CAPITULO 29

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MARTINA:
 
Esta etapa en mi vida se llamaba ¿Cómo superar al amor de tu vida? Desde que Kevin me leyó el fax que le había mandado Lourdes habían pasado dos semanas, dos semanas en donde me enfoqué solo en mí, Sofía y Camila.
 
También me enfoqué en el deporte, sabía que para no estar mal tenía que tener alguna recreación y aunque pensé en salir y follarme a cuanta chica se me cruzara, también entendía que esa no era la solución para olvidar y desenamorarme de Lourdes.
 
En el trabajo, Kevin trata de conversar de ella pero yo le cambio el tema, le digo que no me interesa saber de ella; un día me dijo que Lourdes trataba de comunicarse conmigo pero que mi celular, el de Sofía y Camila no respondían y es obvio que no responderían, porque decidí cambiar mi número y le pedí a Camila que hiciera lo mismo y de paso hice lo mismo con Sofía.
 
Durante días he tratado de entender el porqué de su decisión, recuerdo cuando me llamó para decirme que estaba feliz porque ahora seríamos libres y podríamos estar juntas sin ningún problema, recuerdo su voz quebrarse cuando me dijo que me amaba y que la espera ¡JODER LA ESPERÉ COMO UNA IDIOTA!

Lo peor de todo... Lo peor era que aún la amaba, puede que la decepción y rabia se estén llevando un gran porcentaje de mi amor hacia ella pero aún la amaba.
 
K:¿Terminaste?- era Kevin.
 
M:Si estos son los últimos papeles- le pasé el informe.
 
K:Muy bien, eficiente como siempre- le dio una leve mirada al informe- ¿Cómo va la universidad?
 
M:Bien, la próxima semana son mis semanas de exámenes así que tendré que pedirte días libres.
 
K:Descuida, los que quieras- nos quedamos mirando.
 
M:¿Me darás los días libres porque soy buena en lo que hago o por lo que pasó con Lourdes?
 
K:Te daré libre porque eres buena en lo que haces- ni siquiera lo pensó- no creas que no me siento culpable.
 
M:¿Por qué te sentirías culpable?
 
K:Toda esta idea de Julian fue mía desde un principio.
 
M:No es tu culpa que me haya enamorado de una cobarde- él me miró y sonrió- ¿Por qué sonríes?

K:De a poco vuelves a ser la misma hija de puta que conocí- solo sonreí- supongo que es un buen indicio.
 
M:Supongo- dije ordenando mis cosas.
 
K:¿Has conocido a alguien?- cuando Kevin me hizo esa pregunta solo recordé a Emilia , ni siquiera me ha llamado en estas dos semanas.
 
M:No- respondí de inmediato, miré la hora y quedaba una hora para el cambio de turno en el hospital- si no me voy ahora no llego. Buenas tardes que tengas un lindo fin de semana.
 
K:Para ti también Marti, para ti también.
 
Salí del edificio y monté el primer taxi que salió, le dije que me llevara al hospital. Mientras íbamos en camino miré una florería y pedí que se detuviera, compré bombones y volví al taxi; estaba nerviosa, no veía a Emilia hace dos semanas y en estas dos semanas podría haber pasado de todo, incluso ya podría tener pareja.
 
Cuando llegué decidí que no iba a pasar, aunque hacía un frío horrible decidí esperar afuera. El tiempo pasaba y entonces noté una silueta que ya conocía, llevaba el cabello suelto, vaqueros negros ajustados a su cuerpo, un abrigo del mismo color y una pequeña boina en su cabeza, se veía hermosa; Emilia caminaba mirando al suelo así que ni cuenta se dio cuando me puse detrás de ella y le hablé.

M:Vaya, vaya- Emilia se detuvo y miró hacia atrás- como es posible que te deje de ver unas dos semanas y estés más guapa que la última vez que te vi- ella solo sonrió.
 
E:Creí que te había tragado la tierra, Martina.
 
M:Algo así me pasó, pero digamos que resucité como el ave fénix- solo me miraba- toma, te traje esto- estiré mi brazo y le pasé las flores con los chocolates- por mi mala educación de desaparecer y no avisarte.
 
E:Que peculiar manera de pedir perdón- Emilia aceptó las flores y los bombones- no sé si sabes pero estos chocolates son mis favoritos.
 
M:Mira tú, creo que mi intuición aún funciona- las dos sonreímos- creo que no es buena idea seguir hablando acá, se viene una tormenta- las dos miramos al cielo- te propongo que vayas a cenar conmigo- Emilia puso cara de sorpresa- es solo una cena.
 
Emilia:Tengo hambre, Marti. Anda, vamos.
 
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Llegamos a un restaurante de comida india, nos sentamos en la mesa más apartada de las otras y pedimos.
 
E:¿Cómo está Sofía?
 
M:Bien, un poco engreída.
 
E:¿Por qué? 

NINFOMANIA [+18] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora