Capítulo 4

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Aclaración de la autora: Debido a que la historia involucra a personas con incapacidad auditiva se utilizará el lenguaje de señas como medio de comunicación en gran parte de la historia, por lo tanto si después de algunos diálogos realizados por alguien con estas características notan que dicen contradicciones como "oyó" u "oír" no se refiere a la acción de oír en si misma, sino de leer los labios o las señas que la contraparte realiza.

En ese momento Erik la interrumpió

—¡Es el hijo de la directora de la escuela!

—Así es,—dijo Samantha mientras miraba algo molesta a Erik por haberla interrumpido—lo que pasa es que tuvo un accidente automovilístico hace algún tiempo—Erik la volvió a interrumpir.

—Para ser exactos, hace 5 años

—Ajá...—contestó Sam con un tono aún más molesto—debido a esto, se lastimó permanentemente los oídos y por lo tanto quedó—Erik la interrumpió una vez más.

—Sordo—entonces Samantha lo empujó.

—INCAPAZ DE ESCUCHAR—alzó la voz un poco. Se volteó hacia Erik—¡Oye!¡No seas tan grosero!

—Tranquila, es mi amigo, además a él no le importa—en ese momento giró hacia Daniel—¿O sí?—Daniel solo se encogió de hombros.—¿Ves?—dijo hacia Samantha.

—En cualquier caso, deberías ser más respetuoso-entonces dirigiéndose a mí, continúo—es por esa razón que, la directora, su madre, decidió que sería mejor enseñar lenguaje de señas en la escuela, no solo para la comodidad de Daniel, sino que también para aquellos que se encuentran en la misma situación.

—Cielos...no lo sabia...—ahora me sentía como un idiota por no tener el más mínimo tacto con el tema. Me acerqué a Daniel con la intención de pedirle disculpas, aunque claro, cuando estaba a punto de hacerlo recordé que él no podría escuchar mis palabras por obvias razones y me sentí aún más idiota. Por suerte, Daniel se dio cuenta de lo que quería hacer y empezó a hacerle señas a Erik.

—Daniel dice,—Comentó Erik al ver que no entendía—que si tienes algo que decirle, puedes gesticular lentamente lo que quieres decir, él podrá leerte los labios y podrá entenderte—.Voltee a ver a Daniel y él solo asintió.

—¿En serio?—pregunté. Daniel volvió a asentir.—de acuerdo...—me acerque un poco más a él para que pueda leer mis labios más fácilmente—Lamento si te incomodé Daniel, no fue mi intención, de verdad...por favor, discúlpame.

—"no hay problema, es normal que no estés enterado de la situación"—comentó Erik, siguiendo con su papel de traductor—"además, en si no dijiste nada malo, solo tenias curiosidad. Créeme, al menos lo dijiste de manera amable, por aquí han pasado muchos que no han tenido el más mínimo tacto"

—Entonces, ¿estamos bien?—pregunté sorprendido

—"Claro"—comentó Erik

No pude evitar dejar salir un suspiro, realmente me preocupaba haber comenzado mi vida en esta escuela con el pie izquierdo, pero más importante que eso, me preocupaba el haberle faltado al respeto a Daniel.

—De acuerdo,—Comentó Samantha—Ahora que todos estamos bien, creo que con esto terminaremos el tour. Adler, ¿te importaría venir mañana? hay que prepararte en ciertas cosas antes de que las clases comiencen la próxima semana.

—Claro, ningún problema.

—¡Excelente!—Tomó del brazo a Daniel con la intención de irse-mañana, a esta misma hora en la entrada de la escuela ¿de acuerdo? ¡un placer haberte conocido y lindo día!—.Y en ese entonces Samantha se fue tan rápido como llegó llevándose a Daniel con ella.

—bueno, adiós amigo.—Erik me dio unas palmadas en el hombro y se fue lentamente en la misma dirección en la que Samantha y Daniel habían ido hace unos segundos.

Y ahí me quedé, en medio del pasillo, de pie, sin saber exactamente el porqué de esa reacción; así fue por unos segundos hasta que llegó mi padre.

—Vaya—dijo en cuanto llegó—¿ya hiciste nuevos amigos?

—Eso espero...—suspiré. Subimos al auto y condujimos a casa.

—¿Que te pareció la escuela hijo?—preguntó mientras manejaba

—interesante

—Yo pensé lo mismo—contestó—cuando yo estudiaba allí, no nos enseñaban esas cosas, que privilegios los tuyos—y comenzó a reír. Espera..."¿cuando yo estudiaba allí?". Al escuchar eso levanté la cabeza de inmediato.

—Espera, ¿qué dijiste?

—que eres un chico privilegiado—mi padre se había dado cuenta que probablemente dijo algo que no debía haber dicho.

—no, eso no—me acerqué más a él—la otra cosa, dijiste que tu estudiaste allí.

—Yo...—mi padre empezó a rascarse la cabeza—no sé de que estas hablando, probablemente me equivoqué, no le des mucha importancia, no es nada.
Obviamente era algo.

—Papá

—¿si?

—Por favor contéstame—empecé a sacudir su hombro—¿por qué no me dijiste que habías estudiado ahí?

—No sé de qué hablas—dijo mi padre mientras apartaba la vista.

—¡por favor!

Mi padre sabía perfectamente que no descansaría hasta que me respondiera.

—De acuerdo...—detuvo el auto un momento—en realidad...yo crecí en este vecindario, de ahí el porqué todos los vecinos me conocen, también estudie en esa misma escuela cuando era joven, ahí conocí a tu madre...

No podía creer que no estaba la tanto de esto.

—Además,—continuó—la casa en la que vivo—se corrigió rápidamente—es decir, vivimos, era la casa de mi padres, tus abuelos; me crié en esa casa durante 22 años hasta que me casé con tu madre...

—¡¿Qué?!—no lo podía creer

—Y como cereza del pastel,—dijo—tu habitación en realidad....—Sabia hacia donde estaba yendo esto.

—no me digas que...—mencioné mientras me llevaba una mano a la boca.

—así es...esa era mi habitación cuando era joven.—se le escapo una risilla nerviosa—y antes de que preguntes, no, nada de esto fue planeado.—Claro, el alegaba que no era a posta, pero demasiada coincidencia es demasiado sospechosa.

Unos minutos después, al llegar a casa, el camión de mudanza ya estaba allí. Debido a que aún era temprano, decidí continuar desempacando y acomodando todo en mi nueva habitación.

Antes de terminar, me parece que desde que empecé a escribir esto, no les eh dado una descripción detallada de mi, así que antes de que duerma, lo haré lo más breve y rápido posible.

Mi nombre es Adler Spencer y como sabrán tengo 16 años. Soy algo alto, mi piel es un tanto bronceada aunque no demasiado, complexión media para mi edad; mi cabello es lacio y algo largo y al igual que mis ojos son de color castaño, mis cejas son algo gruesas (herencia de mi padre) y mi cabellos es bastante delgado (herencia de mi madre).

Supongo que eso es todo lo que necesitan saber de mi, por ahora.







Palabras que nunca salieron de tu bocaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora