Flaco, alto, desnalgado...

8. ¿Pero sabes lo que más me enoja?

Akutagawa, por primera vez, creía que el corazón se le saldría del pecho, por diversas razones, la principal era ni más ni menos que Atsushi en la casa de Tanizaki. Ni siquiera iba manejando, de eso se encargaba Tetcho, pero definitivamente sentía que algo le iba a suceder por respirar el mismo ambiente que Atsushi.

Mira, la cosa no era del otro mundo: iría, tomaría un poco y dejaría que todo avance a su manera, poco a poco. Así es, sin apresurar nada. Tetcho se estacionó frente a la casa de Tanizaki, haciendo que Tachihara se baje casi corriendo a pesar de que el carro seguía en movimiento. Con pasos rápidos tocó la puerta unas veces haciendo sonar la bolsa de súper que traía en la mano. Akutagawa y Tetcho llegaron con él cuando Chuuya les abrió, más sonrojado que de costumbre.

— ¿Estás ebrio? —cuestiono Tachihara riendo.

— ¿Istis ibrio? — repitió con burla. — No seas idiota, claro que lo estoy. Pasen.

Cerraron la puerta tras ellos, a lo que Tachihara respondió dejando la compra en la sala yendo con rapidez al cuarto de Tanizaki; cuando subió al abrir la puerta se encontró con Tanizaki abrazado de Atsushi, completamente ebrios. Saigiku les tomaba fotos directo a su estado de Instagram riendo con la cabeza algo nublada, pues también se vio envuelto en la tomadera. Tachihara arqueó una ceja, Akutagawa estaba abajo así que aprovechó para acercarse.

— Hey, Atsushi —llama. Los dos le miran extrañados. — Akutagawa me dijo que tenía ganas de verte —le dice, evidentemente es una mentira pequeña. Atsushi en seguida abre los ojos y corre al baño, donde escuchaba la voz de una mujer hablar. Más bien, gritar.

— Tachihara —dice Tanizaki, mirándole. Saigiku no tarda en abandonar el lugar pues deduce que Tetcho también llegó.

— Hey, ¿cómo estás? —pregunta, metiendo sus manos en los bolsillos. — Vine porque... me dijiste.

— Sí... no esperaba que vinieras —dice, mirando a otro lado. — Últimamente hay muchos rumores en la escuela.

— ¿Por lo de Bram? Escucha, no quería meterte en problemas —. Tachihara se sienta junto a Tanizaki, le bombea el corazón con taquicardia seguramente, pero tenerlo cerca suyo era algo emocionante. Y lindo. — Pero creo que se lo merecía.

— Todos dicen eso. Yo tuve el problema por acostarme con él.

— ¿S-Se acostaron? —. Demonios, Tachihara, pareces niño, pensó. El pelirrojo más alto se rascó la cabeza, aquello no le agradaba del todo ¿cómo esconder sus celos? Tanizaki voltea su cabeza, acostándola en sus rodillas mirando directo a los ojos de Michizou.

— Unas cuantas veces. Éramos novios ¿no recuerdas? —Tachihara asintió. — Es normal que esto suceda, nunca me di a respetar.

— Tanizaki, tú no tienes qué darte a respetar. Los demás deben respetarte.

— ¿Y esas reglas quién las hizo? Me gustaría conocer a alguien que no juzgue lo que hagan otros.

Michizou suspira, pasando su brazo alrededor del cuello de Tanizaki. Pasa su vista al frente, como si realmente estuviera debatiendo en qué hacer en estos momentos.

— A la mierda eso. No importa con cuantos te hayas acostado, o qué hayas hecho. Eso no define al Tanizaki de ahora.

— ¿Y cómo detenerlo? A todos esos que no dejan de mirarme como si nadie hubiera difundido sus fotos.

Tachihara abre los ojos. — ¿Ese fue el problema?

— ¿Por qué otra razón crees que mi padre abandonaría la idea de meterme con Bram?

— Creí que... no lo sé, algo distinto. ¿Siguen...?

— No, mi padre contrató a alguien para que se borren. Estuve expuesto hace un año, Bram no deja de reírse de eso.