Hoy era mi boda con Jane, estaba observando mi reflejo y no podía creer lo maravillosa que me veía. Nunca en mis 500 años imagine estar vestida de este modo, siempre he sido una vampira sanguinaria y sin piedad.
—te ves hermosa—dijo Heidi ayudándome con la corona que llevaba el velo
—gracias chicas, se lo debo a sus esfuerzos.—dije viendo a mis tres mejores amigas, Chelsea, Renata y Heidi quienes me sonrieron
—te merecer felicidad mi niña, nada más que felicidad.
<<si dile esos a las familias que destruí por diversión>>
No me onorgullece esa parte de mí vida, Jane me aceptó porque por suerte mi alma gemela es peor que yo. Pero ambas nos amábamos como nunca
—Disculpa ella ya esta lista y no le gusta esperar.—dijo Alec tocando la puerta y todas asentimos antes de que mi cuñado me guiará a donde se celebraría la mini fiesta entre solamente la guardia
》—te pido que por favor cuides a mi hermana, Gabriela, sino te arrancaré la cabeza.—la amenaza de Alec me hizo reír
—ay cuñado como si pudieras arrancarme la cabeza.—me burle y una pequeña sonrisa se formó en su rostro
—claro que podría pero Jane me mataría.
Ambos caminamos hasta la entrada del salón encontrando a Félix, quien me llevaría al altar. A Jane la entregó Aro porque la considera su hija y es su preferida en toda la guardia.
En cuanto la música sono supe que era mi entrada, Alec se marchó para sentarse en la primera fila y yo tome el brazo de Félix
—¿Lista?.—preguntó el grandulon y yo asentí
—por primera vez en 500 años lo estoy.—dije antes de avanzar al ritmo de la música, Jane se encontraba en el altar con un hermoso vestido igual o más de espectacular que el mio
<<ya quiero arrancarle el vestido>>
Traté de controlar mis deseos de poseerla y quitarle el vestido sin importar quien viera. Tenía que hacer las cosas bien. En cuanto Demetri comenzó con el estúpido y demoroso discurso pero en cuanto Jane lo miro logró que se adelantara a los votos
—Jane ¿aceptas a Gabriela como tu esposa?.
》—Acepto.
—Gabriela ¿aceptas a Jane como tu esposa?
》—Acepto.
—Los declaró esposas y esposas, pueden besarse y que vivan las novias.—dijo Demetri antes de que tomara a mi rubia de la cintura y le diera una vuelta antes de que unieramos nuestros labios en la unión de eternidad.
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