Capítulo 2

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Matthew

En toda mi vida nadie me preparo para esto, tener que lidiar con una niña rica que se cree el ombligo del mundo. En su vida no ha tenido que trabajar para llevar el pan a su boca, mucho menos sabe lo que se tiene que luchar en un rancho.

No puedo evitar sentir como se contrae el abdomen del enojo, será imposible ingerir algo más que café si sigo con este humor.

-Buenos días madre- beso su mejilla.

-Madrugador como siempre- dice ella mientras me ofrece el desayuno -tus favoritos.

-Waffles! Mmm...No sé porqué presiento que quieres pedirme algo- digo llevando una porción a mi boca.

-Así es, hijo- toma mi mano
-Hijo aún no sabemos que quiere hacer Carissa con la propiedad, no seas tan duro con la chica, conozco como piensas y quiero que le demos la oportunidad de conocernos y de conocer sus tierras.

-No puedo prometer nada madre- la veo arquear su ceja y resoplo -está bien, haré lo posible.

Eva sonríe mientras terminamos de desayunar.

-Bien debo ir a trabajar, falta poco para la cosecha- me coloco mi sombrero -necesitamos que todo salga bien, con ese dinero compraremos este rancho.

-Que así sea hijo- beso las manos de mi madre -que tengas un día provechoso, iré a despertar a Ava.

-Dale besos de mi parte- sonrío.

Salgo de casa directo a las caballerizas, Zeus relincha y me acerco acariciando su pelaje, no es un caballo dócil de hecho no le gusta la gente en su mayoría, hasta ahora solo yo he podido montarlo. Lo ensillo y preparo para salir a recorrer los cultivos, tengo solo dos ayudantes por no poder pagar mas. Necesitamos todo el dinero que podamos obtener de las ventas.

-¡Hey! Que bonito se ve todo- escucho la voz de Valeria -que bueno que te encuentro- se acerca a saludarme y deja un beso en mi mejilla.

-Gracias, estamos trabajando y cuidando que todo marche bien- digo mientras sacudo mis manos -¿Qué te trae por acá?

-Me enteré de tu visita inesperada y me preocupé por ti- dice con gesto sincero -¿Qué tal estás?

-Tan bien como puedes ver- ironizo.

-Oye, no soy tu enemiga estoy aquí para ofrecerte mi ayuda- su roce sobre mi hombro no pasa desapercibido.

Valeria es una mujer muy bella y servicial, es honesta y trabajadora, su único error fue enamorarse de mi y el mío fue permitir que se creara falsas expectativas después de unas cuántas noches. Debí ser sincero y aclararle desde un inicio que no estaba interesado en una relación y mucho menos en el amor. Después de perder a Rebecca en ese accidente no existe lugar para ese sentimiento en mi vida.

-Valeria...

-Sé lo que vas a decir pero vine como amiga, quiero ayudarte, dijiste que si venían harías lo necesario para conseguir comprar todo esto- señala -así que estoy aquí para ayudarte a hacerle la vida imposible a esa mujer.

-Ese es el plan- resoplo.

-¿Y quién mejor que yo para ayudarte?- dice sonriendo airosa -sabes que Eva te mataría antes de estar de acuerdo con algo así.

-Está bien, me convenciste.

-Jajajaja...- brinca sobre mí abrazándose a mi cuello -ya verás que juntos vamos a rescatar el rancho.

-Bien- digo apenas no puedo evitar admirar lo que me muestra su escote.

Valeria nota mi mirada y toma mi mano para dirigirnos hacia el rio, ella sabe lo que me gusta no lo puedo negar. Me dejo hacer cuando me hace sentar sobre una roca y se planta a horcajadas sobre mi, ataca mis labios con pasión y fiereza dominando el beso, el movimiento de sus caderas sobre mi me enciende y cuando siente mi dureza se levanta. La picardía de sus ojos es lo que más me atrae de ella, se desviste frente a mi dándome un desfile de curvas, sus pechos firmes y redondos me invitan, esos pezones rosados y erguidos piden mi boca a gritos. Solo la cubre un diminuto tanga de encaje y se gira para darme un vistazo de su voluptuoso trasero antes de lanzarse al agua. Mis ojos siguen la silueta de su cuerpo y me levanto para verla emerger como una sirena, el agua acaricia su piel con sutileza.

CarissaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora