「𝟓」

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「________' 𝐬 𝐏𝐎𝐕」

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「________' 𝐬 𝐏𝐎𝐕」

Sonreí cuando sentí unas manos cálidas y suaves sobre mis ojos. Su olor agradable y femenino inundaba mis fosas nasales, provocando que el simple hecho de tener olfato sea algo por lo que esté agradecida. Además de poseer tacto, vista, audición y gusto, claro.

Me consideraba afortunada de estar viva para apreciar estas delicias y bellezas que solo la vida te podía otorgar. No cualquiera tenía la suerte de poder tener sus ojos tapados por estas manos, las cuales cubrí con las mías.

- Sé quién eres. - Dije y ella abrazó mi cuello por detrás. Puse mis manos sobre sus brazos, sonriendo. - Eres mía.

- Claro que soy tuya. - Plantó un sonoro y tierno beso en mi mejilla, logrando que amplíe aún más mi sonrisa.

-¿Cómo estás hoy?

- Mejor ahora que estoy contigo.

Billie rodeó mi silla, para luego sentarse sobre mí con cuidado. Encerré mis brazos en su cintura y ella escondió su rostro en mi cuello. Mi piel se estremeció al sentir sus tibios labios sobre esta zona.

Fruncí el ceño cuando reparé en sus palabras.

- ¿A qué te refieres con que estas mejor ahora? - Acaricié su cintura. Chasqueó su lengua y se movió, como indicándome que me levante.

- No me gusta estar sobre ti, sabes que me gusta que tu estés sobre mi. - Puse mis ojos en blanco mientras sonreía y me levanté. Billie se sentó en la silla y palmeó sus piernas mientras me veía con una pequeña sonrisa. Cabe destacar que se veía muy sexi cuando sonreía de esa forma tan seductora. Me senté sobre ella, de costado y abracé su cuello. - Ahora sí.

- Ahora si me dirás que sucedió. - Suspiró y apoyó su cabeza en mi pecho. Peiné su cabello, reconfortándola. - Puedes decirme lo que quieras, bebé.

- Lo sé. - Hizo una pausa y luego siguió. - Es lo mismo de siempre: mis padres. Me tienen cansada, siempre cuestionándome todo. Algún día despertarán y no me verán mas. - Levantó su cabeza y me miró con los ojos cristalizados. - Solo me faltan unos meses y cumpliré 18... Pero los siento tan lejanos... Ya no aguanto. - Acuné sus mejillas con mis manos y las acaricié con mis pulgares, provocando que cierre sus lindos ojitos azules.

- Bill... no sé qué decirte...

- No hace falta que me digas algo. - Dijo aun con los ojos cerrados. - Está bien.

- Puedes venir a mi casa después de clases. - Abrió sus ojos y frunció el ceño.

No puedo explicar lo hermosa que era. Me desarmaba por completo esa carita de tristeza y desesperación.

- No quiero ser una molestia.

- Vamos Bill, mi mamá te adora. Te ha dicho que puedes quedarte en mi casa las veces que quieras. - Hizo una mueca y lo pensó por un momento.

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒; Billie Eilish.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora