Cambio de Juego [SOPE]

20.

— Entonces, ¿Quién es este tipo? — Yoongi preguntó. — ¿Cuál es su historia?

— ¡No lo sé! — Hoseok sonrió. — ¡No lo sé todo! — Se inclinó para leer la descripción del museo sobre el conjunto de armadura de plata ornamentada. — Incheon. Siglo XVI. Un tipo. Un caballero.

— Sólo un caballero al azar, ¿eh? Un caballero bastante pequeño.

— Todo el mundo era pequeño en aquel entonces. Me pregunto si llevaba esto cuando murió.

— Cielos, ¿te imaginas cuánto tiempo debe haber llevado hacer esta cosa? ¿Y tenían ejércitos enteros de estos tipos?

— Probablemente reutilizaron la armadura. Alta rotación de trabajo.

Yoongi se rió de la oscura broma de Hoseok. Yoongi iba de incógnito: una gorra lo más baja posible sin taparle los ojos, una sudadera básica con cremallera de color carbón y unos vaqueros. Hoseok no estaba tan seguro de que su disfraz fuera a funcionar; seguía siendo el hombre más atractivo de cualquier habitación. Iba a llamar la atención como fuera.

Yoongi tenía los hombros encorvados y seguía metiendo las manos en los bolsillos de su jersey, como si quisiera evitar alcanzar a Hoseok.

— Mi padre solía traerme aquí, cuando era un niño—, dijo Hoseok. — Enseñaba historia e inglés en el instituto.

— ¿Así que lo heredaste de él?

— Definitivamente—, dijo Hoseok. — A mi hermana, Dawon, le gustaban más las novelas, pero a mí siempre me interesó la historia.

— ¿Qué es lo que te gusta de ella?

Hoseok no estaba seguro de cómo responder a una pregunta tan enorme. — Es... Quiero decir, es una larga historia. Una historia realmente larga. Y ha habido millones de personas durante miles de años que han ayudado a contarla. Para grabar su propia parte, o para tratar de llenar los vacíos o hacer correcciones a las partes que vinieron antes que ellos. Por ejemplo, algunas personas intentan registrar su historia de forma que los haga quedar mejor, o que haga quedar peor a otra persona. Pero los historiadores trabajan para arreglar eso. Y eso es lo que yo quiero hacer: trabajar para que se cuenten las historias correctas.

— Vaya—, dijo Yoongi. — Eso es genial. Me gusta eso.

Hoseok se encogió de hombros, un poco avergonzado por sus extrañas divagaciones.

— Simplemente lo encuentro interesante.

— ¿Así que los caballeros del siglo XVI no son tu especialidad? —preguntó Yoongi.

Hoseok negó con la cabeza y sonrió. — En realidad, no. Me interesan más los campesinos. Pero los soldados definitivamente me interesan.

— Cuéntame —, dijo Yoongi. — Quiero escuchar todo lo que te interesa.

— Sobre todo me interesa la gente. No tanto los grandes nombres de los libros de historia, sino cómo vivía la gente durante diferentes períodos. En diferentes lugares. Quiénes eran los soldados en las guerras. Quiénes eran los trabajadores. Ese tipo de cosas. Los grupos marginados, especialmente. Gente a la que no se le ha contado bien su historia.

Yoongi asintió pensativo. — ¿Como los gays?, — adivinó.

— Claro, sí. Para empezar. Escribí mi tesis de licenciatura sobre los grupos marginados que son reclutados en las guerras—. Hoseok examinó los detalles de una espada del siglo XVI y esperó a que Yoongi cambiara de tema.

Después de un minuto, Yoongi sorprendió a Hoseok preguntándole: — ¿Tienes una copia en algún lugar? Me gustaría leerlo.

Hoseok le parpadeó. — ¿Quieres leer mi tesis?