ℂ𝔸ℙÍ𝕋𝕌𝕃𝕆 𝟘𝟝.

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Jisoo se encontraba sentada en una mesa en una de las cafeterías que se encontraba cerca de su apartamento, tomando un café tan negro como lo estaba su alma, tratando de bajar la resaca y el insoportable dolor que martilleaba su cabeza en ese momento

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Jisoo se encontraba sentada en una mesa en una de las cafeterías que se encontraba cerca de su apartamento, tomando un café tan negro como lo estaba su alma, tratando de bajar la resaca y el insoportable dolor que martilleaba su cabeza en ese momento.

La razón del porqué estaba ahí era simple. Había invitado a Lisa a desayunar la noche anterior, tan solo minutos antes de que cayera inconsciente en su cama.

Tenía más de una semana que no veía a la tailandesa y sabía que había sido una total idiota la última vez que la vio, así que esa era la razón, quería disculparse con ella por haber sido una imbécil.

—¿Deseas pedir algo? – escuchó. Levantó la mirada, fijándose en la amable mirada de Nayeon.

—Estoy esperando a alguien, gracias. – respondió, comenzando a sentirse nerviosa por la penetrante mirada de Nayeon sobre ella.

Nayeon asintió, alejándose de la mesa y regresar al mostrador. Jisoo se echó hacia atrás, pegando su espalda a la cómoda silla en donde estaba sentada. Se llevó las manos a la cara, cerrando los ojos por algunos segundos y maldijo su dolor de cabeza en voz baja.

Si por ella fuera, ya se hubiera tomado un par de aspirinas que la ayudaran a bajar aquello, pero aún sentía un poco el efecto de la cocaína en su sistema y no quería morir debido a una sobredosis.

"Aún no" le dijo su mente, haciéndola fruncir el ceño.

Se quitó las manos del rostro, tomando su teléfono, dispuesta a mandarle un mensaje a Lisa para preguntarle si aparecería y si no, para irse de ahí y regresar a su apartamento.

Sin embargo, en cuanto estuvo a punto de hacerlo, la campaña que se encontraba sobre la puerta sonó. Jisoo levantó la mirada, sintiendo como el aire no llegaba de forma correcta a sus pulmones en cuanto notó a Lisa allí de pie.

Para Jisoo fue como si el mundo se detuviera por completo en cuanto vio a Lisa quitarse las gafas Ray-Ban que llevaba puestas y comenzar a mirar a su alrededor, en busca de la mayor.

Jisoo levantó la mano, haciéndole saber a Lisa de su presencia. La tailandesa sonrió, comenzando a acercarse. Jisoo escaneo la vestimenta de la menor, y por alguna razón, se sintió como una completa idiota al haber ido a la cafetería solo con una sudadera con capucha negra y un jean.

—Hey, bad girl. – saludó con una sonrisa ladina en el rostro. Lisa se sonrojó levemente y evadió la mirada burlona de Jisoo.

—¿Demasiado? – preguntó Lisa, sintiéndose tímida.

Jisoo negó, cruzando sus brazos y mirar detalladamente lo que Lisa llevaba puesto. Si la tailandesa de por sí ya era bastante atractiva, el que llevara puesto una jodida chaqueta de cuero negra, una camiseta blanca, pantalones negros y unas botas de combate era, definitivamente un plus. Simple, pero sin duda había logrado llevarse por completo la atención de Jisoo.

—Nah. – respondió Jisoo. — Te ves guapa.

Y ahí estaba a la Lisa que conocía. La tailandesa se sonrojo furiosamente y evadió la mirada de la mayor, causando que una risita saliera de ella.

Ambas se quedaron varios minutos en silencio, Lisa totalmente tímida y nerviosa por la intensa mirada de Jisoo sobre ella, y Jisoo sintiéndose incapaz de mirar algo más que no fuera Lisa.

—Entonces... – comenzó Lisa, jugando con sus manos de forma nerviosa. — ¿Para qué me llamaste?

Jisoo negó con la cabeza, volviendo a la realidad. Agachó la cabeza por algunos segundos y cerró los ojos, tratando de ordenar sus pensamientos y no decir nada que tal vez empeorara más las cosas de lo que ya estaban.

—Yo... – comenzó, levantando la cabeza y mirando a los ojos avellana de Lisa. — Te debo una disculpa, por lo de este último mes. – confesó. — Soy una total imbécil.

—Sí, lo eres. – habló Lisa, frunciendo el ceño. — Entiendo que lo del divorcio y el que Chaeyoung y Jennie comenzarán una relación  te duele, pero eso no te da una razón para hacer lo que haces. – la tailandesa ladeo la cabeza, suavizando su expresión. — ¿En qué momento se te pasó por la cabeza que consumir cocaína era una buena idea?

Jisoo se tensó. Ella odiaba hablar de eso, se sentía avergonzada de sí misma, pero ya había llegado a este punto en el que necesitaba dar una calada al menos una vez durante el día.

—¿Podríamos no hablar de eso? – preguntó se forma tosca, sintiéndose un poco enojada. Lisa se sorprendió por el repentino cambio.

—Solo quiero ayu-

—Ayudarme, lo sé. – la cortó Jisoo. La mayor cerró los ojos por algunos segundos y soltó un suspiro. — Y sí, seré una imbécil, pero también sé tomar mis propias decisiones y estoy totalmente consciente de que no estoy pidiendo tu ayuda, Lisa.

La tailandesa frunció los labios y decidió no decir más. Durante unos segundos más, mantuvo contacto visual con Jisoo hasta que se dedicó a mirar por la ventana. La castaña echó la cabeza hacia atrás, dejando salir un pequeño gruñido.

El ambiente entre ellas comenzó a hacerse tenso, causando cierta incomodidad en ambas y el silencio definitivamente no ayudaba en nada. Incluso Nayeon había pasado por la mesa un par de veces con la intensión de preguntarles si ordenarían algo, sin embargo, hasta ella se dio cuenta del tenso ambiente entre la castaña y la tailandesa.

—Lo siento. – volvió a hablar Jisoo, ladeando la cabeza para mirar a Lisa.

—No, tienes razón. – Lisa apartó la mirada de la ventana. — Es tu vida y yo no debería cuestionar que haces o no con ella.

Jisoo se maldijo a sí  misma mentalmente al menos unas cinco veces, sabiendo que la había cagado nuevamente. El silencio volvió a aparecer entre ellas y aquello le dio una idea a la castaña.

—Acompáñame.  – dijo, sonriendo levemente. Lisa la miró confundida.

—¿A dónde? – preguntó la tailandesa, frunciendo levemente el ceño.

—Prometo que no te arrepentirás. – Jisoo se levantó, tendiendole la mano derecha a Lisa a la vez que su sonrisa crecía cada vez más. — Ven conmigo, Lisa-yah.

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𝙾𝙽𝙴 𝙼𝙾𝚁𝙴 𝙼𝙸𝚂𝚃𝙰𝙺𝙴 - [𝙻𝙸𝚂𝙾𝙾]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora