prologo

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Antes de empezar solo quería decir que soy nueva así que esta sería mi primera historia. Si encuentran alguna falta de ortografía o alguna falta de fluidez en la narración les pido perdón y me gustaría que me lo dijeran y así poder mejorar. :)

Por cierto esta es una historia de Quinella y el protagonista que lo conocerán cuando empieza la historia. Haré unos mínimos cambios en la historia no muy relevantes en en el momento que lleguen se darán cuenta.

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Allí estaba yo, sentado en la plaza admirando como pasaban aquellas personas ocupadas con sus tareas sagradas. La verdad...no me interesaba tener una, talvez para otras personas pueda ser divertido si te dan algo de tu agrado pero para mi era distinto ya que sabía cual sería mi tarea sagrada. Un miserable sirviente.

Mi familia es pobre, podría decirse que la clase social más baja así que por generaciones todos mis parientes le han servido a una familia noble. Pronto cumpliría mis 10 años lo cual toda mi libertad se iría a la basura en cuanto llegara ese día.

-Raijin!! -me di la media vuelta al escuchar que me llamaba mi madre.

-¿que sucede mamá? - solo te quería decir que hoy los nobles tendrán una fiesta así que llegare tarde a casa.

Eso ya era una costumbre, siempre era la misma historia probablemente estaría hasta altas horas de la noche esperando a mi madre o a mis hermanas. No tenía padre ya que desapareció un día en el que discutió con un noble talvez era obvio para mí que es lo que paso pero tanto como mi madre y hermanas decían que volvería pronto.

-tranquila mamá estoy acostumbrado estaré bien. -le mostré una de mis mejores sonrisas para que no se sintiera mal por dejarme esperando.

-gracias cariño, me alegro que lo entiendas. -me acaricio la cabeza y se fue devuelta a la mansión de los nobles.

Toda mi infancia fue solitaria, no tenía dificultades para hacer amigos pero prefería no tenerlos por que sabía que algún día no tendría tiempo para pasar tiempo con ellos así que para no tener que despedirme de ellos algún día decidí estar solo.

Nunca tuve la opción de jugar con mis hermanas ya que una vez que crecí ellas inmediatamente les dieron su tarea sagrada de sirvientas. La verdad...envidio a los niños de mi edad que se divierten con sus amigos o incluso a los nobles, ¿quien no los envidiaría?. Tienen todo en bandeja de plata y pueden elegir su tarea sagrada aún que la mayoría elige ser espadachín, siempre me imagine ser un espadachín para convertirme en un caballero de la integridad. Lástima que para mis suerte tendré una tarea de por vida.

De pronto un grupo de 3 niños de mi edad pasaron por delante mío, un chico de cabello negro, una chica cabello rubio y también un chico de cabello rubio. Se les veía muy felices corriendo por la plaza debo admitir que estaba un poco celoso de tener una amistad así. Después de algunos minutos de verlos desde lejos la chica de cabello rubio se despidió de los chicos mientras los otros dos se despedían de vuelta, una vez la chica desapareció de la vista se adentraron al bosque.

No se porque pero inconscientemente empece a seguir a los dos chicos, los escuchaba hacer bromas y reír pero decidí mantenerme callado no quería que pensaran que era un raro por seguirlos. Después de algunos minutos de caminata llegaron a un árbol gigante recuerdo que lo llamaban Cedro Gigas, luego el pelinegro agarro un hacha y empezó a pegarle al árbol, talvez esa era su tarea sagrada lastima que no la podrían acabar dentro de algunas generaciones, es una tarea igual de eterna que la mía pero la diferencia es que se tienen el uno al otro y eso lo hacia más divertido.

Después de algunas horas sentado a los pies de un árbol lejano viendo como hacían su tarea llegó aquella chica que estaba con ellos en la plaza, pero esta vez traía una canasta, vi como la chica los regañaba por que los últimos 2 minutos solo habian estado jugando, después de eso se sentaron en una manta y la chica empezó a sacar comida de su canasta los dos chicos estaban emocionados por la cantidad de comida que ponía en esa manta. y no voy a mentir yo estaba hambriento ya que solo comía una vez al día y cuando mi mamá le rogaba a los nobles y estos estaban de buen humor le daban las sobras, esa era la única manera en la que podíamos conseguir dos comidas al día.

Lo que tanto anhelo. (Sword Art Online: Alicization)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora