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Los pasos de Takemichi se mantenían firmes mientras atravesaba el lugar. A su alrededor se encontraban miembros de Bonten, quienes al unísono daban un 'gran trabajo, jefe' hacia el pelinegro.

La reputación y respeto hacia Takemichi había incrementado rápido, era de esperarse al saberse que era la pareja sentimental de Mikey. Pasos llenos de seguridad daba con los zapatos charoleados que tenía puestos, deteniendose frente al auto que le esperaba.

─ Les pido que recojan el desastre, por favor. ─ Mencionó Hanagaki, mientras que una sonrisa fue hacia el resto, provocando que enseguida se ocuparan.

Takemichi era bondadoso, nada de igual tenía él con Mikey, por lo que les parecía extraño que salieran juntos. Takemichi se subió al auto, cerrandole la puerta uno de los chicos y haciendo que el auto saliera del lugar. Un suspiro salió de él, algo había cambiado en ese corto tiempo: ya no había brillo, en los ojos de Takemichi ya no había brillo alguno.

Takemichi se mantenía aferrado a la idea de que debía salvar a Manjiro, que no se podía ir de ahí sin hacer algo, así como el amor que tenía hacía Mikey poco a poco se fue convenciendo de que era real, por lo que el pensamiento de salvarle más estar evidentemente enamorado de él, hacían que se tornara más necio.

Con cigarrillo entre sus labios se preguntaba algunas cosas, hasta que de pronto algo llamó su atención entre esos pensamientos: su mano. Ya había tomado la mano de Mikey incontables veces desde que regreso del futuro y no había regresado. Mirando hacia el frente fue que la verdad llegó hacia él en forma de dos posibilidades: o Mikey no tenía deseos de que él regresara al futuro, o ambos estaban muertos.

Era difícil contestar eso, si era la primera lo que le llegaba a la cabeza era tierno lo que le parecía, pero si era la segunda entonces estaba en aprietos y algo tendría que hacer oara cambiar eso. Sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de su teléfono, haciendo que rebuscara entre sus prendas hasta dar con él y mirando la pantalla: era Chifuyu, había olvidado que ese día le tocaba darle informes de como estaba.

Rápidamente carraspeó un poco, agradeciendo que llamara estando en un lugar tranquilo como ese. Descolgó la llamada pegando el teléfono a su oído.

─ ¿Chifuyu? ─

¡Takemichi! Es un alivio saber que estás bien. ¿Lo estás, verdad?

─ Claro que lo estoy, no habría motivo para no estarlo. ─ Respondió el pelinegro mientras con mano libre se acomodaba los cabellos.

Me alegra escucharlo. Ahora escúchame a mi, necesito verte ¿Cuándo puedo pasar a tu casa?

En esos momentos Takemichi sintió ansiedad. ¿Cómo decirle a Chifuyu que no podía precisamente porque ya no vivía más ahí? Tendría que evadirlo en mientras.

─ ¿Ah? ¿Acaso ha pasado algo? ─

B-Bueno, no es como que haya pasado o no algo. ¡Sólo necesito hablar contigo!

Una mueca se formó en labios de Hanagaki. Pensando en la excusa perfecta sólo atinó a decir lo primero que pasó por su mente.

─ ¿Qué te parece si vamos a comer? Honestamente mi cuarto está hecho un desastre y esas cosas ajaja. ─

Eso no es nuevo pero ¡Claro! ¿Te parece al restaurante que está a un lado de la estación? Dicen que la carne es muy buena ahí.

─ Claro, esa está bien. ¿Mañana sería? ─

¡Mañana que sea! Te veo, hm... ¡A las dos! Ahí te espero.

Enseguida Chifuyu colgó, no dió tiempo a Takemichi para confirmar el horario pero, no le representaba un problema.

El pelinegro llegó de vuelta con Mikey, quien le esperaba en la entrada de la puerta. El peliblanco le extendió la mano, misma que fue tomada por Hanagaki, jalando a Manjiro hacia él y poder plantar un suave beso en los labios del chico.

─ ¿Todo salió bien? ─ Preguntó Mikey, haciendo que Takemichi asintiera.

─ Tal como los planes. ─ Respondió, colando mano a la ajena y jalarlo dentro del hogar. Con pasos lentos y calmados, fue que Takemichi se atrevió a mencionar lo de la comida a Mikey. ─ Mikey-kun, mañana debo ir a ver a Chifuyu. ─

Los ojos de Mikey enseguida fueron al rostro de Hanagaki; muy felíz no se veía con esa noticia.

─ ¿Ah? ¿Por qué? ─

─ Dijo que debía contarme sobre algo, además que Chifuyu no sabe que estoy aquí, él cree que estoy teniendo problemas familiares. ─ Mintió, no podía decirle que estaba intentando arreglar el futuro aún.

─ Mhm... Pero Takemicchi es mío ¿Verdad? ─ Preguntó Mikey, dando un apretón a mano del ajeno.

Takemichi se detuvo un segundo, colocandose frente al peliblanco, sujetando con su mano libre el mentón impropio de la manera más cuidadosa posible.

─ Mikey-kun, soy todo tuyo. Cuando regrese mañana te daré un regalo ¿Está bien? ─ Murmuró, dejando un beso en la mejilla de Sano, haciendo que este último asintiera convencido.

─ Está bien~. Te esperaré aquí con ese gran regalo del que hablas. ─ Respondió.

Mientras, detrás de ambos, en la entrada de una de las habitaciones una sombra les miraba apaciblemente; era el primer momento en que el traidor comenzaría su jugada.

Burn. © (TakeMikey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora