Un mes.
Solo un mes había pasado desde su divorcio y la vida de Jisoo se había vuelto patas arriba en cuanto firmó aquel documento que detestaba con su alma.
Y Lisa había sido testigo de todo aquello.
Desde el que Jisoo comenzara a beber más alcohol y a fumar más de lo que ya lo hacía en un intento de olvidar el hecho de que había perdido a quién consideraba el amor de su vida, hasta encontrarla en la cama con una chica diferente cada vez que iba a aquel apartamento para saber sobre el estado de la castaña. Pero sin duda aquello no era lo peor.
Lisa recordaba a la perfección la vez que, en una de esas tantas idas al clóset en busca de algo de ropa para la mayor luego de ayudarla a tomar una ducha, había encontrado un par de pequeñas bolsitas con una pequeña cantidad de polvo blanco en su interior.
La tailandesa había confirmado el hecho de que Jisoo estaba consumiendo aquello en cuanto notó que la mayor tenía la punta de la nariz roja, al igual que sus ojos y las pupilas dilatadas. Sin embargo, Jisoo solo le había dicho: "Ya estoy bastante grandecita como para decidir que hacer con mi vida".
De más estaba decir que Lisa se había ido de ese departamento jurando no volver, sin embargo, a la mañana siguiente se sorprendió a sí misma tocando aquella puerta de madera que ya conocía bastante. Ella definitivamente era una estúpida, pero también era alguien que cumplía sus promesas.
Y Lisa recordaba a la perfección como le había prometido a Jisoo que se quedaría con ella a pesar de todo.
Por eso estaba allí, con la cabeza de Jisoo en su regazo mientras que con su mano derecha dejaba suaves caricias en su cabello, sintiéndose tranquila al ver cómo el pecho de la mayor subía y bajaba con total calma, como si no le hubiera dado un puñetazo a Jennie tan solo una hora atrás.
Lisa soltó un suspiro, echando su cabeza hacia atrás hasta dejar que quedara apoyada contra la cabecera de la cama de la mayor, cerrando los ojos por algunos segundos antes de levantar la cabeza y mirar a Irene a los ojos.
—Está arruinando su vida. – dijo la mayor en cuanto notó que Lisa la miraba con atención. La desesperación era notable en su voz y en su rostro y eso solo hacía sentir mal a la tailandesa. — Me enteré de que la han despedido de su trabajo por un problema con un paciente y con un accionista del hospital, tiene suerte de que no levanten cargos contra ella.
Lisa frunció el ceño ante la nueva información durante algunos segundos hasta que recordó el porqué Jisoo había estado toda la semana allí encerrada sin preocuparse por nada.
—Habla con ella. – fue lo único que dijo Lisa, quitando unos pequeños mechones de cabello del Jisoo de su frente.
—¿Y crees que ya no lo he intentado? La última vez me cerró la puerta, logré entrar hoy porque la chica que estaba con ella iba de salida. – bufó Irene, cruzándose de brazos. — Jennie también me ha dicho que cada vez que se ven de frente, Jisoo le da un puñetazo y que también ha insultado a Chaeyoung.
—¿Qué esperabas? – preguntó Lisa. — El divorcio le ha sentado mal.
—Eso no es excusa para arruinar su vida. – espetó la mayor, mirando a Lisa a los ojos.
La tailandesa frunció el ceño, haciendo una fina línea con sus labios. Miró a Jisoo en cuanto escuchó que un suave suspiro salía de los labios de la castaña durmiente antes de sentir que su cuerpo se tensaba por algunos segundos hasta que Lisa volvió a reanudar las caricias en aquel castaño cabello que tanto le gustaba.
Una pequeña sonrisa inundó su rostro en cuanto notó que el cuerpo de Jisoo volvía a relajarse, respirando con calma. Su corazón comenzó a latir cada vez más rápido con el paso de los segundos, sintiendo la tentación de agachar un poco su cabeza para unir sus labios con aquellos que tenían forma de corazón y que tanto le gustaban, sin embargo, sabía que no podía ni debía hacerlo.
Volvió a elevar la mirada en cuanto escuchó a Irene soltar un pesado suspiro, volviendo a fruncir el ceño antes de mirarla a los ojos.
—Ha pasado un mes y tú eres a la única que deja entrar en su vida, Lisa-yah. – dijo Irene, sentándose al pie de la cama sin dejar de mirar a la tailandesa en ningún momento. — Por favor, prometeme que vas a ayudarla.
Lisa logró ver con claridad cómo los ojos de Irene se iban llenando de lágrimas a la vez que la desesperación comenzaba a hacerse visible en su rostro.
—Yo... – comenzó a decir, volviendo a mirar a Jisoo por algunos segundos antes de volver a mirar a Irene, quién esperaba una respuesta. Y Lisa asintió, pensando seriamente en sí estaría tomando una buena decisión. — Te lo prometo.
Irene soltó un suspiro y cerró los ojos por algunos segundos, sintiendo como un peso se le iba de los hombros. Lentamente asintió, mirando a Jisoo por algunos segundos antes de volver a mirar a la tailandesa.
—Gracias.
Bienvenidos a un nuevo viaje en una montaña rusa llena de amor, celos, drama, dolor, tristeza y un millón de emociones más.Gracias por seguir conmigo en esto.
Espero que esta historia les guste tanto como a mí.
—Vale❤
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𝙾𝙽𝙴 𝙼𝙾𝚁𝙴 𝙼𝙸𝚂𝚃𝙰𝙺𝙴 - [𝙻𝙸𝚂𝙾𝙾]
FanfictionLuego de su divorcio, Jisoo siente que ha perdido todo lo que le daba color a su vida. La castaña cae en un hueco lleno de odio, rencor, dolor y tristeza del que se le hará muy difícil salir, no importa cuánto lo intente, no podrá hacerlo, al menos...