1

9.5K 767 169
                                        

3386 palabras

El martes 14 de enero, Jung Hoseok aprendió que las batidoras ruidosas y las resacas no son compatibles.

No había tenido la intención de beber tanto la noche anterior, pero Namjoon y Jimin habían estado en la ciudad y él no había visto a esos tipos en meses. No era como si hubiera quedado destrozado. Había sido consciente de que tenía que estar en el trabajo a las seis de la mañana del día siguiente, pero aun así se las había arreglado para beber lo suficiente como para hacer de las licuadoras de alta potencia su enemigo mortal.

Pero tenía un trabajo que hacer. Y ese trabajo era hacer el mejor batido que pudiera para la mujer de aspecto atareado que esperaba en el mostrador.

"Aquí tiene, señora" Intentó no hacer una mueca de dolor mientras entregaba al cliente su pedido. "Un batido Green Warrior, con una inyección de hierba de trigo"

Miró el reloj. Las seis y media. Por Dios.

No tuvo tiempo de apoyar la cabeza en la atractiva pila de naranjas que había sobre el mostrador. El ajetreo matutino de los días laborables en Straw+Berry solía ser constante hasta las nueve. Jiyeon estaba trabajando con él esta mañana, y eso era genial. Trabajaban bien juntos porque, aunque ninguno de los dos estaba especialmente interesado en este trabajo, se lo tomaban en serio y hacían todo lo que debían hacer. Además, era divertida.

"¿Cuál de éstos malditos batidos cura la resaca?" Hoseok se quejó cuando la tienda estuvo brevemente vacía.

"Uhm, ninguno. Pero supuestamente el de sandía"

"Bien. Me voy a hacer uno de sandía gigante con unos cinco Advils dentro".

"Creo que te refieres a cinco refuerzos de bienestar"

Hoseok se preparó un batido de sandía gigante y se sintió un poco mejor después de beberlo. Se tomó dos Advil.

"Entonces, ¿Qué hiciste anoche?" preguntó Jiyeon.

"Oh, sólo salí con algunos amigos de la universidad"

"¿Si? ¿Son lindos?"

"Nah. No lo sé. No son mi tipo" Yedang era grande y corpulento. Hiesu era todo lo contrario: bajo, delgado, y parecía unos siete años más joven de lo que realmente era.

"¿También son baristas de jugos súper exitosos?"

"Ellos tienen trabajo en su campo. Ambos están trabajando en Busan. ¿Algo de negocios? ¿Seguros? ¿Finanzas? No lo sé. Llevan traje para trabajar"

"Llevas un delantal. Eso es genial"

"Sí, estoy súper orgulloso"

"Y una gorra de balón con una pequeña fresa bordada. ¡Vamos!"

Hoseok le lanzó un trozo de piña congelada.

"Te diré algo, Hobi. Voy a ser amable y a hacer todo el trabajo de preparación en la parte de atrás ésta mañana para que puedas descansar tu bonita cabeza cuando se acabe el ajetreo".

"¿Sí?"

"¡Síp!"

"Eres la mejor y te amo" suspiró feliz.

"Lo sé. ¡Ahora, revive! ¡Vienen mujeres de negocios y quieren coles licuadas!"

Pasó otra hora de ajetreo constante antes de que Hoseok pudiera por fin disfrutar de la tranquilidad que Jiyeon le había prometido. Cuando ella se fue a la trastienda a picar fruta y verdura, él se desplomó en una silla que había arrastrado detrás del mostrador y apoyó la cara contra la pared. Era una pared agradable y fresca.

Cambio de Juego [SOPE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora