— Ryuu —llamaba por enésima vez a la puerta una muchacha de largos cabellos negros, colocándose un prendedor de mariposa para sostenerlos. Dentro de la habitación, un chico lidiaba con un pequeño problema de la edad: tener diferencias personales. Antes se hubiera llevado a la escuela sus sombras negras, pero ahora que rechazó a otra chica que se enteró que su relación con su ex novia era como si todo su día se volviera una pasada.
— Gin, no quiero ir a clases hoy.
— ¿¡Eh!? ¡De eso ni hablar, Ryuunosuke! ¡Y vístete de una vez!
— ¡Estoy cansado! Demasiada estupidez humana, no puedo con esto.
— ¿Estupidez humana? ¿Sigues hablando con ese chico raro en la escuela?
— Se llama Dazai, Gin, es un maestro de la sabiduría.
— ¿Sabiduría? El individuo en cuestión tiene historial criminal, literalmente, por robar una tienda de convivencia. ¿Además no tenía de novio a ese chico que se peleó con todo el equipo de basquetbol?
— Chuuya sólo quería que dejaran de llamarlo enano. Es la estupidez humana.
— Vístete, no lo voy a repetir. ¡Tienes 5 minutos!
Mientras estos hermanos se alistaban, peleaban un tiempo como cada mañana, en otro lado encontrábamos a un albino dando vueltas y vueltas con una sábana rosa pegada al cuerpo, su sueño era inquebrantable pues más allá de ese sonrojo lindo y ronquidos bajitos, el muchacho estaba en plena ilusión adolescente.
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— A-Akutagawa... por favor, ya no puedo más —decía un Atsushi atado de manos, con la cadera levantada y la mejilla contra la colcha. Akutagawa se estaba preparando rozando con su intimidad las nalgas de Atsushi, dejando rastros de líquido preseminal pegados en su piel. Era demasiado erótico ver al menor de esa manera, entregándole todo a ciegas.
— Tranquilo —. Es demasiado vistosa la manera en la que el otro podía hacerle ver que quería demasiado restregarse esa verga en la cara. Empezaba a darse cuenta que quizás se estaba enamorando, enamorando de algo que solo vivía en sus mentes.
— Akutagawa... hazme un hijo —murmura hasta que siente la penetración de forma brusca, pausadamente brusca, violento. Akutagawa sabe lo hace, dándole lento y suave pero tan fuerte que Atsushi impedía que dejara su interior.
— Eso es imposible. Pero vaya que es adictivo.
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"¡Ring, ring, ring!"
— ¡AHHHHHHHH!
Atsushi acaba en el suelo, a cuatro patas, y desafortunadamente no hay ningún Akutagawa Ryuunosuke llenándolo por detrás suyo pues todo el sueño que vivió, como si fuera su debut en una escena de adultos, era una ilusión. Una simple y sencilla ilusión. No fue tarde para él levantarse sobre sus rodillas para apreciar que ya era tarde, debía comenzar a moverse si no quería otro retardo. Además si se movía rápido podría volver a tomar el lugar junto a: muchacho sin cejas altamente atractivo. Ese hombre desprendía testosterona desde su grave tono hasta el piercing en la ceja que se escondía de vez en vez.
Tarde no sería si corría ahora.
~✨~
— Atsushi —llamó Lucy, desde el otro extremo de la cafetería, en un pequeño patio de césped recién rociado. Junto a ella estaba un chico de cabellos castaños, parecía aburrido leyendo un enorme libro, de tapa dura. Las clases iniciaron sin ningún problema, pero se la pasó de lo más aburrido pues Akutagawa no había llegado a la primera hora, ni a la segunda, ni a la tercera.
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Flaco, alto, desnalgado...
Fanfiction"Bueno, había qué confirmar ¿no?" Shin Soukoku 🖤🤍