus riesgos.

Presenció cómo es que las gemas verdes del Omega se abrían lentamente.

–¿Kacchan...? - Pregunto mientras se reincorporaba en la camilla.

– Deku...

– a-aprovechando que estas aquí...quería agradecerte por traerme.

Katsuki se quedó callado y asintió con la cabeza.

– no...-dijo finalmente– no podía dejarte ahí. – dijo casi inaudible, pero sin dudas Deku logró escuchar.

Se quedó en silencio, y el rubio tampoco dijo nada por un momento; pero definitivamente tenía que hablar.

– ¿eres idiota? – mal comienzo.

– ¿eh?

– Tenías esto en tus manos– - arrojó la bolsa con Inhibradores a los pies de la camilla; Deku trago saliva– Cuando me dijiste que los romanas no le tomé importancia, pero luego leí sobre ellos– Apretó los puños–¿tienes una maldita idea de cuáles son los efectos secundarios? – alzó la voz, justo lo que no quería, se le estaba olvidando aquello de estar tranquilo– Eres un completo imbécil por tomar tantos, idiota.

Izuku se quedó temblando, pero no de miedo.

–¿y qué? – una sonrisa adorno su rostro, pero no una dulce, era una desconocida que no le daba ningún lindo sentimiento, al contrario, lo asustaba un poco. – son perfectas para mí, yo quiero renunciar a mi omega- le responde.

– que...

– ya te lo había dicho. – un silencio– Aun soy muy joven, por lo que no puedo hacerlo– rápidamente rompió el hielo– Pero cuando cumpla la mayoría de edad me harán una cirugía... a-al igual que las mascotas seré castrado.

– ¿¡Que mierda!? ¿¡POR QUE LLEGAR A ESE PUNTO !?-volvió a alzar la voz.

– Kacchan... No quiero quedar embarazado...Yo...No podría, no quiero depender de ningún Alfa, todo se me vino abajo cuando descubrí que no tenía quirk, era inservible, y luego mi género secundario era omega, todo fue de mal en peor– volvió a quedarse callado, Katsuki no se molestó en decir nada, no sabía que decir.