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La música a alto volumen, el olor a cigarrillos y alcohol le hicieron arrugar la nariz. A pesar de que llevaba un cubre bocas, seguía sintiendo los olores muy fuertes debido a que su olfato se había vuelto más sensible.
—¡Zoé! —una joven beta la recibió frente al lugar donde trabajaba, un burdel clandestino en donde trabajaban menores de edad. —¡Llegaste temprano, pensé que lo habías olvidado!
—Es una noche especial, tu noche especial saya, claro no que me olvidaría de ello—Zoé acarició la cabeza de la beta con cariño antes de entrar al establecimiento siendo seguida por la contraria.
—¿Todavía no encuentras una solución? —miró su cubre bocas negro mientras se sentaba, Zoé negó.
—No, y está siendo un verdadero dolor en el culo—saya rió por sus palabras, estaba acostumbrada al vocabulario de la mayor—ya ni el cubre bocas me sirve, pero si me lo quito es peor.
—Agradezco no tener tu olfato, no quisiera saber a qué les huele el pene a los clientes—se burló, Zoé le sacó el dedo medio antes de posicionarse detrás de la barra y comenzar a preparar una bebida suave.
—Solo te invito un trago, mocosa—puso una copa de cristal frente a saya, quién miró la copa con felicidad. Iba ser su primer trago con alcohol, con muy poco alcohol, pero tenía. —felices 15.
Saya asintió antes de darle el primer sorbo a su bebida, el sabor a menta inundó su paladar, pudo sentir un ligero dulzón además del ligero sabor a Bourbon.
Zoé la miraba de reojo mientras organizaba todo lo necesario para la noche; como era el primero trago de la menor, decidió hacerle un julepe de menta, aunque claro, hechó menos alcohol del que llevaba la receta original por seguridad de saya.
Ambas quedaron en un silencio agradable, sobre todo para Zoé. Saya a veces habla y cuando lo hacía era en un tono suave y bajo para no perturbar a la mayor.
—Ya es hora—anunció, era tiempo de que el burdel abriera—no dejes que nadie te toque más allá de dejar el dinero—le recordó a la menor.
Saya era stripper, Por lo que, aunque no estuviera permitido tocarla de más, había bastardos que lo intentaban.
—sí, sí. —se levantó y estiró su cuerpo—si algo pasa, te llamo y les partes el culo, como siempre.
Zoé rodó los ojos, casi siempre tenía que ayudar a la beta. Cuando la música comenzó a sonar, se puso sus audífonos, colocó la primera canción desde su teléfono.
La música suave y a alto volumen la calmó mientras acomodaba los licores. No sé preocupaba por no escuchar la orden de los clientes, podía leer los labios, así que no era un problema para ella.
Suspiró al ver cómo clientes empezaban a llegar, su turno terminaba a la dos de la mañana y apenas eran las nueve.
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Sus pasos eran tranquilos mientras se dirigía a su apartamento, tenía sus audífonos puestos por lo que estaba tranquila.
—Deja de llamarlos, no quiero tener que volver a mudarme, es un fastidio—dijo al aire mientras se detenía.
En segundos, su ojo derecho había pasado de un gris a un dorado, su loba estaba presente.
—Ha pasado mucho tiempo desde que los vimos, ellos también nos llaman—Zoé gruñó por las palabras de su loba en su cabeza.
—Lo sé, puedo sentir como las marcas palpitan a veces, pero no estoy lista—volvió a caminar.
—Zoé, nos estás haciendo daño, y también a ellos—intentó hacerla razonar, pero ella no cedía. —ellos también están sufriendo, recuérdalo.
Su ojo volvió a tener su gris característico.
Aunque Zoé no contestara, sabía perfectamente las consecuencias de estar huyendo de sus alfas cada vez que su loba los llamaba. Pero es que en verdad no podía, no se sentía lista para verlos nuevamente a la cara.
No desde que lo que pasó meses después de que ellos fueran a la correccional, dejándola sola.
Se sentía sucia, temía que cuando la vieran la rechazaran. Era un miedo absurdo que se instaló en su cabeza y que a veces le carcomía la conciencia, aúnsabiendo que la buscaban.
—Tengo que aguantar, tengo que hacerlo.
Llegó a su casa y sin cambiarse o quitarse los zapatos, entró a su habitación y se acostó en medio de varias prendas con su aroma impregnado en ellas.
Hace un mes que había empezado a anidar y, curiosamente, fue también en el tiempo en el que los llamados de sus alfas fueron más constantes que de costumbre.
Zoé se hizo ovillo en su lugar mientras lágrimas salían de sus ojos, estaba llegando a su límite, pero se negaba aceptarlo, miles de pensamientos innecesarios llegaron a su mente, haciéndola sentirse más mierda de lo que ya se sentía.
Agarró dos prendas y las olió ligeramente; el aroma de Rindo y Ran la relajó un poco.
El sentimiento de ser pequeña en esa habitación tan grande le provocó un nudo en el estómago, el daño que se hacía así misma la mataría lentamente... si es que ya no lo estaba haciendo.
—lo siento, en verdad. —fue lo último que dijo antes de caer rendida por el cansancio.

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𝐋𝐘𝐂𝐎𝐑𝐈𝐒 ━━━ 𝐇𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨𝐬 𝐇𝐚𝐢𝐭𝐚𝐧𝐢
Fanfiction❝𝐋𝐘𝐂𝐎𝐑𝐈𝐒 ⁝ Ella era una flor que desbordaba sensualidad, lujuria y cariño, era ella quien les daba un significado a sus vidas.❞ Ella era una flor por la cuál los hermanos Haitani estaban dispuestos a perder la vida. ~Oc x hermanos Haitani ~O...