Funeria

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Funeria, más conocido como el reino de los caídos, allí se encuentran algunos de los cazarrecompensas más peligrosos y contando a su gente, es el reino con más problemas

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Funeria, más conocido como el reino de los caídos, allí se encuentran algunos de los cazarrecompensas más peligrosos y contando a su gente, es el reino con más problemas. Hay una ley muy estricta que se escribió entre los demás reinos: 

"Si el Rey se llega a enterar que hay personas entre su pueblo que trabajen para el Rey de Funeria, será considerado traidor y su ejecución será pública, ya sea hombre, mujer o niño"

Desde que se implantó esa ley, se han dado a conocer casos de gente siendo ejecutada por la misma, entre las personas que más abundan, son jóvenes y adultos.

El nombre del Rey jamás ha sido revelado, por lo que varios lo llaman "El Rey sin nombre" ó "El  Rey fantasma" .Es un rey egoísta, con muy poca confianza en si y en los demás, si hay algo que no sale el como él quiere, empieza una guerra, él solo quiere ver morir a todos los demás reyes, quiere riqueza, poder, y planea conseguirlo a como de lugar, incluso si es necesario matar a alguien, él lo hace sin dudar.

 El reino de Funeria es el más apartado puesto que se encuentra detrás de las montañas nevadas, o también llamadas, "Corazón del Dragón" ya que  cruzando las montañas se encuentran con la guarida de un antiguo dragón, se dice que aún vive, pero por temor a Funeria nadie  ha sido capaz de descubrir la verdad, aunque también, cruzar las montañas es un completo suicidio. Aún sabiendo eso, los demás reinos descansan al saber que es muy peligroso cruzarlas, pero por precaución implantaron aquella ley.

¿Pero realmente cómo fue qué Funeria se dio a conocer siendo tan apartado?

Hace algunos años, Funeria quería un tratado de paz con todos los reinos pero especialmente con Ufretch, era un reino encantador y que mejor que hacer un tratado de paz con ellos. El rey al enterarse de aquello reunió a todos los reyes en la mesa redonda, él mismo, envió un comunicado hacia Funeria para que puedan venir a firmar el tratado y así prosperar ambos reinos, pero había una regla "Ven tú solo con algún guardia, si sabes como gobernar deberías saberlo, no queremos problemas". Esto realmente enfureció al Rey sin nombre.

—¡¿Acaso no confían en mi?! ¡Es solo un maldito tratado!— Decía enfurecido tirando las cosas de su escritorio, hasta que un sirviente hablo.

—Mi Lord, si me permite, es una regla que se implanta al momento de un tratado como ese, es privado la firma, para después hacerlo público— Dijo su sirviente, tratando de hacer entrar en razón al rey.

Lo cual no funcionó para nada y el rey hizo caso omiso a la regla y a su sirviente, iba en camino a Ufretch con un gran ejercito dispuesto a "firmar el tratado", iban aproximándose al reino cuando uno de los guardias dio alerta de que se aproximaba un gran ejercito, esto tomo por sorpresa al Rey Mark de Ufretch, no estaban preparados para un ataque por sorpresa y menos de esa gran magnitud, el ejercito paró y se escucho una voz tenebrosa, era tan fría que te erizaba la piel.

—Rey Mark de Ufretch, solicito su presencia en este momento— Habló el Rey sin nombre, bajó del caballo en el que venia y se aproximo  a la entrada, esperando la venida del Rey Mark, el nombrado llegó a la puerta, no sin antes protegerse, con armadura, espada y algunos caballeros que le protegían a toda costa, su rostro era inexplicable, tenia una expresión que va desde decepción hasta ira, todo eran emociones sin explicar.

—Rey de Funeria, ¿a qué se debe este ejército? Claramente le avisamos de que no lo queríamos, se incluía en el tratado de paz entre usted y yo. Nada más, ¿o acaso no confía en mí? —habló sin titubear; quiso volver a articular palabra, pero el contrario lo interrumpió.

—Espera, dijiste que avisaron? Eso significa que este aviso no solo lo envió o formuló usted, sino que alguien más también lo ayuda. ¿O me equivoco? —Buscó con la mirada para comprobar si había algún otro rey cerca; para su sorpresa, era cierto.

—Supongo que tú tampoco confías en mí, ¿verdad? —expresó el sin nombre, haciendo dudar al otro.

—No, claro que no. ¿Quién confiaría en un rey tan egoísta? —El rey Mark puso sus manos sobre la espada ante la sorpresa; sabía que no iba a ganar esa guerra, pero jamás se echaría atrás.


Fuera del Castillo a las 12Donde viven las historias. Descúbrelo ahora