Dejando atrás a mi madre y ansioso por lo que me esperaba, traté de tranquilizarme jugando sudoku.
Probablemente estarán pensando "oh cielos, ¿sudoku? ¡seguro eres muy inteligente para disfrutar de un juego como ese!" pero nada más alejado de la verdad. Siendo honesto, soy terrible en eso.
No entiendo cómo ese revoltijo de números podría entretener a alguien, debes ser un autentico genio para resolverlo sin estresarte. Y se preguntaran, "vaya, si no puedes hacerlo ¿por qué lo juegas?" bueno, lo juego para pedirle ayuda a mi padre.Sé que eso suena incluso aún más raro, pero después de no haber visto a tu padre por un par de años, ¿no querrías hacer lo posible por acercarte a él?
Mi padre es muy bueno en el sudoku, los termina en un segundo y no le cuesta nada de esfuerzo; ahora mismo estamos en un restaurante de comida rápida antes de seguir con el viaje y es el momento perfecto para convivir con él.
—Vaya, jugando sudoku ¿eh?—dijo mientras traía una bolsa con hamburguesas.
—Eh...algo así, esto es muy complicado, ¿cómo esto puede entretenerte?
Mi padre se carcajeó y le dio un vistazo al papel.
—Se nota que esto no es lo tuyo—rió. Le di el papel para que lo resolviera.
—Y se nota que tu lo dominas muy bien—era un poco aterrador como lo entendía tan rápidamente.
—Tu madre decía lo mismo, "¡¿Cómo haces eso tan rápido?! ¡¿Cómo puedes resolver un problema así de difícil sin sudar?!"—dijo mientras imitaba la voz de mi madre y reía—y yo le contestaba, "Bueno, así como puedo resolver este sudoku tan fácilmente igual seré capaz de resolver..."-se detuvo
—¿resolver qué?—Vi como la mirada de mi padre se entristeció mientras llenaba el último cuadro del sudoku
—Nada, ya no importa...Ten, ya esta resuelto.—dijo mientras me daba el papel—El sudoku al igual que muchas otras cosas en la vida, pueden parecer difíciles e incluso otras personas te convencerán de ello, por más que quieras darte por vencido, estés agotado o dudes, nunca sabrás como terminara si no lo intentas...-mientras dijo esto, su mirada estuvo al volante.
Era la primera vez que oía a mi padre decir algo así, tenia la idea de que el seria un hombre risueño y cálido, y aunque lo es, también es alguien profundo...me pregunto que habrá sido aquello que le dijo a mi madre que resolvería.El viaje siguió y por suerte la nieve cesó, al fin llegamos a la casa de mi padre. La casa estaba hermosa, realmente me sorprendió. Me hubiera esperado que fuese un lugar lleno de hojas secas, basura o algo al parecido pero en realidad, era lo contrario.
Al llegar baje mis maletas y me adentre en la casa, y el interior era igual de pulcro que el exterior. Era una casa en la que predominaban los tonos marrones, blancos y vinos, era demasiado sofisticada.—Bueno, bienvenido hijo a mi humilde hogar. Ponte cómodo, yo llamaré a tu madre para avisarle que llegamos a salvo—.Mientras mi padre llamaba, agarre mis maletas y me dispuse a explorar el que seria mi nuevo hogar por los siguientes dos años. La sala de estar era acogedora, la cocina al igual que el comedor, era grande; y en el segundo piso, el baño era muy estético, era como de revista, las recamaras tampoco se quedaban atrás, eran elegantes y espaciosas.
Toda la casa era increíblemente hermosa a pesar de no ser tan grande.—¿Y?¿Qué te parece?—dijo mientras se acercaba a mi
—Es muy hermosa—le dije—debería empezar a desempacar.
—Absolutamente—contestó él—te daré un recorrido por el vecindario y luego iremos a inscribirte en la escuela.
—de acuerdo—respondí.
Subí a mi recamara y me dispuse a limpiar la habitación y empezar a decorar las paredes con las cosas que había traído en mis maletas, eso fue todo lo que pude hacer debido a que aún no llegaba el camión de mudanza con mis muebles, no pude hacer mucho.
