La Última Palabra

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Zeus y Ares, trataban de lastimarse, uno al otro.

¡¿Por qué no te duermes, acaso no te rendirás como lo haces cada vez que estás en una guerra con Atenea?! decía Zeus, para molestar a su hijo.

¿Por que no te rindes tú?, ¿Por que no vas con una de esas TANTAS mujeres con quién te acuestas? Ares respondió devuelta.

Zeus, no se lo tomó con humor.

Maldito idiota.

La fuerza del cabello azul, iba incrementando, más y más, haciendo que lentamente, Ares estaba entrando en pánico.

¡ALGUIEN AYÚDEME, MALDITA SEA! Pensó el azabache.

No se haría el débil tan fácil, pero debe admitir, que ya está harto de estar así.

Con la poca fuerza que le quedaba, golpeaba en la cabeza a su padre. El sujeto estaba quedando más peor de lo que estaba.

Por otro lado, Poseidón, trato de mover a Zeus, pero este último se negaba a dejar a su hijo.

Deméter jalaba a Ares, con delicadeza pero este igual de terco, se negaba a hacerlo.

¡YA BASTA! dijo Hera con un tono enojado Por favor sueltanse, ¡esto es ridículo!

Ambos por fin se soltaron, uno en su lado y el otro en su espacio.

La rubia, se agachó al nivel de su hijo y le abrazó protectoramente, mientras que Hestia y demás, estaban donde Zeus.

En la cabeza del rey, veía desaprobado a su esposa y a su hijo. Se sentía celoso e inseguro.

Derrepente, todo se hizo de un tono blanco espectral, eso era por que Zeus recargó energía y con una tormenta tropical, se llevó a Hera afuera, se escaparon, un poco lejos.

Esta, trató de safarse del agarré de su esposo, pero, ella en el fondo, sabía que era inútil, ya que, él tenía más poder, más en ese estado demencial.

Tenía miedo, de lo que, él fuese capaz de hacerle.

Tenía miedo, de lo que, él fuese capaz de hacerle

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El piel azul, la soltó, frente a una fuente.

La lluvia, los empapaba con fuerza pero eso no era lo importante en ese momento.

Truenos y rayos, se hacían presentes, reflejando el como Zeus se sentía en esos momentos.

Había relámpagos, que iluminaban el cielo y el viento, que cruzaba sus cuerpos, de forma rápida.

La reina, solo veía al suelo, sin mucho en que pensar, mientras se sentaba en el suelo, como bolita, abrazando sus piernas.

Observó a su alrededor, el hermoso espectáculo natural que se estaba dando y luego, se quedó mirando a su esposo.

Yo estoy demasiado confundido contigo expresó el rey olímpico, que también se sentó, a distancia de donde estaba Hera.

Ella no dijo nada, solo escuchaba lo que él decía.

¿Por que haces esto Hera?, ¿Por que escapas de mí? le preguntó, sin esperar una respuesta.

La diosa matrimonial, solo vió al suelo, mientras escuchaba, a su esposo.

¿Que no era lo que TÚ querías?, ¿Que estuviese loco por ti?, ¿Que no viera con otros ojos, a nadie más?, ¿Que fuera ese marido perfecto que siempre quisiste y nunca podré ser?

Hera solo podía verlo incrédula, sin decir ni una palabra.

Zeus continuó.

¿Acaso no ves, que estoy intentando hacerte feliz, que te amo, que todos estos no están separando y tú los dejás?

Él, se levanta de golpe, haciendo que su esposa, se sienta confundida.

Pensé que te gustaría este lado afectivo mío, realmente disfrutó el estar contigo, pero, todos mis hijos, nos quieren separar ¿No ves que tengo razón?.

Esto, no lo imaginaba nunca dijo Hera en tono nostálgicoYo quería, que no me faltarás el respeto más, que fueras prudente y te comportarás como, un verdadero marido, debería serlo.

Sus palabras, alertaron a su marido.

Pero, ahora veo que eso, es algo que no podrás ser, ¡JAMÁS! dijo Hera, en un tono enojado.

La diosa, por el ruido, no había notado, los sollozos de su marido hasta que vió en su cara, tristeza y amargura.

P-pero yo l-lo tartamudeo el hombre.

PERO NADA siguió Hera. Zeus, tú no eres así, tu eres un viejo corrupto, mal educado y alguien que se humillaría por el bien del Olimpo, ¡ESO es lo que eres!

-¿Y eso es bueno?- preguntó el triste dios.

La pregunta era demasiado evidente, pero Hera, contempló otra respuesta.

-Probablemente lo sea, pero no sabría que responderte en estos momentos- se acercó a su esposo -Realmente, no hay arreglo para ti- Zeus agachó la cabeza Y para ser honesta... Ni para

Zeus la observó ante lo último dicho...

Zeus la observó ante lo último dicho

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𝐶𝑎𝑚𝑏𝑖𝑜 𝑑𝑒 𝑃𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎𝑙𝑖𝑑𝑎𝑑╏𝑍𝑒𝑟𝑎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora