"Guapo Sasaeng" KookTae

C I N C O

Después de esos maravillosos minutos de besos y caricias, Jungkook acercó a Taehyung a su casa en su auto, el camino era silencioso, pero como a Tae se le habían bajado los shots estaba convulsionando por dentro.

El camino se volvió lento, las calles se acortaban y la casa de Taehyung se volvía más cercana, los ojos del pelinegro se entristecieron al ver el parque que estaba frente a su casa, no quería bajar del auto, quería permanecer con Jungkook; pero también quería masturbarse.

— Bueno... — Murmuró aún sentado a lado de Jungkook con la mano en la manija de la puerta, su mirada estaba fija en el castaño, tratando tratando de tatuar en su mente los rojos e hinchados que quedaron los labios del opuesto por su culpa.

— Nos vemos otro día — Terminó por decir Tae, Jeon sonrió complice al notar lo mucho que el pelinegro quería besarlo, entonces le tomó la barbilla e hizo lo que supuso que el otro quería.
Cerró los ojos suavemente empujando el aire hacía las mejillas de Jungkook y le agradeció a todos los dioses por la exquisita noche que había vívido.

— sí — Se despidió con una sonrisa mientras bajaba del vehículo, Jungkook lo siguió con la mirada y una sonrisa de ternura en su rostro.

"Taehyung es un Ángel"

Al menos eso pensaba el castaño, al ver como Tae bajó del auto, corriendo y saltando entró a su casa

Apenas el pelinegro se encontraba en su casa saludó a su madre, la cuál veía televisión; llegó a su cuarto y se recostó en su cama. El calor en él se elevó cuando finalmente pudo gritar en su almohada estampada con la cara de Jungkook, mientras cerraba los ojos se imaginaba las grandes manos del castaño en él; era más como un recuerdo, en un momento se encontraba simulando que sus manos eran las de el otro y masajeaba su pene en nombre de este.

— Jungkook... — Jadeaba mientras se retorcía en sus sabanas,miraba al Jeon de cartón era como sí estuviera realmente con el real y no pudo evitar llegar a su orgasmo.
Pasaron unos segundos de Tae mirando fijo toda su habitación, él mismo había arruinado su oportunidad de tener a Jungkook bajo sus sabanas, dándose placer y amándose más de una vez.

— Debería limpiar — Decidió.
Se levantó de su cama y tiró las sabanas en un cesto de ropa, le dió la vuelta a su almohada estampada, quitó con suma delicadeza los dibujos y retratos de Jungkook, los puso en una carpeta que guardó en su closet junto al castaño de cartón, ocultó su fondo de pantalla de este y las carpetas de fotos de su mesa, puso la flor aplastada en un vaso con agua a un lado de su computador, las servilletas que Jeon dejaba en la mesa de la cafetería las metió en una caja. Hace meses que no veía su habitación sin Jeon Jungkook en todas partes, se sintió un vacío en su pecho y buscó en su armario la sudadera que había tomado de él, se cambió y se sentó en su escritorio a escribir en su diario.

" Supongo que tengo suerte, más suerte de la que nunca he tenido, hoy un día cualquiera tuve una cita con Jeon Jungkook y obviamente plasmaré los detalles en este maravilloso diario..."

Kim Taehyung se la pasó tres horas escribiendo en su diario, detalle por detalle lo que había hecho con Jungkook esa noche, todo lo que sintió y se agradeció a sí mismo por hacer, sus ojos estaban cansados, pero su mano no paraba de escribir. Cuando terminó con ello pintó, recordaba la cara de su amor a la perfección, mirándolo con ese deseo en los ojos que había mortíficado sus pensamientos y reemplazando todos lo que había vívido antes.

No paraba de pintar, era hoja tras hoja, oleos que pensaba usar nunca, cuadernos, en su computadora, en su teléfono, lo había puesto en todo sitio donde fuera visible para él.