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El ambiente se encontraba tenso. Takemichi en medio de todas esas personas pertenecientes a la yakuza le hacían erizar el cabello de la nuca; pero debía mostrarse firme.

Corbata se acomodó en tanto seguía esperando la respuesta de aquel nuevo socio. Ahora mismo en sus piernas se encontraba Mikey de lo más cómodo, quien comía un dorayaki que había llevado con él así como a sus costados estaban Koko y Sanzu, ambos con brazos cruzados.

─ ¿Y bien? Estoy comenzando a aburrirme de esperar. ─ Exclamó en voz alta Manjiro.

Mano de este fue hacia el rostro de Hanagaki, extendiendo sus dedos indice y pulgar con los que había comido el postre. Takemichi como de una acción que conocía de toda la vida pasó a lamer ambos dedos para quitar lo dulce.

Mikey le dedicó una mirada junto a una sonrisa, llevándose los mismos a los labios para relamerlos de igual forma. Vista de nuevo pasó Mikey al frente, enseguida que uno de los miembros del otro grupo colocaba una maleta, misma que abría y dejaba ver varios fajos de billetes en su interior.

─ Koko. ─ Dijo Mikey.

En cuanto su nombre fue dicho el de cabello blancos y largos se acercó, contando el dinero tranquilamente y sin detenerse. Mikey pasó su brazo por encima de los hombros de Takemichi, abrazándolo con ayuda de su otro brazo y con una sonrisa de satisfacción.

─ Está todo jefe, podemos irnos. ─ Mencionó Hajime.

Takemichi se veía aliviado, Mikey también se veía complacido. Dió un gesto con la cabeza a Sanzu refiriéndose a que cargara con el maletín y el de cabellos rosas así lo hizo. Mikey se levantó de su asiento, jalando con él a Hanagaki dando mirada con sus negociantes.

─ Espero todo siga tan bien como hoy, caballeros. ─ Después de eso dicho tomó camino junto a Takemichi hacia el automóvil que los esperaba afuera.

Ha pasado casi un mes desde que Hanagaki llegó con Mikey. Las cosas que hacía ya se le eran costumbre y estaba sintiéndose cómodo con el hecho de ser considerado como el amante de Mikey, haciendo que tuviera más respeto entre pandillas y también dentro de la misma.

El auto que les esperaba era una camioneta, por lo que delante en los dos primeros asientos de atrás iban Sanzu junto a Koko y en los último dos de atrás iban Mikey y Takemichi.

─ Es un fastidio tener que ir a un lugar en especifico a cobrar en este día ¿Qué se supone que están haciendo los Haitani? ─ Reclamó Koko quién mantenía rostro de fastidio.

─ También están cobrando del otro lado, después de que desaparecieron par de millones no podemos confiarle esto a alguien, Hajime. Así que deja de quejarte. ─ Reclamó Sanzu, mismo que sacaba píldora y se la echaba a la boca.

Koko rodó ojos, en tanto Mikey cruzaba una de sus piernas. Takemichi se ajustó la corbata, enseguida que sacó un cigarrillo del bolso de su saco y encendió este con tranquilidad. Después de la bocanada expulsó el humo, alborotandose un poco los cabellos y suspiro dejando salir.

─ ¿Ocurre algo, Takemicchi? ─ Preguntó Manjiro, haciendo que Takemichi negara con la cabeza.

─ Estoy bien, sólo algo cansado. ─

Manjiro se acercó, recargando una de sus manos en pierna ajena para alcanzarle y dejar un beso en su mejilla, a lo que la respuesta de Hanagaki fue voltear y robar un beso a Mikey, algo que sorprendió sin duda al de cabellos blancos.

─ ¿Ahora quieres ser el que tome la iniciativa, Takemicchi~? ─ Comentó juguetón el más bajo.

─ Sólo tenía ganas, Mikey-kun. ─ Con ello, Takemichi le dió una sonrisa, no habiendo nada más.

Terminaron de cobrar en los lugares que tenían pendientes, por lo que Mikey y Takemichi pudieron tener su momento a solas de la noche.

Dentro de la habitación se podían escuchar algunos jadeos que salían de labios de Hanagaki. Encima de Mikey se sostenía colocando manos en su pecho moviendo sus caderas suavemente.

Mikey arañaba suavemente la espalda ajena, disfrutando de los sonidos que su amado Takemichi soltaba de forma delicada como siempre había sido. Mikey se acomodó, sentandose y recargando su espalda en el respaldo de la cama, aún dentro de Takemichi le detuvo mientras le sujetaba del mentón.

─ Takemicchi, quiero que me digas que me amas. ─ Murmuró Mikey sobre labios de Hanagaki.

El de cabellos oscuros sintió sus pómulos enrojecerse, desviando un poco la mirada fue que pensaba si estaba listo para decir aquello, y es que todavía sus sentimientos no eran claros.

─ ... T-Te amo, Mikey-kun. ─ Fue el susurro que dijo.

Aquellas palabras hicieron feliz a Mikey, por lo que robó casto beso al pelinegro enseguida que volvió a moverse dando estocadas lentas y profundas.

Terminaron con ello. Mikey se quedó dormido pero Takemichi no podía conciliar el sueño. Decidió levantarse con cuidado de no despertar a Mikey y decidió dirigirse por algo de agua. Bajó las escaleras tranquilamente pero, en su camino, encontró a Sanzu hablando por teléfono haciendo que Hanagaki se escondiera entre las sombras.

─ ¿Harás que me levante a abrir la tienda departamental sólo para que lleves al Kawata ahi? Maldita sea Rindō estás mal de la cabeza, me deberás al menos cien mil yenes por este favorsito. ─ Decía Sanzu con molestia quien tomaba las llaves del auto y salía.

De nuevo, el sentido de alerta estaba en Hanagaki, le causaba curiosidad saber que era lo que estaban haciendo los Haitani con sus ex-compañeros de la ToMan, por lo que estaba decidido: hablaría con ellos a escondidas de Mikey por bien de todos.

Burn. © (TakeMikey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora