Yunki

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Después de un rato besándose las manos se le iban a Jungkook por esas jugosas caderas, entonces escuchó una tos fingida de su suegro. Rodó los ojos con una sonrisita.

— Chicos, estoy aquí, compórtense por favor — Y realmente le incomodaba a Frederick el cual frotó sus sienes intentando no querer castrar a su querido yerno, Tae sonrió mordiéndose el labio y no quitándole de encima la mirada a Jeon.

— si~ — Sus ojos estaban en la cara de Jungkook el cual lo derretía, sin embargo debía recordar todas las dudas que tenía — digo, ¡si! — Se sentó correctamente y miró con seriedad a su progenitor — Papá, ¿Qué hago aquí? ¿Qué haces aquí? — Sus cejas se juntaron y le hacía una expresión que le hacía sentirse culpable al mayor de todos.

— De eso venía a hablar, quería venir solo, pero este mastodonte lleva tres días insistiendo y no dejándome un minuto tranquilo — Jeon sonrió culpable — Quería visitarte, mi cielo, por eso vine de EEUU, y estás aquí ya sabemos porqué — No quería dar los detalles de cómo estaban ahí por culpa de la obsesión del menor con el grandote a su lado.

Tae asintió recordando con ligereza. 
La cabeza le carcomía, odiaba con todo su ser que su padre se haya desecho de todo su material, en parte le daba vergüenza, sin embargo sentía que el mayor hacía bien; le ayudó escondiendo su perturbadora manera de amar a su chico, pero él pequeño rencor de recordar el vacío en su habitación iba a seguir ahí.

— Bien, estarás aquí al menos una semana, — Tae abrió los ojos en demasía con ganas de debatir — No digas ni palabra Taehyung, — Le frenó — sabes que es tu propia culpa, estarás aquí una semana, tomarás la terapia todos los días y saldrás en ese lapso cuando te den de alta, por cómo te veo estás mucho mejor, entonces no te tomará mucho tiempo salir. — Claro que se veía sano, no estaba internado por salud física precisamente, a pesar de tener una pequeña pérdida de peso sus primeros días ahí.

— Papá, pero quiero estar con Jungkook, no quiero dejarlo solo — Exigió como todo un caprichoso. Jungkook soltó una risita al ver cómo conversaban ignorando su presencia.

— Tesoro, él te va a esperar, ¿o no, Jungkook? — El nombrado sintió como si le apuntaran con una escopeta en la sien con tremenda mirada que se cargaba su suegro.

— Claro que si mi amor — Le contestó a Tae tomándole las manos y mirándolo con dulzura.

— Ya, ya, suelta — Los cortó el Kim mayor. — Ves Tae, el grandote te va a esperar, y tú, concéntrate en recuperarte, ¿si, mi niño? — Le tomó la mejilla viéndolo ponerse cabizbajo, pero asintiendo de tomas formas.

— ¿Hasta cuando te quedas, papá? — Sus ojos le rogaban que sea después de un largo tiempo.

— De eso no te preocupes, tesoro, estaré el tiempo suficiente para pasar contigo cuando salgas — Le explicó con amor, hasta que le llegó un mensaje que vió en seguida.
Tae sonrió mirándolos a ambos.
— Ya me tengo que ir, mi niño, tengo una conferencia, pero te quedas en buena compañía — Se acercó a darle un beso en la frente — Te veo la próxima semana, corazón — Se despidió de ambos con la mano mientras atendía el teléfono.

— Chao, papá — Soltó despidiéndose.

Jeon se acercó y le tomó el rostro robándole un beso.

— Te extrañé demasiado, mi príncipe — Se sinceró mirándolo como si fuera la primera vez.

— Yo más, Ggukie, no tienes idea de cómo quiero salir de aquí y complacerte — Le hizo un puchero a su novio mientras se hablaban con voz suave.
Este se acercó y lo tomó del cuello para besarlo con intensidad, sus ojos se apretaban al seguirle el ritmo al beso fogoso que había iniciado el castaño, sus manos se deslizaban por su espalda, apretándolo hacia sí mismo.

"Guapo Sasaeng" KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora