5

1K 155 10
                                    

Algunos movimientos se sentían sobre la cama, mismos que hicieron despertar a Takemichi a la fuerza. Soñoliento, buscaba con esfuerzo a quién se removía tanto en el lugar, hata que recordó que compartía cama con Mikey.

Busco al chico mismo que encontró abrazado a él con suma fuerza que sin duda no podría despegar de él; suponía que era él el que se removía y lo reafimó cuando sintió como el peliblanco afianzaba su agarre.

Suponía que su ausencia de alguna manera afectaba a Manjiro, puesto que se encontraba en un profundo sueño a pesar de que se removiera. Mano fue a acercar a los cabellos impropios donde metió entre estos sus dedos a modo de caricia, sin dar mucha molestia.

Momentos más tarde y sin aviso alguno fue que entró Koko, mismo que se veía con fastidio en su rostro pero que no detuvo su andar hasta la ventana de la habitación, pero Takemichi mantenía un rostro de sorpresa.

— ¿Qué demonios haces ahí Hanagaki? Se supone que debías despertarlo hace dos horas, tenemos cosas importantes que hacer.

Takemichi se vió más confundido aún, pero por ahora haría lo que Koko le decía. Por un momento dudó, recordaba que Mikey tenía un mal genio y má si se le despertaba. Tragó saliva y con cuidado y sutílmente removió al chico.

— M-Mikey-kun, ya es de día. — Mnecionó Hanagaki en voz baja, pero lo suficientemente audible para Mikey.

El de hebras blancas se removió, abriendo los ojos un poco y con el ceño fruncido. Con mirada buscaba algo hasta que logró mirar el rostro de Takemichi. En ese momento, como arte de magia, una sonrisa se notó en él avalanzandose a abrazarlo mejor.

— ¡Takemicchi! ¡Aquí estás!

— Mikey, Rindo volvió y tiene algunas cosas que decirte, déjate de tonterías y levántate ya. —Interrumpió Koko, provocando que Mikey de nueva cuenta frunciera el ceño.

— Ya voy, maldición. — Replicó en mal humor, pero haciendo caso a lo dicho. Se estiró un poco antes de levantarse y dando una mirada a Takemichi. — Cuando vuelva tomemos una ducha juntos, Takemicchi. —

A la propuesta Takemichi sólo logró desviar la mirada con nerviosismo. La puerta se cerró, quedando solamente el de hebras rubias. Suponía que si podía salir de las sábanas, después de todo estaba dentro del cuarto.

Comenzó a mirar algunas cosas dentro del lugar, y no se había percatado del desastre que había ahí adentro, aunque tampoco podía quejarse pues su cuarto estaba igual o peor que en el que se encontraba. No demoró mucho cuando la puerta se volvió a abrir dejando ver a Mikey de vuelta.

— ¿Rindo está bien? — Preguntó por mero impulso, y Mikey sintió mientras restaba importancia al tema con una de sus manos.

— Sigue vivo, está bien para mi. — Respondió Mikey sin darle muchas vueltas al asunto. Su mirada fue a Takemichi, enseguida que se acercó para jalarle con él. — ¡Duchemonos juntos, hoy tenemos muchas cosas pendientes! —

Takemichi no puso más resistencia, igual el día anterior tuvo muy en claro que lo que sea que hiciera no serviría en contra del ajeno. Entrando al cuartode baño fue que Mikey se despojó de sus ropas, y Takemichi hizo lo mismo aunque un poco más avergonzado, pero en su mente llegaba el recuerdo de aquella vez que fueron con Draken a los baños públicos y sólo con eso podía evitar toda pena.

Ambos entraron en la bañera, quedando uno frente al otro y Mikey mantenia sus codos recargados en las orillas de la misma. Takemichi se mantenìa sentado tranquilamente, sólo la parte superior de su cuerpo era el que se mantenía a la vista.

— Mikey-kun, ¿Ahora si podemos hablar de lo que debo hacer? — Preguntó de nueva cuenta el rubio.

Parecía que Mikey se había olvidado de ese detalle, pero con una media sonrisa se dirigò al chico.

— Hoy te enseñaré, de hecho será muy divertido. — Fue lo que respondió.

Takemichi se quedó con más dudas ahora ¿Acaso hacía algo importante que el propio Mikey no podía decirle ahí? Tendría que aguantar la curiosidas. Pasado un tiempo ambos salieron de la ducha y Mikey sujetaba a Takemicchi en todo momento. Antes de poder salir fue que Mikey dió órdenes de llevarle ropa a Hanagaki: un traje negro, con rayas grises, camisa blanca, corbata negra con estampado elegante de color gris y un par de zapatos, así como él fue quien le enseñó a peinarse.

Estando listos, ambos subieron a un automovil que los dirigía por la ciudad, pero realmente Takemichi no tenía bien sabido por qué lugares estaba. Todo el transcurso del camino no hubo preguntas, hasta llegar a un desolado almacén, mismo que se detuvieron y ambos bajaron.

Takemichi le seguía desde atrás, y Mikey se abría paso al lugar. Una vez dentro Takemichi abrió los ojos de par en par al ver que era lo que pasaba: habìan cinco personas atadas a unas sillas, mismas que mantenían ojos vendados y sollozaban con fuerza. En ese momento, Mikey se detuvo a verle, formando una media sonrisa y entrecerrando un poco los ojos.

— Takemicchi, ¿Matarías por mi?

Burn. © (TakeMikey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora