Entraron a la casa, y Abbacchio se maravilló por lo hermoso que se veía el interior. Grandes ventanas que iluminaban la casa y dejaban una hermosa vista a la playa, había una mesa muy grande, las paredes eran de colores claros que combinaban perfectamente con los muebles. La sala estaba adornada con un montón de artilugios.
Cuando llegaron a la fiesta, Bucciarati fue el que se llevó toda la atención. Abbacchio pasó desapercibido, solo de vez en cuando llamaba la atención por su excéntrico maquillaje.
Abbacchio rápidamente buscó a Bruno y le pidió algo de su atención.
—No sabía que tu familia fuera tan conocida.
—¿Cómo lo sabrías? No hablamos de mi en estos años.
—Tenemos que dejar las discusiones, todos deben se pensar que estamos enamorados.
—Eso no es un problema para mi, pero tú debes mantener tu cara seria lejos de la gente, les causas pesadillas.— Abbacchio solo frunció el ceño e ignoró el comentario.
—¿Cuándo les dirás sobre el compromiso?
—Encontraré el momento.
—¿Cuándo?
Su pregunta fue interrumpida por un joven que quería saber una sobre el trabajo de Bucciarati, hasta que una mujer apareció y volvió a interrumpir la conversación.
—Hijo, ¿qué es lo que hace como editor? Queremos saber más.— junto a ella venía otro hombre, ambos tomados de la mano.
—Mamá...
—Tu debes ser Leo.
—Leone Abbacchio.
—¿Qué hace un editor? Además de entegar comida y hacer recados para los escritores.
—No suena como un mal trabajo.— dijo alguien a lo lejos.
—No se equivoquen, Leo es el editor, Bruno solo es asistente.— la mujer dijo con burla.
Bucciarati apartó un poco a su madre de Abbacchio y los demás para poder hablar.
—Gran primera impresión, mamá...
—Bruno, ¿cómo quieres que reaccione? Llegas a casa después de años con este hombre al que decías odiar, ¿y por qué? Seguro que solo estás con él por un aumento y un buen puesto.
—Mamá, ese hombre es uno de los mejores editores.
—Aún así, lo trajiste a conocer a toda la familia. Tal vez Paolo y yo ya no seamos nada, pero no se merece esto. Él es solo tu boleto y lo trajiste aquí para conocer a tu padre.
—Él no es ningún boleto. Es mi prometido.— dijo con firmeza. Su madre se quedó sorprendida. —Lo que escuchaste, me casaré.
Abbacchio trató de apartarse lo más que pudo de esa situación, así que se quedó en uno de los pasillos de la casa, ahora si no quería que nadie lo viera.
Pero en ese momento, alguien iba pasando.
Un hombre moreno más bajo con traje y un gorro muy raro, le acercó una bandeja para que tomara uno de los aperitivos, pero a Abbacchio no le gustó nada como se veía.—Mucho gusto, soy Guido Mista, vamos, puedes comer uno.— con una sonrisa, le ofreció de nuevo el platillo, pero Abbacchio solo negó con la cabeza. —Te prometo que saben muy bien.— Abbacchio no tuvo de otra más que aceptar lo que le ofrecía.
—Sabe... bien.— dijo tratando de masticar, pero la sola consistencia le daba náuseas, era el peor platillo que había comido. Igual se mantuvo masticando hasta que vio a Bucciarati ponerse en el centro de la fiesta, supuso lo que iba a hacer, entonces escupió todo, sorprendido. —Lo lamento.— dijo, pero el moreno solo reía con esa reacción.

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La propuesta
FanfictionLeone Abbacchio, un famoso e influyente editor de Cerdeña, está a punto de ser deportado a Francia. Para evitarlo, declara que está comprometido con Bruno Bucciarati, su asistente. Dispuesto a participar en la farsa, Bucciarati tiene algunas condici...