Palabras que nunca salieron de tu boca

Capítulo 8

El resto de aquel día no fue la gran cosa.

Al regresar a la escuela, los chicos me dieron algunas lecciones de lenguaje de señas. Me enseñaron el abecedario, a deletrear y a como saludar y despedirse; al terminar me regalaron un libro para que practicara en casa y me dijeron que un día antes de regresar a clases, me harían un examen el cual se realizaría en la casa de Sam para ver cuanto avance.

Los días pasaron y por fin llegó el momento de la verdad.

—Muy bien Ad,—dijo Sam mientras se sentaba frente a mi—Aquí esta tu examen—tomó a Daniel del brazo y lo sentó a mi lado.—Ten una conversación normal con Daniel, si logras sostenerla por más de 3 minutos habrás pasado.

Daniel y yo nos giramos al mismo tiempo para así estar cara a cara, él empezó.

NOTA RÁPIDA: en los diálogos de Daniel, debido a que se comunica por lenguaje de señas, estos estarán acompañados de comillas ("") para representar esto.

—"Buenos días"

—Buenos días—contesté, nervioso.

luego me pareció que decía algo sobre mi, ya que entre todas sus señas solo pude entender "tú"

—no sé—sentencié.

Sabía que aprender a decir "no sé" sería útil.

—"Adler ¿...ayuda?"—fue lo único que entendí, pero sabía a que se refería.

—Si, mucho—estaba sudando frío.

—Vamos Ad, solo llevas 1 minuto y no has dicho casi nada.—Interrumpió Sam.

—¿Cómo estas?

—"Bien, ¿y tú?"

—Mal—después de mi respuesta, pude ver lo que sería una pequeña sonrisa en el rostro de Daniel.

—Yo. invito. a comer

—"Bien, ¿Cuándo?"

—no sé

Daniel, Sam y Erik parecían estar disfrutando muchísimo de mi sufrimiento. Los podía ver reír frente a mi sin descaro.

—"Tranquilo, está bien."

—Lo siento

—"¿Porqué?"

—Soy malo.

—"¿en qué?"

—esto.—él rió, yo suspiré—¿Qué hora es?

—Todavía te faltan 30 segundos amigo—me contestó Erik.

—Esto es difícil

—"Tranquilo"—siguió—"Lo haces bien"

—¿Podemos terminar?

—"eres divertido, ..."

—¿Qué?

—¡Tiempo!—gritaron Erik y Sam al unisono.—Por si te preguntabas que fue lo último que dijo, él dijo que necesitas practicar—mencionó Erik.

—No necesito que me lo diga, yo sé que necesito practicar más.

—Y es justamente lo que haremos ahora—Dijo Sam entre brincos. Y eso fué lo qué hicimos, todo lo que restó del día, estuvieron enseñándome más palabras y practicando conmigo.

Sin darnos cuenta, ya había anochecido y nos encontrábamos todos cenando con la familia de Sammy.

—¡Esto esta delicioso Sammy! ¿Cómo se llama?—cuestioné