La Cena

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El guardia anunció su llegada, yo estaba junto a mis padres, cuando lo vi sentí mis mejillas ruborizarse un poco, claro que había cambiado, cara de niño pero cuerpo de joven

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El guardia anunció su llegada, yo estaba junto a mis padres, cuando lo vi sentí mis mejillas ruborizarse un poco, claro que había cambiado, cara de niño pero cuerpo de joven. 

—El Rey Felipe de Lubeft, nos complace su llegada espero que su pronta estancia aquí sea de su agrado— Dijo mi padre acercándose a ellos con una gran sonrisa, al igual que mi madre.

—JAJA, ¿Para qué tanta formalidad? Nosotros agradecemos su invitación, después de aquel acuerdo, esta es una gran manera de celebrarlo—  Decía  mientras reía y saludaba a mi padre—Mi reina, pero que mujer tan bella es usted— Poco después le planto un pequeño beso en su mano, ella sonrió.

—Por cierto¡ ¿No planeas presentarme a tu hijo? Ya hace tiempo que no lo veo, supongo que es todo un hombre— Decía mientras lo buscaba con la mirada

—Pero claro que si, ¡Harald ven acá! Este es mi hijo, ya es todo un hombre, creo que sería un perfecto heredero al trono y un buen esposo  ¿No lo crees? JAJA— Decía mientras halagaba a su hijo.

—¡Bueno basta de platica!, ¿Qué no me vas a presentar a tu hermosa hija?— Dijo Felipe emocionado, me acerque a él—Pero que jovencita tan linda, aún recuerdo aquella vez que vine eras una niña JAJA, sabes, entre nos, creo que eres perfecta para mi hijo— exclamo emocionado mientras me daba suaves palmadas en la espalda.

—Muchas gracias Mi Rey, Me halaga pero, no creo que se perfecta para s-—dije mientras hacía una pequeña reverencia, no termine lo que iba a decir porque mi madre me interrumpió.

—¡¡¡CLARO!!! que es perfecta para su hijo, pues es toda una señorita— Decía a regañadientes mientras apretaba mi muñeca  con una fuerza suficiente para dejar una marca por varios segundos. Poco después mi madre me llevo fuera de la sala.

—RANIA, ¡¿Qué carajo planeabas decir?! Vuelves a decir otra tontería como esa y te encierro en el calabozo, ¡niña malcriada!— Dijo molesta para después abofetearme. 

Quería irme, no quería volver, no estando ella ahí, no había otra manera, tenía que aceptar, ese era mi destino.

Me quede un rato fuera tratando de contener algunas lagrimas que querían escaparse hacia mis mejillas, poco después entré, por suerte aún no servían la cena, me dirigí a mi lugar, en lo que llegaba salude a algunos amigos que conocí gracias a mi padre. Llegué a mi lugar asignado, no planeaba dirigirle la mirada a mi madre. no después de lo que hizo.

Divise a lo lejos una persona entrando a la sala y era el príncipe, las mil preguntas volvieron, ¿Habrá escuchado todo? ¿Se habrá enterado? ¿Creerá que soy una tonta? Todo esto es muy difícil para mí, ya quiero que se termine la cena para ir a mi dormitorio y estar a solas.

Todo eran risas, los bufones haciendo su shows, la cena siendo servida, los invitados riendo; todo era perfecto, y ahí estaba yo, teniendo que aceptar algo que por el momento no me apetece, ¿Qué si quiero estar con él? Claro que quiero, pero primero conocernos poco a poco, ¡¿Para qué apresurar las cosas?! Dios si tan solo Emi estuviera aquí me ayudaría, pero le dieron el día. Llego la hora del brindis, llego esa hora...

Mi padre se levantó junto con mi madre, ambos con una copa de vino, y empezó a agradecer, lo admiraba mucho, era una persona increíble.

—Invitados que hoy se presentan en esta cena conmemorativa, espero que se la estén disfrutando y pasándola increíble,  nos complace anunciar, el tratado de paz finalmente acordado entre nuestro hermoso reino con el  gran reino de Lubeft, gracias a ustedes ambos reinos podrán prosperar como se esperaba y no terminar en conflicto— Decía orgulloso, los invitados llenaron la sala de aplausos, levanto la copa.

—¡POR EL REY FELIPE!— Alzo su copa, al igual que todos contándome a mi, y le dieron un gran sorbo, todos aplaudían. Mi padre dio otro anuncio.

—Queridos invitados, a pesar de haber hecho las pases con un reino, aún queda el reino de los caídos Funeria. Cualquier persona que trabaje para ellos será considerado traidor y será ejecutado, pero creo que ninguno de aquí será de ahí ¿O sí? JAJAJA tranquilos confío en ustedes— Dijo para después tomar asiento y seguir platicando con el Rey Felipe.

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Fuera del Castillo a las 12Donde viven las historias. Descúbrelo ahora