CAPITULO 26

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LOURDES:
 
Marti❣

"Dejar ir, también es estar enamorado"... Gracias por esta historia, no podría odiarte aunque quisiera. Busca tu felicidad y yo la mía. Gracias por una historia de amor tan real, te amo Lourdes- Martina Benza"
 
Las lágrimas brotaban de mis ojos, la presión en el pecho volvía y esta vez más fuerte que la última. El aire no estaba más, no recordaba respirar, las manos me temblaban y las náuseas se hacían presentes, quería huir, irme lejos, lo más lejos posible. No quería a nadie cerca de mi, solo ella, pero yo la he alejado tanto por cuidarla que ya no sé hasta que punto esto estaba bien...
 
No quería abrir la puerta para que entraran a hacerme los últimos arreglos, para ir a la limusina que me llevaría hasta la iglesia donde me casaría con aquel hombre que lo único que ha hecho hasta ahora es arrebatarme la felicidad. Esta vez me llevé con la sorpresa de que habían abierto la puerta con un manojo de llaves. Me hice a un lado y me senté frente al gran ventanal...
 
TL:Te ves hermosa- dijo María y me puse de pie frente a ella.
 
L:Si me llega a pasar algo, si me hace daño, ten por seguro serás una de las personas a quien culpe...- la miré con tanto odio y luego pasé por su lado golpeando su brazo.

TL:No entiendo por qué tanto resentimiento si tú estás haciendo esto por Marti...- me giré a verla con mucho desprecio.
 
L:No te imaginas cuanto daño me está haciendo esto, ya que ni tú ni papá están haciendo algo para ayudarme, sobre todo tú... Eres tan miserable como Julian y no cambiaré mis palabras porque antes parecía que te importaba pero desde que me viste con Marti no sé que mierda tienes en la cabeza que no puedes verme cerca de ella.
 
TL:Siempre soñé con que algún día te cases con un hombre y tengas toda la protección del mundo, tengas hijos...
 
L:Alto, existen miles de métodos para quedar embarazada no necesito de un hombre para ello.
 
TL:No, tiene que ser un embarazo real... Con tu esposo, así debe ser.
 
L:Es que no te das cuenta de lo que estás hablando, estás tan o más enferma que Julian.
 
TL:¡A mi no me faltas el respeto!
 
L:Pides respeto cuando tú a mi jamás me has mostrado eso, menos ahora, solo mírate María....
 
TL:No tengo nada que mirar, solo lo equivocada que estás... Ese hombre ha cambiado y te lo ha demostrado.

L:No ha cambiado nada, en tres semanas nadie cambia para brindarte el resto de tu vida la felicidad que mereces y si fuese así como dices, entonces él se habría dado cuenta que mi felicidad está con Marti y si me ama tanto como lo dice, dejaría que yo fuese feliz.
 
TL:Ese es un antiguo cuento, no me vengas con ese sermón Lourdes... Si quieres a alguien, vas y lo consigues, no te rindes, persigues hasta alcanzar, hasta obtenerlo.
 
L:Ahora entiendo la desdicha de mi tío... ¡Cuánto lo habrás mortificado!
 
TL:Tu tío me amaba tanto como yo a él... Yo nunca estuve detrás de una mujer esa es la diferencia Lourdes...
 
L:¿Te das cuenta de lo que estás diciendo verdad?
 
TL:Te estoy tratando de hacer entrar en razón.
 
L:¡Tus estúpidos prejuicios me tienen cansada, María!
 
TL:¿De qué prejuicios hablas?
 
L:Los que te han metido desde que naciste, lo que crees que está bien y lo que se supone que está mal, lo no permitido... Pero sabes, eres demasiado tonta si esperas a que yo cambie de parecer porque aunque me case con ese imbécil, al menos voy a estar defendiendo a la mujer que amo y no me importa el resto...

TL:"La mujer que amas..." Me sorprende como hablas, esa mujer de seguro ya te olvidó, ni se acuerda de tu existencia sabes...
 
L:No me importa con tal de que ella sea feliz y no le haga daño, mientras no tenga cerca a personas como Julian o como tú, yo estoy tranquila...
 
TL:Espero esa tranquilidad te dure siempre, la limusina está abajo esperando por ti- salió cerrando la puerta con fuerza.
 
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Tomé aire tantas veces que perdí la cuenta... Estaba en la limusina acompañada de dos hombres a quienes no conocía, debían ser los guardias de Julian, los que me seguían a todos lados por si intentaba huir de su lado.
 
¿Se dan cuenta de la magnitud de su enferma mente?
 
X:Señorita...-dijo uno de los hombres con traje y lentes oscuros.
 
L:¿Qué?- estaba muy seria -¡¿Qué?!
 
X:Solo haga caso- dijo con su voz gruesa y entonces comencé a entrar en pánico.
 
L:¡¿A dónde me llevan?!
 
X:Es por su bien, solo háganos caso...
 
L:No sé de que hablan... ¿No estamos yendo para la iglesia?

NINFOMANIA [+18] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora