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Takemichi entró de nueva cuenta, al igual que Mikey quien cerró la puerta detrás suyo al entrar. Se guardó el arma una vez adentro soltando un largo suspiro.

— No creí que fuera a funcionar, Takemicchi. — Exclamó el peliblanco.

— ¡M-Mikey-kun! Yo estaba...

— Ibas a buscarme ¿No? Pero yo te dije que vendría por ti. — Interrumpió Mikey, sujetando de la muñeca a Takemichi fue que lo acorraló en la pared, usando también su mano libre para colocar esta en el lugar.

Takemichi no tuvo ninguna oportunidad de responder o defenderse, simplemente se quedó perplejo de encontrarse con un Mikey de esa forma. — No trates de hacer nada tonto ¿De acuerdo? No quiero tener que matarte con mis propias manos. — Declaró el peliblanco.

El chico asintió con la cabeza un par de veces, teniendo de frente par de orbes profundos sobre los propios. — Mikey-kun ¿Cómo diste tan rápido conmigo? — Se atrevió a preguntar Hanagaki, con algo de duda en el proceso.

— Tú última respuesta me lo dijo ¿No lo recuerdas? — Cuestionó el peliblanco. Hanagaki no sabía si Mikey sabía que era el Takemicchi del futuro o seguía creyendo que era el del presente, era un mal momento para eso, debía improvisar.

— A-Ah, si, y-ya recuerdo un poco. — Respondió, sin embargo, Mikey continuó mirándolo y se pudo notar que algo entró por su cabeza. — Tú ¿Por qué demonios volviste Takemicchi? ¿Qué necesidad había de que estuvieras aquí? —

Takemichi dejó de respirar, Mikey nunca había sido tonto, y parecía conocerlo bien. — Tú me pediste que te salvara, Mikey-kun, y eso vine a hacer, es por eso que no puedo volver al futuro. — Fue la réplica del chico.

Mikey en ese momento se separó del chico, arrastrándolo con él afuera de la casa sujetandolo del brazo. — Irás de vuelta allá. — Respondió Mikey, pero Takemichi se negó quitando su brazo.

— Allá estamos muertos Mikey-kun. — Esas palabras detuvieron al más bajo, colocando orbes fijos en el rostro ajeno. Manos de Sano se dirigieron a cabeza propia, sujetando la misma ante los miles de pensamientos que le cruzaban; debía ser una mala broma.

— Yo... Te dije que te alejaras de mi, aquí y seguro en el futuro te dije que no te quería cerca. — El rostro de Mikey denotaba furia, estaba furioso porque aún con las medidas que estaba tomando parecía ser que en el futuro tampoco podría dar un buen futuro a Hanagaki, ya que él seguiría estropeandolo todo. De forma brusca volvió a jalar del brazo a Takemichi, caminando en dirección a un auto negro que se encontraba a mitad de la calle. — Teniendo en cuenta eso, no tienes de otra más que venir conmigo, y te diré que es lo que haz estado haciendo estos dos años. —

Takemicchi continuaba confundido, pero podía sentir en Mikey que de verdad estaba reprimiendo sus sentimientos de hacer algo en contra suya. Sin más se subió al automóvil, enseguida que también Mikey.

— Tardaron demasiado. — Hubo una queja. De donde provino esa voz era del conductor.

— Cállate y conduce porque no estoy de buen humor, Koko. — Reclamó Mikey, a lo que no hubo más respuesta que el sonido del motor del auto. Kokonoi lucía un largo y blanquizco cabello, sin embargo, parecía que en cuanto a sus actitudes no había cambiado mucho. Mirada de Mikey sintió sobre si mismo, siendo este el que empezó a hablar.

— Después de anunciar la separación de la pandilla, cada uno tomó un camino diferente. Kenchin estuvo muy cerca mío pero, hubo un tiempo que decidí alejarlo de mi. A él, junto a Mitsuya, Pehyan y Chifuyu decidí darles una golpiza y sólo así pudieron odiarme, pero tú, tú nunca te fuiste. — Se detuvo un momento, mismo el que usó para señalar el pecho ajeno. — Eres uno de los miembros de Bonten, Takemicchi, eres mi perra. —

Una media sonrisa se formó en rostro de Mikey, pero Takemicchi entendía mejor la situación aunque no del todo, además de que una pregunta rondaba por su mente ¿Chifuyu y el resto sabían de su relación con Mikey? Además ¿Exactamente a qué se refería Mikey con lo de ser su perra? Takemichi estaba nervioso, y aún más cuando Mikey le sujetó del mentón para verlo.

— Takemicchi, hace medio año que me encontraste y me mandabas todas esas cartas cuando no podíamos vernos en persona. Dime, Takemicchi ¿Vas a huir? Espero que digas que no, por que huir implica matarte~ — Confesó el peliblanco. Hanagaki ya no tenía otra escapatoria y no era como si fuera a hacerlo: su propósito era tener a Mikey de vuelta, costara lo que costara.

Pronto el auto se detuvo, la puerta se abrió del lado de Mikey y una cara de nuevo familiar se hizo presente. — Mikey, tardaste más de lo acostumbrado, los dorayakis llegaron. — Asomado por la puerta se encontraba Sanzu, mismo que se hacía a un lado dejando salir a Mikey y después de este salía Takemichi. Fuera una enorme casa los esperaba: parecía ser la casa de Mikey y tambien uno de los puntos de encuentro de la banda.

Burn. © (TakeMikey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora