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Saya miraba preocupada la apariencia de Zoé desde la cocina, la mayor ya tenía una semana completa sin dormir adecuadamente, por lo que se dedicó a hacer otras cosas.
Las ojeras que aparecieron debido al cansancioy falta de sueño la hacían parecer enferma... aunque tal vez lo estaba.
—No tengo hambre—rechazó la comida mientras miraba un archivo.
La Beta suspiró.
—No has comido nada desde ayer, y ya deja esa mierda—le quitó el archivo, dejando el plato de comida en su lugar—te la pasas día y noche en esto, tienes que descansar.
Zoé blanqueo los ojos.
—Esto es importante.
—Tu salud también. Pareces una paciente de cancer terminal en sus últimos días. —Saya dejó el archivo a un lado, se sentó junto a ella y agarró una de sus manos—por favor, me estás preocupando. —apretó ligeramente el agarre—come por mí sino lo quieres hacer por ti, además, me pasé toda la mañana cocinando.
La Omega miró el plato, Saya tenía razón, su salud podía empeorar y eso no podía ser porque muy adentro de sí, una voz le decía que tenía que ser útil, tenía que tener un valor por eso porque...
Las cosas inútiles se botan
—Está bien—aceptó por fin. No podía despreciar la ayuda de la Beta, no después de que ha estado todo este tiempo cuidándola sin queja alguna.
Saya sonrió, por fin la Omega comería. Agarró el control y prendió la televisión, dejando el canal de noticias.
—Organizaré estos archivos a un lado para que no se ensucien—la beta los fue acomodando sin míralos, respetando la privacidad de su mayor, todo sin hacer el menor ruido posible y con tranquilidad.
Ese momento fue interrumpido cuando la voz de la presentadora y la cuchara cayendo contra el plato sonaron al mismo tiempo.
—Se ha encontrado otro cadáver en la zona central de Roppongi, —la imagen de la víctima apareció en la pantalla. Saya miró a la contraria, quién ahora estaba pálida— el cadáver fue encontrado junto al dibujo de un lirio araña hecho de su misma sangre, la policía cree que es un ajuste de cuentas entre pandillas.
Zoé se levantó abruptamente del sofá y fue corriendo hacia el baño, depositando lo poco que había comido hasta hace un instante en el inodoro, sintió como la Beta le acariciaba la espalda.
En su mente varios recuerdos bloqueados aparecieron, provocandole un vacío en el estómago que la hizo sentir mal.
—¿Te sientes mejor? —preguntó cuando la mayor se enderezó y bajó de la cadena asistiendo—sigues pálida.
—s-si yo...—el nudo en la garganta le impedía hablar. —voy a salir, no me esperes hasta mañana.
Entró a su habitación y salió de esta después de unos minutos con un cambio nuevo de ropa: una sudadera tres tallas más grande que la de ella con unos pantalones sueltos del mismo color.
—Ten cuidado—le dio su infaltable cubre bocas negro, Zoé asintió mientras se ponía la capota antes del cubre bocas negro.
La Omega salió casi corriendo de su apartamento, sin importarle que la gente la viera extrañada por su comportamiento.
Más recuerdos de esa noche aparecieron, comenzando a atormentarla. Iban y venían tan rápido que comenzaba a marearse y, en consecuencia, se chocaba varías veces con las personas.
"Él estaba ahí"
"los demás deben estar cerca"
"van a venir por nosotras otra vez"
"Hay que matarlos"
—No—negó, susurrando para sí misma. Por esa razón siempre tenía sus audífonos puestos ya que esa era la única cosa que callaba a la voz dentro de su cabeza.
Lástima que de la prisa se le habían olvidado. Cuando la voz se intensificó, corrió sin importarle que sus pulmones se quedaran sin oxígeno.
Se sentía desesperada... No, estaba desesperada.
Perdió la noción del tiempo mientras corría, solo sabía que había salido de Roppongi cuando pasó por la florería en dónde siempre vendían la flor que le gustaba a él, por lo que agarró uno de los ramos mientras le tiraba el dinero al dueño del local y seguía hacia su destino final; Shibuya.
Cayó de rodillas con la respiración errática, su garganta ardía cada vez que respiraba, sus piernas daban punzadas por el esfuerzo, miraba fijamente la tumba frente a ella.
Era la tumba familiar de los sano.
—h-hace mucho no venía, lo siento—dijo cuando recuperó el aliento. — son tus favoritas— dejó las Lycoris sobre la lápida, — han pasado cosas, ¿Sabes? Iniciando por la voz en mi cabeza, no quiero hacerle caso pues estaría yendo en contra de tus ideales, aunque creo que ya lo hice. —suspiró—no soy una Santa y no pretendo serlo, mis manos ya están manchadas de sangre.
Fue así que Zoé se calmó, hablándole a Shinichiro y haciendo que la voz se callara en el proceso. Se quedó varías horas en ese lugar.
—te encantaría ver este amanecer—se acomodó en su lugar— es momento de que me vaya, el olor de Mikey está cerca—se levantó, ya que estaba arrecostada a un lado de la tumba, y sacudió su ropa—es bueno saber que te visitan—el olor del menor se intensificó—adiós, Papá.
La Omega camino en dirección contraria a la entrada, ya que si se devolvía por dónde vino se enconaría con el menor, y ella no estaba lista para verle a los ojos ¿Cómo podría?
Por ella es que Shinichiro estaba muerto.
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Volvii
¿Que tal el capítulo?¿Se esperan lo último?
Es posible que que el cap tenga errores ortográficos, en unas horas lo corregiré.
Entre a la uni, y no todo es azúcar y flores como me lo dijeron en la semana de íntegracion... Esos bastardos me mientieron ;-;
En fin, quiero leer sus teorías, porque nada es lo que parece.
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𝐋𝐘𝐂𝐎𝐑𝐈𝐒 ━━━ 𝐇𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨𝐬 𝐇𝐚𝐢𝐭𝐚𝐧𝐢
Fanfic❝𝐋𝐘𝐂𝐎𝐑𝐈𝐒 ⁝ Ella era una flor que desbordaba sensualidad, lujuria y cariño, era ella quien les daba un significado a sus vidas.❞ Ella era una flor por la cuál los hermanos Haitani estaban dispuestos a perder la vida. ~Oc x hermanos Haitani ~O...