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P.D: Esta canción representa bastante bien una parte del libro. Voy avisando. Espero que disfrutéis del capítulo;)


Layla


El alcohol de mi cuerpo se desvaneció en segundos.

La última vez que estuve tan cerca de el musculitos suizo fue en un lugar totalmente distinto, donde había mucha más gente que nosotros dos. Pero, ahora mismo no. Estábamos solos. En su coche. Yo encima de su cuerpo. Haciendo contacto visual. Ninguno quería apartar la mirada. Era una situación que solo había presenciado a través de una pantalla.

No me estaba quejando. En absoluto.

Pelo castaño, ojos verdes, puntitos en color beige decorando su cara y esos labios. Si, esos labios. Puede que lo haya estado observando mientras sentía su mirada sobre mí.

-Mmm..- gemí para mis adentros

El señorito de enfrente de alguna manera apretó mi muslo con su mano accesible,la otra estaba posada en la parte baja de mi espalda. Una acción mía provocó esto: posé mi palma sobre el dorso de su mano. Un gesto inocente, además en este momento.

Un sonido me hizo reaccionar.

El musculitos ya había apartado la mirada para ver por el espejo retrovisor el sujeto que nos hizo estropear este momento.

Quería besarle, con demasiadas ganas, pero en alguna parte de mi mente estaba pensándolo dos veces. Ese pensamiento me hizo sentir incómoda de un momento a otro.

Tranquila. Piensa en el presente. Tú puedes.

Yo puedo..

¿Podría?

Me aparté acomodándome en el asiento del copiloto del coche. Intenté no fijarme en la reacción del musculitos. No quería estropear el recuerdo del momento que acabamos de vivir.

No pasa nada, respira

Me concentré en las cosas positivas que había vivido en este año. El mejor año en mis veinte años de vida.

¿Por qué lo estropeas todo?

¿Qué te costaba actuar como si no pasara nada?

Me pareció escuchar un motor cerca de nosotros que se fue alejando con los segundos. Suponía que era el sujeto que tocó el claxon antes.

Ahora le parecerás rara.

Siente que es su culpa cuando, en realidad, es la tuya.

Solamente la tuya.

Tenía dos tipos de conciencias diferentes. Una me animaba y me ayudaba cuando lo pasaba mal. La otra empeoraba mi actitud cuando estaba en medio de una crisis mental. La buena había sido invadida por la del demonio. Tenía que alejarla de mí.

-¿Qué te gusta hacer?- pregunté

Al girar mi cabeza en su dirección, me encontré con una confundida expresión en la cara. Sabía que estaba confuso, después de ver mi reacción lo último que esperaba era que tuviera ganas de hablar. Sin dejar de mirarme respondió a la pregunta.

-Me gusta pintar cuadros y ver documentales de crímenes. ¿Y a ti?

-Adoro leer libros que hablan sobre los derechos humanos y novelas clásicas.

El Despertar De La NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora