Fiesta II

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Habíamos llegado al bosque, vinieron junto con nosotras algunos caballeros del castillo, lo cual nos mantenía seguras, anduvimos en caballo por un largo rato

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Habíamos llegado al bosque, vinieron junto con nosotras algunos caballeros del castillo, lo cual nos mantenía seguras, anduvimos en caballo por un largo rato. Era otoño, así que los arboles vestidos de hojas amarillentas y naranjas con su tronco blanco con negro, el césped pintado de rojo por las mismas hojas que caen, junto con las flores le acompañan, era todo un espectáculo digno de ver y disfrutar. Mi madre decidió seguir pero sin los caballos, lo cual todos asentimos, algunos caballeros se quedaron cuidando a los caballos mientras que un par venía con nosotras, nos detuvimos junto a algunos arboles y arbustos.

Colocamos una pequeña manta en el suelo y de una canasta sacamos algunos alimentos que mi madre trajo, acomodamos todo en su lugar y nos sentamos, empezamos a platicar sobre cualquier cosa, de vez en cuando decíamos chistes, terminamos la comida y ella habló.

—Rania, mi querida hija, como seguro ya lo sabes, hoy en la fiesta viene el Rey junto con el príncipe, tu padre y yo hemos estado hablando y hemos llegado a la conclusión de proponerte para casarte con el príncipe— Dijo mi madre emocionada

Cuando dijo de casarme con él quede en shock, no nos conocemos de nada y ¡¿ya quiere que me case con él!? ¿Qué le pasa?

—Madre, sé que quieres que ya me case con él pero con todo respeto te digo, que es demasiado pronto, no nos conocemos más que de vista, ¡no hemos hablado de nada! ¡¿Porqué ya quieres que me case con él?! — Me lleve las manos a la cabeza era mucho que procesar en tan poco tiempo.

—Rania Flirtz, ¿Enserio tu crees que me interesa si se conocen o no? Te vas a casar con él porque tu padre y yo lo decidimos, ya tenemos el tratado de paz con ellos, no lo arruines diciendo que no, lo que tu opines no me interesa tienes que ser la hija perfecta que siempre haz sido. Lo harás quieras o no Rania— Dijo molesta.

Ignoró por completo si me hacían daño sus palabras ella seguía, creí que esta salida iba a ser perfecta, puesto que han estado tan ocupados que no les da tiempo de salir, así que hoy que tenían oportunidad decidió hacer esto.

Decidí ya no decir nada, llegó el tiempo en volver al castillo, recogimos todo, nos guiaron a los caballos y regresamos, ella seguía molesta, yo estaba un poco decepcionada, me lastimo si, pero no le quise reclamar. La noche de hoy será importante y no planeo arruinarla.

Pasaron las horas y cayó la noche, Emi me arreglo, era un vestido largo azul noche, con mangas largas y una capa del mismo color, pendientes de diamantes al igual que el collar, el peinado era un moño con un pequeño listón plateado.

—Luce muy hermosa mi Lady, estoy segura que todo va a salir bien— Dijo entusiasmada.—Por cierto, la noté un poco decaída, no te preocupes Rani, cualquier decisión que tú tomes será la mejor, primero tu bienestar— Dijo dándome un pequeño abrazo y saliendo de la habitación.

Yo solo le sonreí y le asentí, dieron el aviso de ir a la sala de trono, y fui, había llegado y entre, toda la sala estaba perfectamente decorada, era toda una mesa larga con velas, arreglos florales, los platos con sus cubiertos perfectamente acomodados, y canastas con panes cubiertos por una pequeña servilleta. A lo lejos divise a mis padres, estaban hablando con un sirviente, me les acerque sin molestar, se veían muy elegantes cada uno con su respectiva corona.

Mi padre me vió y me saludo, mi madre no hizo nada, paso un rato y a mi padre le avisaron que ya estaba todo listo, todos se colocaron en su respectivo lugar, hasta que un guardia grito

—¡Den todos la bienvenida al Rey Felipe del Reino de Lubeft, junto a él viene el Principe Harald, esperamos que su estancia en el Reino Ufretch sea de su encanto!


Fuera del Castillo a las 12Donde viven las historias. Descúbrelo ahora