Cuando Zeus llegó al salón principal, se asombró al ver a su hijo y a su esposa, tomados de las manos y viéndose a los ojos.
Eso le causó mucha ira y celos al dios del rayo, pudo haberle tirado un letal rayo pero después solo quería echarlo
-Hermes me es útil como mensajero y para el futuro -Pensó el rey.
Así que solo fue donde estaban el par de dioses.
-Se puede saber, ¿Que hacen ustedes dos tan juntitos? -Dijo Zeus, en un semblante serio.
Hera levantó una ceja con confusión, hasta que al fin entendió: tenía al mensajero en sus manos, literalmente
-Nada que importe lo suficiente para preguntar -Dijo la rubia seria-. De hecho, éste ya se iba.
Ella quitó sus manos encima de las de Hermes rápidamente.
Zeus tomó con fuerzas, las muñecas de su hijo, quién se quejaba del dolor y se lo llevó afuera.
-Bueno hijo, si ya no tienes más cosas que hacer -Hermes se quejaba del agarre que le estaba dando su padre-. Entonces puedes irte...
El rey lanzó violentamente al piso al mensajero.
-¡Adiós hijito! -Le cerró la puerta en la cara al muchacho.
Hermes estaba asustado, vió en los ojos de su padre, un destello de enojo y furia.
Era mejor no acercarse en tiempo a esos dos.
-Supongo que se le pegó algo de Hera jaja -Pensó Hermes, tratando de razonar sobre la actitud del dios azul.
Osea sacandole el lado positivo a la situación.
Hera estaba más que impresionada.
Vaya que Zeus ha cambiado bastante en la actitud con sus hijos
Había pasado dos días de lo de Hermes.
Hera se encontraba caminando por los pasillos del castillo, sin rumbo fijo hasta que sintió algo extraño como un sentimiento de que alguien la seguía.
Rápidamente se puso en alerta y trato de calmarse sin éxito alguno.
Ella tomó lo primero que vió que era una maceta, dispuesta a golpear a lo que sea que estuviera ahí.
Con mucha lentitud, se giró hacia atrás de ella, levantando la maceta y con mucho valor casi golpeó lo que sea hasta que vió que era Zeus, que sonreía nervioso a su esposa.
La reina del Olimpo frunció el ceño.
-¡Zeus!, ¿Que demonios?, Casi me matas de un susto -La diosa dijo sarcásticamente poniendo su mano en el pecho.
El mencionado solo rió nervioso.
-Lo siento mi amor, solo pensé que algo te pasaba y fui a ver si no necesitabas ayuda -Dijo Zeus tímido
Hera bufó y lo dejo pasar por este momento.
-Pues no necesito tu ayuda por ahora, gracias de todas formas -Sonrió un poco
Ella se fue dejando solo a Zeus.
El rey del Olimpo llevaba desde la madrugada viendo a su esposa dormir, tratando de ver si decía algo sobre un amante o algo así.
Estaba obsesionado con este tema.
El sabía que Hera no sería capaz de hacer eso, pero nunca se sabe con nadie del Olimpo.
Aparte, ¿que tal si descubre una especie de artimaña secreta?
Zeus salió de sus pensamientos y siguió su camino casual pero igual tenía algunas cosas en mente.
La diosa del amor había estado leyendo el libro de hechizos.
Estaba tratando de hacer más pócimas para el futuro, la rubia se sentía orgullosa de si misma por hacer bastante hechizos embotellados.
-Unas cuantas botellas más y tengo todos los hechizos jaja -Dijo Afrodita en un tono feliz.
Ese día había mandado a Eros a buscar una especia algo difícil de hallar pero que necesitaba igualmente para hacer más pócimas.
Otra razón para que obtuviera esa especia, era para ayudar a Hera con Zeus.
Afrodita sabía que tenía que enmendar su error y lo haría creando un hechizo de amor dulce para los reyes del Olimpo.
Sería difícil, pero Eros traería esa especia, si o si, aunque no sería bastante fácil que digamos...
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𝐶𝑎𝑚𝑏𝑖𝑜 𝑑𝑒 𝑃𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎𝑙𝑖𝑑𝑎𝑑╏𝑍𝑒𝑟𝑎
Fanfiction━¡𝚉𝚎𝚞𝚜; 𝚢𝚘 𝚗𝚘 𝚖𝚎 𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚟𝚒𝚎𝚗𝚍𝚘 𝚌𝚘𝚗 𝚗𝚊𝚍𝚒𝚎 𝚊 𝚝𝚞𝚜 𝚎𝚜𝚙𝚊𝚕𝚍𝚊𝚜! ━𝐃𝐞𝐜𝐢́𝐚 𝐇𝐞𝐫𝐚, 𝐞𝐬𝐜𝐚𝐩𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝐨𝐛𝐬𝐞𝐬𝐢𝐨𝐧𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐬𝐮 𝐦𝐚𝐫𝐢𝐝𝐨━. ¡𝙳𝚎𝚓𝚊 𝚍𝚎 𝚜𝚎𝚐𝚞𝚒𝚛𝚖𝚎! 𝐒𝐮 𝐦𝐚𝐫𝐢𝐝𝐨 𝐬𝐞...