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Hoseok se movió como un rayo. Efectivamente, allí estaba Yoongi, llenando la puerta de su modesta casa.

— ¿Yoongi? — Hoseok dijo.

— Hola —respondió Yoongi tímidamente.

Su mamá miró entre ellos. — Bueno. Supongo que será mejor que entres.

— Gracias —, dijo Yoongi. Entró y la madre de Hoseok cerró la puerta tras él.

— ¿Yoongi? — Hoseok dijo de nuevo.

— Sí, lo siento por venir así —, dijo Yoongi. — Conseguí tu dirección de Yewon. Pensé... pensé que tal vez podríamos ir a dar un paseo.

— ¿Un paseo?

— Sí.

Se miraron estúpidamente hasta que su mamá dijo: — ¡Pues ponte los zapatos! Hablo en serio, Hoseok!

Yoongi sonrió, lo que hizo sonreír a Hoseok.

Apareció su papá. — Ah. — Extendió la mano. —Jung Woonsu. Encantado de conocerte.

— Yoongi —, dijo éste, estrechando su mano.

— Sí —, dijo su papá.

— Yoongi, esta es mi madre, Suji.

— Hola —, dijo su mamá, desconcertada.

— Yoongi es mi... amigo —, dijo Hoseok, — Si te preguntas por qué está aquí.

— En realidad —, dijo Yoongi, — Soy su novio.

Hoseok se quedó atónito, pero sonrió a Yoongi.

— Sí —, confirmó, — Estamos... juntos.

— ¡Oh, señor mío! —, dijo su madre, con las manos juntas sobre la boca. —¡Oh, Yoongi, has elegido tan bien!

Todos se rieron, y Yoongi sonrió cariñosamente a Hoseok. — Lo sé, señora.

— ¡Señora! — Exclamó su mamá. — ¡Oh, me gusta!

— Lo siento —, dijo Yoongi, — ¿Estabas cenando? Debería haber llamado antes. Aunque huele delicioso aquí.

— Está bien —, dijo Hoseok, todavía atónito.

— ¿Has comido, Yoongi? — Preguntó su mamá. — Es sólo pastel de carne, pero eres bienvenido a unirte a nosotros.

Yoongi miró a Hoseok. — Si no es molestia.

— ¡No hay ningún problema! Entra —, dijo su mamá. Apretó el brazo de Hoseok con entusiasmo al pasar junto a él.

— Uhm —, dijo Hoseok, — Tal vez deberíamos... hablar. Primero. Por un momento. ¿Arriba?

— Sí —, dijo Yoongi, — Está bien.

— Ya volvemos, mamá —, dijo Hoseok. — Yoongi y yo necesitamos hablar un minuto.

Se sentía mareado y extrañamente nervioso. Hizo un gesto a Yoongi para que lo siguiera, y subieron la estrecha escalera hasta el segundo piso.

Cuando entraron al dormitorio de Hoseok, éste cerró la puerta tras ellos y se giró, dispuesto a escuchar cualquiera que fuera el motivo que había traído a Yoongi hasta aquí. — ¿Qué...?

Eso fue todo lo que Hoseok consiguió decir antes de que Yoongi se le echara encima, aprisionándolo contra la puerta y besándolo con avidez. Hoseok se agarró a todo lo que pudo -la camiseta de Yoongi, su cuello, sus brazos, su pelo- y le devolvió el beso.

Yoongi lo levantó para que las piernas de Hoseok estuvieran a horcajadas sobre su cintura. Lo llevó hasta el escritorio de madera que había estado en el dormitorio de Hoseok desde que tenía seis años, y lo sentó en él. Le abrió las piernas y lo besó más fuerte, presionando a Hoseok contra su estantería.

Cambio de Juego [SOPE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora