𝙎𝙀𝙄𝙎

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El aroma de la madera era predominante en ese gran lugar. Las paredes eran adornadas por cientos de artefactos extraños ante sus ojos y vitrinas con jarrones o piezas que parecían sacadas de una subasta del mercado negro o alguna cosa así. Ciertamente no le sorprendería si así fuera, no sería lo más raro que vería ese día. Ese lugar al que había escuchado llamar un "Santuario", era como un museo de antigüedades y aunque la estética resultaba agradable para ella, no podía evitar sentirse perdida en ese lugar.

Sus sentidos estaban como locos en ese sitio, no podía dejar de mover su pie, nerviosa al percibir sensaciones diferentes cada segundo y aunque no era una experta, Madison dedujo que era debido a todas esas cosas que mantenía ahí. Y es que era como si cada cosa tuviera vida propia, parecía que estaba en un mar lleno de corrientes que la jalaban de un lado a otro sin parar brindándole cierta desorientación por momentos al sentirse abrumada ante tantas cosas.

Su mirada se mantuvo clavada en el mago en las escaleras cuyo nombre, tal parecía, era "Doctor Stephen Strange"—¡vaya nombre más extraño! —, una pregunta menos lo cual no era útil, pero servía para calmar su angustia. Stephen también le vio y conservó en su rostro una sonrisa falsa bastante satisfecho por su propia respuesta. Distinguió a la chica abrir la boca como tratando de formular alguna palabra.

—Okay... —masculló Madison, asintiendo y bajando la mirada.

—Ahora que respondí tus preguntas... —Stephen deshizo su sonrisa y se dio la vuelta con la intensión de continuar con su camino.

Aquello alertó a la chica, que rápidamente trató de alcanzarle subiendo un par de escalones con prisa.

—No, espere aún tengo más pre... —Madison sintió nauseas al notar que de un momento a otro se encontraba sentada en un sofá en un lugar completamente diferente al que estaba hacía un segundo.

Pasó sus manos por la tela del asiento confundida por el cambio tan repentino. Miro a todas partes con rapidez, encontrando frente a ella al Doctor, sentado en un sillón y con la cabeza recargada sobre su mano viéndola de manera intimidante. Williams se recompuso lo más rápido que pudo y antes de poder hablar, el doctor pronunció unas palabras.

—Hace dos días recibimos una señal. —dijo a la joven, quien se tensó ante su voz. Madison se dedicó a escuchar al adulto frente a ella —Creímos que había sido enviada por una entidad maligna usando la...

—¿Entidad maligna? —interrumpió la chica —Lo siento. —se disculpó al ver la mirada molesta del doctor.

—Creímos que había sido una entidad maligna usando la presea, pero henos aquí, sin hechiceros o brujas. Solo una niña de diez años sin conocimiento alguno de lo que "entidad maligna" significa. —explicó viendo sus manos.

Madison hizo una mueca indignada por el comentario del doctor, pero las circunstancias solo le permitieron resoplar con hastío.

—Tengo quince, no diez. —murmuró molesta y el doctor rodo los ojos.

—Disculpe al Doctor, jovencita. —se escuchó decir al bibliotecario entrando a esa biblioteca —No es muy bueno con las pláticas. —Madison sonrió ligeramente y con cierto nerviosismo dándole la razón.

—Es gracioso que tú digas eso, Wong. —mencionó con ironía mientras el asiático se colocaba junto a ellos, viendo a la joven.

—¿Ese es su nombre? —preguntó curiosa al hombre y este asintió —¿solo Wong? —el mencionado repitió su acción y al no hablar, Madison se quedó con ese dato, guardándolo en su mente —De acuerdo.

Tras unos largos segundos de silencio, Stephen optó por continuar haciendo preguntas. Quería obtener respuestas además de que con la amenaza de que la dimensión oscura invocara a mas criaturas y se hiciera un caos, era preferible apresurarse con las explicaciones y arreglar el desastre que comenzaba a formarse. No quería que las cosas se salieran de control.

Descubriendo Un Nuevo Mundo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora