Moon Blind ; Kookmin

10

Un pequeño Jimin se encontraba en el suelo lloriqueando con Taemin encima, uno de sus compañeros de clase con los cuales muchos solían confundir a Jeon, no era que fueran parecidos o algo así, si no que sus aromas muchas veces solían parecerse demasiado, la diferencia era que el de Jungkook era más fuerte gracias al vino, solo que en esta ocasión se le hacía raro lo fuerte que estaba el aroma de Taemin, era extraño.

Al ver lo que intentaban hacer con el Omega, sus ojos pasaron a tener un color rojo intenso y las venas de sus brazos comenzaron a sobresalir ante la fuerza que estaba ejerciendo al momento de apretar sus puños. Tomó a Taemin del cuello y le soltó un puñetazo en la mejilla haciéndolo chocar contra uno de los cubículos. Los golpes iban directamente a su rostro, el mismo que estaba impactando contra la cerámica de los inodoros formando un gran charco de sangre en el suelo.

Jimin quien aún estaba en el suelo y temblando fue levantándose con las pocas fuerzas que aún tenía, se apoyó de las paredes soltando pequeños gemidos mientras lloraba asustado. Minutos más tarde se hizo presente Sana, quién no dudo ni un segundo en ayudarlo a levantarse, llevándolo hasta las afueras del baño para consolarlo.
Ante el escándalo del baño varios superiores del instituto se metieron a los baños para separar a los Alfas, Jungkook con apenas algunos golpes y Taemin casi moribundo, el primer mencionado no tenía intenciones de detenerse y aunque estuviera sujeto por uno de los maestros el seguía pataleando en dirección a Taemin.

Jimin buscaba a Jungkook guiándose de su olfato, a pesar de que no era tan fácil reconocerlo por la tensión del momento pudo encontrarlo, en parte con ayuda de Sana.

Ambos fueron a detención. Ya que eran ambos mayores de edad ameritaba que fueran a prisión, sin embargo los padres de Taemin no quisieron tomar represalias contra Jeon por cuestiones monetarias y convenios entre ambas familias. Consiguiendo así solo estar unos días haciendo labor social.

Jimin quien estuvo esperando a que Jeon saliera, le abrazó con muchas fuerzas restregandose suavemente contra el, este por otra parte no se quitó y se dejó abrazar, correspondiendo segundos más tarde haciéndole cariños en su espalda baja. Un momento bastante agradable para los dos.

Jimin al intentar acariciar su rostro recibió un quejido, Jungkook tenía algunas heridas en el rostro y en otras partes del cuerpo, no de gravedad pero sí bastante sensibles. El Omega no tenía mucho conocimiento de la situación, no podía verlo por lo tanto no podía hacer nada. Se sintió inútil.

Acercó sus labios hasta la mejilla de Jeon y le dejó algunos besos en ella, sus belfos apenas y rozaban con las golpeadas mejillas del mayor, no quería lastimarlo.
El Alfa por otra parte estaba mirándolo fijamente dejándose besar, tomó su mano y lo llevó hasta las ruinas, estando con el ahí suspiró profundamente. ¿Por qué lo hizo? No quería que lo vieran con Jimin por ahí, aveces simplemente detestaba que toda la atención estuviera en el, y más con el escándalo en los baños que próximamente estaría en primera plana del periódico.

Sus pensamientos se desvanecieron cuando escuchó al menor hablar.

— Aún me cuesta procesar lo que sucedió, por un instante pensé que estaba por hacer algo contigo y después todo da un drástico giro que terminó en desastre.— Murmuró tomando una mano de Jeon, haciéndole caricias con sus dedos pulgares y su vista perdida como siempre.

— E-esto solo me hizo pensar en que tal vez me ví muy desesperado por tener algo contigo, por presionarte demasiado a hacer algo que tú no quieres.— Tragó pesado soltando aquella gran mano para ahora dejar las suyas sobre su pecho, el contrario permanecía en silencio mirándolo.

— Quiero pedirte perdón por haber sido tan desesperado. Estoy tan desesperado por ver que ni siquiera estoy pensando en como se siente mi destinado al respecto, no he pensado en ti.— Sus ojitos empezaron a llenarse de lágrimas y sus regordetas manos fueron a limpiarlos rápidamente, su aroma se volvió algo triste y bajó su intensidad generando también tristeza en Jeon, como era de esperarse quién pudo solo abrazarlo en intento de consolarlo.

— Ojalá supieras quién soy en realidad y dejarías de pensar aquello, no soy como tú piensas, cachorro y en algún momento llegarás incluso a odiarme.— Susurró el Alfa apoyando su cabeza sobre el de baja estatura.

— Jamás podría odiarte Alfa.— Siento su nariz apretando la polera del Alfa, sollozando muy bajo. Jungkook miraba hacia algún punto fijo sin saber que decir o pensar, estaba en un dilema ahora mismo.

Si bien no se sentía con la capacidad de marcarlo, su Alfa, su lobo interior lo reconocía como su destinado pero el aún tenía sus dudas, y es que no creía demasiado en eso hasta que conoció a Jimin y le mostró una perspectiva diferente de las cosas. Sentía un gran cariño por el Omega pero ¿Marcarlo? Es algo muy apresurado, el no quiere un compromiso serio con nadie, en cierto modo es entendible, es joven y tiene mucha vida por delante y experiencias que conocer antes de estar atado a alguien de por vida, el claro ejemplo era su novia con la cual llevaba más una relación abierta que una donde solo fueran ellos dos.

Los tiempos son muy distintos a como eran hace muchos años, las cosas no tienen el mismo valor y sentido que antes para los jóvenes.

Sin embargo Jimin seguía manteniendo ese pensamiento, esa idea donde su Alfa destinado estaría para el y solo para el, tal vez el es así o quizá no ha visto el mundo como actualmente es, de igual forma el no podría aceptarlo.

Esa misma tarde estuvieron ambos recostados sobre un viejo sofá en la oficina del director (o algo así) de la vieja escuela, Jimin ronroneando encima de su Alfa y este teniéndolo encima suyo acariciando sus cabellos y su espalda. El ambiente estaba algo frío pero agradable para el par.

Las manos del rubio estuvieron viajando de un lado a otro tocando las desgastadas fibras del sofá, hasta que se pinchó y soltó un chillido levantándose de golpe, haciendo reaccionar a Jeon de inmediato.

Bajo ellos había un rosal creciendo y enredandose entre la tela del sofá, además de que sus raíces estaban poco a poco apoderándose de los muebles que habían en el lugar, ante su descomposición fue más fácil que las hierbas se colaran entre cada pedazo.

La curiosidad de Jimin le hizo seguir tocando ganando algunos pinchazos más que le hicieron sangrar.

— Son Rosas, tienen espinas por todas partes será mejor que te mantengas lejos o te lastimarás.— Tomó la mano que llevaba algunas gotas de sangre y la limpió con su remera.

— Nunca he visto una Rosa en mi vida.— Sonrió con levedad sintiendo los suaves pétalos de la planta acariciar las yemas de sus dedos, sin olvidar mencionar del delicioso aroma que estaban desprendiendo.

Sería una mentira si dijera que Jungkook no estaba enternecido con esa linda escena, parecía un niño al que sus padres sacaban al parque por primera vez.
— Son igual de hermosas que tú.— Se sentó frente a el guiando su mano hacia otros brotes de rosas, algunas siendo aún capullos apunto de abrir y otras ya más antiguas. Los pétalos de las rosas marchitas abarcaban gran parte del salón y bajó ellas nacían más brotes de rosal. Un lugar sacado de un cuadro de museo.

El Alfa arrancó una rosa, la más grande y hermosa que encontró y después de sacarle las espinas se la dió al joven Omega, el cuál no dejó de tocarla para así sentirla. Mirando hacia los labios esponjosos de este fue imposible no plantarle un beso en los labios, haciendo sonrojar débilmente al Omega, quién no dudo en devolver el beso hasta que pronto tomó un camino más apasionado.

Ambos lo querían, lo deseaban.

— Por favor, no hagas esto por lástima, de verdad no quiero que te sientas presionado.— puso sus manos sobre el pecho del Alfa deteniendo para que pudiese verlo.

—De mí nace hacerlo.— Dijo sin más volviendo a lanzarse sobre los rosados y grandes labios del Omega. Pronto y con la mayor delicadeza posible fue bajando el cuerpo hasta tenerlo completamente recostado y seguir con sus besos y caricias por toda su anatomía, la experiencia estaba haciendo sentir al pequeño Omega más tímido que de costumbre, nunca se había imaginado lo que se sentía que alguien estuviera besando y alabando su cuerpo desnudo.

Los únicos testigos de esa fría tarde fueron aquellas plantas que crecían en descontrol por toda la construcción, presenciando como dos cuerpos se fundían en uno solo y un amor floreciendo entre ellos.

Estos primeros capítulos fueron algo como la introducción a la historia,a partir de aquí empezará el verdadero drama así que prepárense para la próxima actualización. <3