𝐒𝐏𝐀𝐑𝐓𝐎𝐑 | El castaño lloraba, lloraba a mares. Lo hizo otra vez, había prometido jamás volver a hacerlo pero lo volvió a hacer, la misma historia se repitió, lo que menos quería era volver a pasar por este sufrimiento, ya no se aguantaba. Ent...
Gonzalo despertó y miro todo a su alrededor. No estaba como lo dejo ayer, estaba todo limpio. Suspiró, no quiere levantarse.
–¡Gonzalo! ¡Son las ocho de la mañana tienes clases!– Grito su madre haciendo que se levantará rápidamente.
El castaño se levantó de su cómoda cama y busco su uniforme. Tomó un baño rápido se vistió y fue al comedor viendo a su madre cocinar.
–¡Adiós mamá! Llegó tarde al colegio–Se despido de su madre con un beso en la mejilla y se fue.
Corría para llegar a la parada de autobús, para su mala suerte su bus se fue y tenía que esperar 10 minutos para que llegue el otro. Mierda.
Se sentó formando un puchero con sus labios ¿Porque siempre le pasaba esto a el?
Sintió una mano en su espalda y miro atrás, Javier, su mejor amigo lo miraba con una sonrisa.
–¿Tarde otra vez?– Y es que no es nada nuevo que el castaño llegué tarde a sus clases, siempre es lo mismo. En toda su vida escolar solo una vez llegó temprano y solo fue porque se cambió la hora en su teléfono.
–Si, por lo que veo tu también– El mayor sonrió.
–Me desvelé jugando videojuegos, la profesora me matará.
–Aaah, a mí me matará la escuela completa, no sé cuándo será el día en que llegue temprano– Suspiró– En mi defensa mi cómoda cama no me deja levantarme– Los dos chicos rieron para luego observar como el bus paraba en frente de ellos. Wooah ¿Ya pasaron los 10 minutos? Ni sé notó.
Los dos chicos subieron y siguieron hablando hasta llegar a la parada de la escuela. Comenzaron una carrera para poder tratar de llegar rápido a la escuela.
En el camino Gonzalo chocó con alguien haciendo que los dos cayeran.
Deja vu.
–¡Perdón, perdón, perdón!– Dijo el mayor ayudando a levantar al desconocido– ¿Te lastimaste?
–No tranquilo– El menor le dedicó una sonrisa que hizo que el contrario cayera rendido a sus pies.
–Nunca te e visto ¿Eres nuevo? – El menor asintió– Ooh, mis modales, mi nombre es Ari Gonzalo tengo 17 años y voy en 2 de preparatoria– Dijo el mayor haciendo sonreír más al bajito por 3 cm.
–Oooh, hola Ari, es un gusto yo me llamo Andrés tengo 16 años y también voy en 2 de preparatoria.
–Es un gusto chocar con un chico tan lindo como tú– El menor río.
Gonzalo cayó en tierra y se dió cuenta que iba tarde a su clases, ayudo al chico a encontrar su salón y vaya sorpresa se dieron al estar en el mismo salón.
Los dos se sentaron en los dos puestos vacíos que quedaban y la profesora inicio su clase.
Un poco más tranquilo reviso la fecha en su teléfono.
14 de mayo del 2019.
Una última oportunidad, tu tercer y última oportunidad.
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