Justo como mi padre había dicho, una vez terminé me dio un paseo por el lugar, ¿qué puedo decir? era muy agradable, aparentemente todos los vecinos conocían a mi padre y las casas eran igual de hermosas que la de él.El parque sin duda fue de mis lugares favoritos, era espacioso y tenia árboles de naranjo en todos lados (no hace falta decir que fue eso lo que me enamoró del lugar), aunque claro, ninguno de esos árboles podría jamás reemplazar a mi buen amigo el viejo naranjo de la casa de mi madre.
Hubo una cosa en el lugar que me pareció sumamente curiosa. En el medio del todo había un gran árbol que daba tanto limones como naranjas. En mi escuela anterior ya había oído de un método en el cual puedes hacer que varias frutas distintas crezcan en un mismo árbol por medio de una fusión donde deberás cortas una rama del fruto en cuestión que quieras fusionar y amarrarlo con uno que ya tengas, pero me pareció sumamente fascinante el hecho de que de todas las frutas del mundo, hayan decidido unir un limonero con un naranjo.No pude evitar imaginarme lo glorioso que ha de verse en primavera, lleno de deliciosas naranjas y jugosos limones por aquí y por allá.
Por supuesto, alrededor del árbol se encontraban bancas y fue allí que entendí que, como no podía ser de otro modo, aquel árbol no solo era el centro del parque, sino que también era la joya principal del lugar.
Comencé a darle vueltas a aquel árbol en busca de alguna placa que contase su historia u origen o siquiera el nombre de quien o quienes lo habían plantado allí, pero no vi nada.Me pareció de lo más curioso que algo tan único y tan valorado por el pueblo como lo es este árbol no tenga una placa que mencioné a los responsables o que bien, brinde alguna información del árbol en general. En ese momento se acercó mi padre.
—¿no es bonito? a mi me encanta este árbol—dijo en cuanto llegó.
—me imagino que se verá incluso más bonito cuando tenga hojas y frutos—contesté sin dejar de apreciar a tal belleza frente a mi.—es increíble como han logrado hacer esto.
—¿eso crees?
—¡pero claro que si!, el que debió haberlo plantado sin duda estaba adelantado a su época—en ese entonces me giré hacia él y aproveche en preguntarle—de casualidad, ¿sabes quién lo hizo?
—bueno...—dijo mi padre mientras se rascaba la nuca—fue un viejo amigo que vivía aquí.
—¡¿En serio?! ¡¿como se llama?! ¡me encantaría conocerlo!
—veras...él ya no vive aquí, en cuanto se casó se fue, lo último que supe de él fue que su matrimonio no había funcionado y se había divorciado. Después de eso, me parece que se perdió.—comentó cabizbajo
—oh...—dije—¿lo extrañas?—en cuanto pregunté eso, me arrepentí por haber hecho una pregunta tan tonta y obvia.
—Claro que sí, cada vez que veo este árbol, me recuerda a él, era tan joven...—continuó—aunque confió en que estará en un lugar mejor ¿sabes?—. Mi padre dejó salir un suspiro y metió sus manos en los bolsillos de su abrigo.
—seguro que si,—dije mientras ponía mi mano sobre su hombro—apuesto a que es tal como dijiste, esta en un lugar mejor.
—tienes razón—dijo un poco más animado—bueno, sigamos, tenemos que ir a tu próxima escuela ahora, no hay que perder tiempo.—dicho esto, se dio media vuelta y fue a encender el auto.
Antes de irme, admiré aquel árbol una vez más, allí tan magnifico y tan misterioso. Después de un par de minutos escuché que mi padre me llamaba, así que de igual forma me di media vuelta y me fui, no sin antes despedirme del que espero, sea mi nuevo amigo.
Aquel árbol que brinda tanto naranjas como limones.
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Palabras que nunca salieron de tu boca
Teen FictionAdler, un chico de 16 años repentinamente se muda con su padre con la intención de volverse más cercanos antes de que cumpla sus 18 años y allí sucede algo completamente inesperado... ¡¡se enamora por primera vez!! Ahora el inocente Adler, junto con...