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Takemichi no tenía tiempo que perder. Aprovechando la ausencia por negocios de Mikey y que tendría que trasladarse a unas horas de la ciudad, buscó a los Haitani en sus puestos de mando principales.

Siendo escoltado por algunos hombres y a borde de lo que era su camioneta, terminó en uno de los casinos que controlaban el par de hermanos. Bajó con calma, siendo bien recibido por los trabajadores que sabían el peso de representación que tenía Hanagaki.

Casi de inmediato fueron avisados el par de hermanos por lo que rápidamente ordenaron una de las tantas habitaciones para tener un lugar de reunión; los dos Haitani ya se hacían una idea de lo que el pelinegro estaba buscando.

Takemichi llegó hasta donde Rindō y Ran, quienes lo esperaban con una botella de licor y vasos previamente llenados del líquido.

─ Se nos hacía raro que te quedaras sin hacer nada Hanagaki, siempre fuiste muy entrometido. ─ Exclamó Rindō mientras tomaba un sorbo de su vaso.

─ Es un alivio que sepas que me moveré siempre, Rindō-kun. ─ Respondió el de orbes azules, tomando un trago de la bebida ofrecida y robando una media sonrisa de Ran.

─ Seguro querrás saber que hemos estado haciendo por las noches, y eso involucra al menor de los Kawata por cierto. ─ Agregó el mayor Haitani quien sujetaba un cigarrillo entre su pulgar e indice de la diestra.

─ Así es, creo que ustedes tienen una idea de quien se trata la persona que me disparó ayer. ─

Ambos Haitani compartieron un vistazo entre ellos, después su vista se dirigió al menor y con ello un suspiro escapó de labios de ambos.

─ Nos gustaría decirte que sabemos de quién se trata, pero honestamente no tenemos ni puta idea. ─ Habló Rindō.

Las palabras del menor de los Haitani hicieron que Takemichi mostrara un rostro de decepción. Relajando los hombros y soltando un suspiro el chico llevó su mano a masajearse el puente de la nariz, sin embargo la voz de Ran llamó su atención de nueva cuenta.

─ Pero eso no quiere decir que quizá sepamos un poco de lo que busca este sujeto. ─

En esos momentos el de hebras oscuras alzó su vista mirando a orbes perezosos de su mayor.

─ ¿A que te refieres, Ran-kun? ─

─ Verás, hace unos años atrás mi hermanito y yo entramos en algunas cosas y terminamos con una enorme deuda. Claramente pagamos pero no terminamos bien con ese sujeto. Hemos escuchado rumores de que hay alguien buscando derrotar a Mikey y que quiere cazarnos, uno por uno, y pensamos que podría ser él. ─

Takemichi se quedó pensando un momento, tenía sentido si era así: empezar a cazar a todos y desquitarse con los Haitani para después derrotar a Mikey; sonaba a algo prudente pero ahora tenía una interrogante.

─ Si ese sujeto está cazandonos lo que no entiendo es: ¿Quién estaría traicionandonos? ¿Qué le habrían ofrecido que fuera más valioso que tener a Mikey-kun? ─

Los Haitani a la par levantaron sus hombros en señal de no tener tampoco la respuesta a esa pregunta. Takemichi al menos tenía algo pero le faltaba empezar a hilar lo demás. Se quedó un momento sujetandose el mentón y dando vueltas al asunto, y volviendo a su realidad al escuchar la voz del Haitani menor.

─ No tendremos respuestas ahora, Takemichi, pero algo si tengo que decirte: ten cuidado, Mikey no siempre estará contigo así que debes cuidar tu tonto trasero tú solo. ─

─ ¡E-Eso lo sé, no soy tan inútil! ─ Se defendió Takemichi mientras formaba una mueca. ─ Ahora quiero los informes con Souya, rápido. ─

Rindō rodó los ojos, detestaba dar declaraciones de lo que hacía o no hacía pero fue parte del trato.

─ No hacemos mucho, solo salimos por las noches a algún lugar, "charlamos" y lo llevo de vuelta a casa. Su hermano no tiene idea de que sale conmigo, de hecho esta noche planeo llevarlo a la discoteca de Kakucho. ─

Al escuchar la mención de Rindō los ojos de Takemichi se abrieron de par en par, y como si de una madre se tratara expresó su preocupación.

─ No creo que sea la mejor idea Rindō-kun, Angry no es el tipo de personas de ese ambiente. ─

El Haitani hizo un ademán con su mano, restando importancia al asunto.

─ Yo soy la parte divertida de esta noche, claramente haré que se divierta. ─

Hanagaki rodó los ojos, pero en ese momento tuvo una idea.

─ Iré hoy también. ─

El menor de los Haitani enseguida mostró su inconformidad al negarse con la cabeza de manera rotunda.

─ Pero claro que no, no arruinaras mis planes. ─

─ ¡Es claro que no iré contigo! Iré aparte, de esta forma puedo hablar con Kakucho-kun si es que sabe algo y podemos ver si pasa algo fuera de lo normal. ─

Ran soltó una risotada ante lo que explicaba Takemichi. Rindō seguía negándose pero Ran lo detuvo al poner una mano sobre el hombro de su hermano.

─ De hecho es una buena idea RinRin, entre más de los altos mandos estemos reunidos más atraídos se sentirán los responsables. Ayudaré a Hanagaki, así tenemos más ojos y teniendo más ojos podremos notar mejor si vemos algo extraño; la discoteca siempre ha sido un lugar de reunión, estoy seguro que podemos atraer al cazamatones~. ─

Rindō escuchó atentamente a su hermano, de eso tenía razón, además que entre más rápido se resolviera el asunto menos responsabilidades tendría. Un largo suspiro soltó, aceptando al final la idea con un asentimiento.

─ Bien, sólo no se entrometan en mi cita ¡Y tú Takemichi no dejes que Souya te vea! No quiero dar explicaciones de por qué estás ahí. ─

─ No dejaré que me vea, tranquilo. ─ Respondió el pelinegro. Teniendo el plan hecho no le quedaba nada más que esperar al momento acordado.

Burn. © (TakeMikey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora