𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒; Billie Eilish.

「𝟐」

「_________' 𝐬 𝐏𝐎𝐕」

La noche tramposa se alzaba sobre nosotras con estrellas débiles y una Luna tan brillante que no parecía contener todas las penas que seguramente tenía. Es decir, muchas personas han mirado al cielo, mientras algunas lágrimas bajaban por sus mejillas y le pedían o le contaban a la Luna sus lamentos e historias. La gran e infinita tela azul oscura decorada con pequeñas luces y una esfera gigante radiante, guardaba tantos secretos que era imposible enumerarlos. Y yo no miraba al cielo para contarle telepáticamente sobre mis tristes pensamientos, sino para preguntarle porque carajos le hacía caso a mi mejor amiga, Billie. 

A la bella castaña se le había ocurrido ir a mi casa para convencerme de que escapemos juntas a una aventura, y yo la amo tanto que decidí dejarme llevar. Ambas nos arrastramos entre risas y bromas hacía un edificio en ruinas que estaba un poco alejado de la ciudad, y mientras más nos acercábamos, más podía ver las intenciones de Billie. Y aunque intenté convencerla de volver, ella tenía el increíble poder de manipularme y hacerme ceder ante cualquier cosa. 

Ahora nos encontrábamos llegando a la terraza del gran edificio abandonado, y mi miedo aumentaba aún más.

- Superarás tu miedo a las alturas.

Me había dicho ella mientras me arrastraba hacía aquel lugar infernal.

Simplemente podía tirar de mi brazo en vano al mismo tiempo en que ella soltaba risitas traviesas. Sabía que Billie estaba más que dispuesta a quitarme aquel miedo, cómo lo había hecho con las arañas.

- Billie, ve despacio. - Le pedí más por miedo de llegar al lugar que otra cosa.

- Tranquila, será divertido. - Dijo y se dio la vuelta para verme. Sonrió.

- Será divertido para ti escucharme gritar como marrana. - Contesté y Billie soltó una carcajada.

De repente entramos a un pasillo oscuro que no tenía buena pinta, lo poco que iluminaba la Luna era un agujero negro que estaba decorado con telas de arañas en los costados. Di dos pasos hacía atrás cuando Billie me soltó, sin embargo, ella se encargó de tranquilizarme al ponerse detrás mío y tomar mi cintura.

- Estoy aquí. - Susurró.

Ante esas palabras y esa cercanía, no pude evitar ponerme nerviosa. Mi cuerpo estaba paralizado, salvo mis piernas, que se movían solo para avanzar por aquel pasillo negro iluminado por la linterna del celular de mi amiga quien aún mantenía sus manos en mi cintura mientras me guiaba con cuidado. Una especie de escalofrío recorrió toda mi columna vertebral al sentir una leve caricia de su parte y, tuve que poner mis manos sobre las suyas porque sentí que me iba a caer.

- ¿Estás bien? - Preguntó Billie deteniéndose.

- S~si... Estoy bien.

Ella no preguntó nada más y ambas seguimos caminando hasta llegar a una puerta metálica.
Billie me dio el celular para que le alumbre el lugar mientras intentaba abrir la puerta.