Capítulo 2

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Finalmente, luego de tantas incógnitas y anécdotas por parte de Zeke, se dignó en presentarnos esta noche a su tan esperado prometido a mis padres y a mí.

La razón por la que Zeke no invito a Dina, había sido porque la rubia ya en una ocasión lo había conocido. Además, sería completamente incómodo que ella fuera a casa de mis padres con la presencia de mi madre.

Seguramente sería un desastre que no me gustaría presenciar.

La verdad Levi se escuchaba un partido comprometedor, y justo ese era el problema, gracias a todas esas maravillas de las que me habló Zeke, se me hacía muy difícil creer que alguien pudiera ser todo lo que ese hombre me decía mi hermano que era.

Dejando ese tema atrás, las malditas preguntas acerca de mi noviazgo con Floch seguían aumentando, por lo que opte por darme unas vacaciones de unos dos meses y de esa manera olvidarme del trabajo, Floch, mis compañeros de trabajo y de todo lo que me rodeaba.

Me dignaba en decir que era la mejor decisión de mi vida.

Cuando terminé de vestirme me encaminé hacia mi auto para ir a casa de mis padres y terminar con todo esto de una vez, para luego llegar a casa y poder comenzar con mis vacaciones que tanta falta me hacían desde hace años.

Cuando terminé de vestirme me encaminé hacia mi auto para ir a casa de mis padres y terminar con todo esto de una vez, para luego llegar a casa y poder comenzar con mis vacaciones que tanta falta me hacían desde hace años

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Tragué saliva cuando me percaté de que la mirada del prometido de mi hermano se dirigía hacia mí. 

Habían pasado al menos cinco minutos desde que llegó en compañía de Zeke, sin embargo, fue cuestión de segundos para que la belleza que desbordaba su rostro me impactara. 

Ni siquiera era atractivo del tipo que ves y solo piensas "es lindo", era el tipo de persona que con solo verla te quedas prendido a ella y comienzas a sentirte nervioso, queriendo dejar tu vista permanentemente pegada a su persona y no dejarla ir para seguir admirando su atrayente aspecto.

Inexplicablemente hermoso...

Todos nos hallábamos sentados en la mesa esperando a que llegase una de las cocineras con la cena. Ellos hablaban de cosas triviales, sin embargo, yo no me sentía capaz de formular alguna simple frase, me sentía tan encantado con el azabache que me sentía en shock.

¿Qué mierda?, no me gustaba como me sentía.

No lo soporte más, no podía seguir en esa maldita mesa mientras que el ojiazul estaba justo frente a mí, podía sentir como mis mejillas ardían y como mis ojos hacían el mayor esfuerzo para no voltear a verlo.

-Ahora vuelvo-Dije de repente interrumpiendo la charla de mi familia.

Percibí que mi madre me diría algo, pero no me importó en lo más mínimo y me largué a mi único lugar de privacidad en la casa de mis padres. Me fui al baño lo más rápido que pude, al entrar, sentí como una carga se marchaba.

Me recargué en la puerta del baño.

Puse ambas manos en el lavabo y me mire al espejo, abrí la llave y remoje mis manos para después mojar mi cara en repetidas veces.

Amantes (EreRi).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora