Después de unos minutos llegamos a la que sería, mi nueva escuela.
Debo admitir que era la escuela más particular que había visto; antes de que empiecen a especular algo, no, su estructura era completamente normal, era una escuela de solo un piso aunque eso si, eh de decir que era bastante extensa, no, no estaba decorada de oro o nada parecido, en realidad las paredes estaban teñidas de un color crema agradable, y no, aquí no asiste el hijo de ninguna celebridad, aquí solo hay chicos igual de normales que yo.
Entonces se preguntaran: "¿y que la hace especial?"
Bueno, déjenme decirles, que lo que la hace tan singular de todas las escuelas que he visitado (porque sí, eh visitado muchas escuelas a lo largo de mi vida) es que esta es la primera que exige de manera obligatoria, así es, obligatoria, que cada uno de sus estudiantes sepa hablar lenguaje de señas.
Si, así como lo leen.
Y que además, es una materia que se inculca aquí desde los primeros grados.
Es algo básico y fundamental el saber lenguaje de señas aquí.No me malinterpreten, no me desagrada la idea, de hecho, me parece admirable; es increíble que hagan tantos esfuerzos por incluir a personas que no pueden comunicarse oralmente y que les abran las puertas, que les faciliten el estudio, la interacción social y la confianza en ellos además de que esto puede abrirles más caminos a los estudiantes cuando crezcan y trabajen.
Al llegar, mi padre entró a la oficina de la directora y se dedicó a llenar todo el papeleo necesario para mi inscripción; en cuanto a mi, tres estudiantes de lo más peculiar se acercaron a mi, lo que parecían ser, dos chicos y una chica.
—¡Buenos días!—comentó la chica en cuanto se acercó a mi y me extendió la mano—tu eres él nuevo ¿no es así? ¡Un placer conocerte! mi nombre es Samantha Yedid.—le extendí mi mano y me dio el saludo más movido y energético que nadie me había dado en la mano.
Samantha era relativamente alta para ser una chica, traía el cabellos suelto, largo hasta la cintura y amarillo como la mantequilla y sobre este lo adornaba una diadema negra, era de tez blanca y llevaba puesto un suéter color rosa pastel junto con una bufanda lavanda, una falda color café y unas medias blancas con zapatos negros de charol. tenía toda la imagen de una estudiante ejemplar.
—Y ellos,—continuó Samantha—Son Erik de la Rosa y Daniel Wang.
El supuesto Erik era un chico de tez bronceada y cuerpo delgado aunque tonificado, unos centímetros más alto que yo, de cabello rizado color chocolate y grandes ojos marrones. Estaba usando una rompevientos color negro con unos pantalones holgados grises y tenis blancos. Tenía ambas manos escondidas en los bolsillos de su chaqueta y en cuanto escuchó su nombre me sonrió y me saludo con una mano.
—Hola, un gusto—contestó Erik
Por último, Daniel.
Llevaba puesto un abrigo azul increíblemente grande y ancho como para que alguien como él lo usara, el abrigo en cuestión le cubría la boca y le llegaba hasta las rodillas; era delgado para ser un chico y de unos 10 centímetros más bajo que yo y de una tez tan pero tan blanca que incluso podría decir que se trataba de un fantasma; en su cabeza llevaba puesto un gorro azul que cubría completamente su cabello, por suerte pude observar que su cabello era lacio y de color negro gracias a unos cuantos mechones de cabello que salían de este y que en parte cubrían su cara. Lo único que podía ver de su rostro eran sus ojos negros rasgados y su refinada nariz. Al igual que Erik, llevaba un pantalón holgado de color negro y unos tenis deportivos grises con blanco.
En cuanto presentaron a Daniel, simplemente se limitó a asentir con la cabeza en forma de saludo, manteniendo la vista hacia abajo. Parecía ser un chico callado, y en efecto, así era, en todo el recorrido no dijo ni una palabra a diferencia de Samantha, que me explicaba en detalle el lugar, y Erik que se dedico en gran parte a contar chistes.
—Bien, creo que eso es todo—comentó Samantha en cuanto terminó el tour—¿qué te pareció la escuela?, bastante bien ¿no?, ¿tienes alguna duda?
—bueno...—comenté ante su petición—no es una pregunta relacionada al recorrido...
—¡Oh, no te preocupes!, estamos aquí para responder cualquier tipo de duda, así que adelante.
—Verás, tenía curiosidad de saber dos cosas, la primera, ¿por qué esta escuela se empeña tanto en inculcar el lenguaje de señas?—y en cuanto pregunte eso, los tres se vieron unos a los otros—Por favor no me malinterpreten, creo que es fabuloso que lo hagan, es solo que me pareció curioso ya que es la primera escuela que veo que lo enseña con ese fervor. Y en cuanto a la segunda pregunta, es para Daniel—Daniel abrió los ojos al oír eso—dime, acaso, ¿no te agrado? o ¿eres tímido? realmente me gustaría saber ya que bueno, no lo tomes a mal, pero no has dicho ni una sola palabra o seña desde que llegaste, y bueno, me pareció extraño.
En cuanto terminé la segunda pregunta, Samantha y Erik vieron a Daniel al mismo tiempo, los tres se juntaron un poco lejos de mi y empezaron a hablar sobre algo que no pude escuchar. Minutos después los tres regresaron.
—Bien, Adler, en cuanto a tus preguntas, las dos tienen la misma respuesta...—antes de seguir, se giro hacia Daniel con un rostro preocupado, Daniel solo asintió. Samantha volvió a girarse hacia a mi y continuó—Lo que pasa es que, Daniel es...
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Palabras que nunca salieron de tu boca
Novela JuvenilAdler, un chico de 16 años repentinamente se muda con su padre con la intención de volverse más cercanos antes de que cumpla sus 18 años y allí sucede algo completamente inesperado... ¡¡se enamora por primera vez!! Ahora el inocente Adler, junto con...