Chifuyu Matsuno un chico de 17 años de edad, vive solo ya que su familia es un tema delicado. Después de un mes la renta del departamento aumento, por lo que no puede habitarla por más tiempo, ahora no tiene de otra más que buscar un nuevo hogar, la...
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Después de lo que paso con Takemichi en la escuela no podido parar de pensar...
Lo que el hizo con mi cuerpo, más específicamente en mi parte trasera, jamás pensé que se sentiría tan bien, ni siquiera sabía que esa parte de mi cuerpo se podía utilizar de esa manera. Takemichi me hizo despertar interés.
Mikey me hizo sentir un cosquilleo en todo mi cuerpo, era la primera vez que experimente algo así, cada uno de sus toques me quemaba y eso me gustaba, mordidas, azotes, besos...todo eso en mis muslos. Manjiro me hizo sentir mariposas.
Baji..., Dios el fue demandante, al principio fue precavido pero en cuanto yo quise hacer un movimiento el me agarró, no me dejó ir, fue cuando kazutora entro en acción, el fue juguetón, le gustaba provocarme, fue cuando entre ellos me hicieron tocar el infierno mismo. Baji y Kazutora me hicieron sumiso ante sus deseos.
Con cada uno fue una experiencia diferente, un sentimiento diferente, pero a ninguno de ellos los vi venir. Jamás tenía planeado tener a Mikey entre sus piernas o saber cuál era el sabor de Kazutora y Baji, pero el que jamás espere fue el de Takemichi...su lengua simplemente hizo magia con ella.
- Chifuyu
Quería volver hacerlo.
- Oye...
Quería experimentar.
- Fuyu?
Quería sentirlos por completo.
-¡Matsuno!
-¡Ehh!, p-perdon, ¿qué decía Draken-san?.- pregunto con algo de pena.
- te pregunté si prefieres mermelada de fresa o piña.
- el de fresa está bien...
-Chifuyu estás volviendo a divagar, ¿en qué piensas?- pregunto colocando la mermelada de fresa en el carrito de comprás.- llevas dos días perdido en tus pensamientos, me gustaría saber que te trae tan pensativo.
-b-bueno yo...,creo que estoy enfermo.
- enfermo?, ¿Te sientes mal?, ¿Te duele algo?- estaba preocupado, como no me di cuánta que Chifuyu se sentía mal.
- estoy enfermo de la cabeza- lo dije, se lo dije, diablos ahora estoy apunto de llorar.- y-yo...
- Dios fuyu no llores, compraremos una aspirina así no te dolerá tanto.- le comenté quitando las pocas lágrimas que se le escaparon del pequeño rostro.
- no, lo que q-quiero decir es que t-tal vez soy un enfermero mental.
-¿Que?.
-¡No me miré así!, Esto está mal- estaba a punto de colapsar, de seguro ahora me echarán de la casa por pensar en eso, si eso pasaba a dónde iría, con mi familia era imposible así que ellos no son una opción.
