¿Saben cuál es el problema de que te enamores del físico? Que al conocer a la persona, hay muchas probabilidades de que tu interés se reduzca hasta el cero. Enamorarse es lo más bello y cruel del mundo, porque cuando pensamos en lo que podríamos perder durante la relación ¿no te dan ganas de irte para atrás? Las relaciones son más difíciles de lo que nadie entendería, es como un retiro espiritual, tienes que vivirlo en carne propia para darte cuenta de lo mucho que puede significar otra persona en tu mente, en tu cuerpo y en tu vida. Por eso amar es, como diría José Ortiz: "casi todos sabemos querer, pero pocos sabemos amar".
¿Acaso has pensado en dar todo de ti por alguien más? Sufrir con dientes, uñas, piel y nervios la pérdida de su ser junto a ti, eso casi nadie lo está dispuesto a vivir; honestamente, ¿a quién le gustaría? Pero es que amar es un éxito de doble filo, donde podrías caer, lo que es gracioso, porque muchos decidimos inundarnos de caricias sutiles. El querer "puede acabar" sin marcha atrás, pero el amor, oh, el amor es solo el inicio de una ventisca de emociones. Y aún así, quizás seguiría escogiendo a esa persona antes que a nadie más, porque eso significa amar ¿estarías dispuesto a dar tu corazón por experimentarlo?
Un consejo, puedes arrepentirte, porque algún día va a doler, ¿seguirás escogiéndolo? Ama, porque amando y sufriendo sabes que estás vivo.
Atsushi Nakajima lo sabía bien, es decir, cuando se levantó ese día para ir a la escuela no recibió mensaje alguno de Akutagawa, hizo su día normal, como si nunca hubiera pasado nada de lo que hablaron una noche antes. "Akutagawa, quiero intentarlo bien contigo. Quiero algo serio". Sí, las etiquetas no son para personas, pero a cualquiera le gustaría conocer lo que es para otro, es una seguridad indirecta de que puedes amarlo con toda la intensidad sin temor a ser desplazado. Atsushi estaba decidido a algo, a que Akutagawa tome la decisión.
Pasando por los pasillos se encontró con Tanizaki y Tachihara, sus ojos viajaron a las manos de ambos que se entrelazaban con orgullo después de lo que Bram dijo de Tanizaki. Tachihara abrazó sus heridas cuando llegó a su hogar en la noche después de esa fiesta, escuchando todo lo que significan esos llantos desconsolados de un hombre herido por el romanticismo. En la entrada también pudo ver a Bram, el hombre tenía menudo rostro.
— ¿Entonces es oficial? —Tachihara negó, mostrando su agarre con el otro con emoción.
— Esperaré a que Tanizaki pueda dar ese paso, por el momento sólo somos amigos —dice Tachihara sonriendo como siempre lo ha hecho. Esa es otra manera de amar, porque no necesitas que formalicen solo por sus sentimientos. Hay personas, como Junichiro, que necesitan sanar antes de entregarse a alguien más.
Atsushi asintió, dejándolos pasar mirándolos conversar desde sus espaldas. Sabía que tenían futuro, es decir, Tanizaki era un amor y Tachihara estaba dispuesto a todo por ese pelirrojo que le traía loco desde que lo vio. No se lo pregunten a Atsushi, pero supo que este fin de semana Suehiro y Saigiku se encargaron de quemar a Bram en redes. Y que el director tenía algo que hablar con él al final de clases. Siempre eran tan interesantes, por si tenían duda de ellos ¿Saigiku? Sigue siendo una diva con problemas de dominancia, y Suehiro no estaba para dejar ir al chico, siendo fiel a lo que dijera o pidiera.
Entró al salón de clases, Lucy había empezado a peinar más su pelo rojizo, incluso llevaba máscara de pestañas, cuando le preguntó por ello dijo que solo deseaba cambiar un poco su estilo por la graduación. Pero Lucy ya poseía una soberbia belleza sin ello, se dio cuenta de las miradas que se daba con una muchacha de la clase de Sigma, una tal Louisa. Le parecía muy lindo, cuando se ponía a leer las cosas que la chica sacaba de la biblioteca. Enferma de amor, le decía de cariño. Sus ojos pasaron a Mark, que hablaba animadamente con Poe. Unos cabellos se asomaron en el aula, Ranpo llegó a abrazar con ternura al más alto, esos dos no cambiarían, demasiada azúcar.