—Oye preciosa espera—el hombre que gritaba no me dejaba tranquila, incluso me sorprendía que se mantenía en pie. Se notaba todo el alcohol en su cuerpo.—Vamos solo quiero jugar, te vas a divertir.
Mis pies me jugaron una mala pasada cuando se tropezaron y me hicieron caer muy fuerte al suelo, el hombre ebrio se rió y con esa torpeza mía pudo alcanzarme. Él no lo dudo y se lanzó hacia mí aplastandome entre el suelo y su asqueroso cuerpo
—¡déjame en paz!—grité antes de que su asquerosa mano se pusiera en mi boca para impedir que gritara
—no grites o lo harás peor para tí muñeca.—su aliento a alcohol me pego en todo el rostro provocando que tuviera ganas de vomitar
En cuanto sus manos se posaron en mi cintura mis ojos observaron a mi costado izquierdo, una pequeña bajada nos haría rodar hasta el bosque en donde podría liberarme. No lo pensé más y antes de que su lengua comenzará a lamer mi cuello, mis rodillas fueron directamente a sus partes privadas dando un gran golpe
—niña estúpida—el hombre se quejo y al moverse un poco liberando su agarre de mí, mis codos golpearon sus costillas provocando un par de quejidos más y entre nuestros forcejeos pude movernos hasta llevar a la bajada y comenzar a rodar.
Me quejaba cuando con cada golpe podía sentir como mi cabeza se lastimaba, en cuanto nuestros cuerpos dejaron de dar vueltas pude notar al asqueroso inconsciente, y sin evitarlo sonreí.
<<ojalá y te mueras o un puma te coma>>
Trate de levantarme pero mi cuerpo al mínimo movimiento me dolió y un par de chillidos de dolor salieron de mi boca
—¿señorita se encuentra bien?—una voz tercipelada, de un sonido único y hermoso, tan puro para mis oídos. Mi visión fue interrumpida por un rostro angelical.—vi lo que ese infame le estaba haciendo, lamento no a ver intervenido.
—por favor ayúdeme—pude notar la tristeza en sus ojos del color más peculiar, un tono dorado y único
—podría hacer algo pero no sé si estará de acuerdo.
—cualquier cosa solo salveme.—podía sentir como la sangre en mi cabeza provocaba que mis fuerzas se desvanecía cada vez más
<<no quiero morir de esta manera>>
—de acuerdo señorita, espero que no me odie.—el extraño pero hermoso hombre de rostro tan angelical hundió sus colmillos en mi clavícula mientras un gran grito salió de mis labios.—estará bien señorita yo la cuidare.
Cerré mis ojos ante el gran dolor tan inexplicable que provocaba que mi garganta no dejara de soltar gritos tan desgarradores.
<<tengo esperanzas de que todo este bien y al lado de este angelical hombre>>
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