LA FORJA DEL DESTINO -I Parte: Fuegos y Pecados

Capítulo XII: Tragedias, Comedias e Intriga en Modo Shakesperiano

Anteriormente en The Forge of Destiny...

La Orden Damocles Oscuro sin duda alguna ha venido ocultando a la Cofradía de los Ejecutores de Dios su máximo poder; oculto en la manga, tiene varios planes siniestros a fin de completar según su agenda, algo llamado "Apertura Sideral" con la cual planean hacer pasar a este plano una entidad Annunaki muy poderosa, que, sin duda alguna, destruirá por completo la tierra y la civilización humana.

Sin embargo, para ello deben primero tratar de detener a la Cofradía y ésta, desde la llegada de Phillipe Fogg Morgan (quién no es otro que Trinidad un agente del propio Creador que dormitaba en un sueño sempiterno y fue despertado por casualidad por Sir Jonas Buckingham) ha comenzado a cambiar las tornas de la batalla; episodios mas intensos, batallas mas concretas...y misterios más fuertes han comenzado a salir a la luz....comenzando por el asunto de la Reina Isabel II de Inglaterra, quien es una aliada no una enemiga como creían los miembros de la Cofradía, quienes ahora han llegado a Inglaterra luego de una exitosa extracción de dos blancos importantes, Angélica Carolina Parsons y su novio Peter Murakami y de evitar en los cielos de Europa una tragedia...

Sin embargo, parece que las cosas, al llegar al aeropuerto de Heathrow no fueron sencillas...y se pondrán mucho más intensas a cada instante....

Aeropuerto Heathrow. 17:00 horas.

Luego de la salida del guardia real, quien no dudó un momento en hacer algunas indicaciones a los hombres de la seguridad del aeropuerto, quedaron a solas los miembros de la Cofradía quienes no dudaron un momento en hacerle muchas preguntas a Fogg Morgan.

¿Qué demonios acaba de pasar? --dijo sin rodeos Camellero Djinn- !ese sujeto cambió de cara dos veces!

Y no sólo cambió de rostro...--dijo con serenidad Anubis- sino que nos ha dejado en claro que no es un enemigo y la reina no es una enemiga sino una aliada, pues de querer acabarnos quizás ya estaríamos muertos...pero ¿Podemos fiarnos de él señor Fogg Morgan?

Que cambie de cara no me preocupa en lo absoluto...--dijo Artemisa con un bostezo fingido- los hombres siempre son lo mismo, cambian de rostro según les conviene; pero...¿Sabes quién es realmente ese sujeto...Gemnabol? Parecía conocerte muy bien señor Fogg Morgan.

Fogg Morgan, viéndose interrogado por sus propios compañeros, aunque caminaba acompañado de ellos y de los caballeros que estaban esperándoles, se detuvo un momento para darles algunas respuestas.

Bueno...es tiempo de saber cosas pero este no es el momento ni el lugar dama y caballeros...--dijo sin rodeos Fogg Morgan- al parecer si me conoce...y creo que lo conozco...o a los de su clase; en cuanto a sí podemos fiarnos de ellos...eso tendremos que hablarlo...pero me temo que, como dijo el poeta de Strafford-Upon-Avon(*) las paredes tienen oídos y el viento es un traidor que devela secretos...

Si lo dice por nosotros caballero –dijo el sujeto templario teutón quien les acompañaba silentemente al igual que el otro caballero quien llevaba sus armas preparadas por si acaso- no diremos nada...estamos aquí en plan escolta, absolutamente nada más.

No lo digo por vosotros señores –dijo Fogg Morgan mirándoles fijamente con un educado gesto pues pudieron malinterpretarse sus palabras- lo digo por lo exterior....demasiadas personas, mucho barullo...demasiada incomodidad...--dijo señalando a lo lejos patrullas, ambulancias, prensa, y una multitud de gente curiosa preguntándose exactamente qué había pasado- sin embargo, creo que antes de que partamos, ustedes nos cuenten qué demonios sucedió exactamente antes de nuestra llegada.

Estoy de acuerdo –dijo el Jarl Gustav Ericksson- no me desagrada en lo absoluto oír una buena historia.

Creo que coincido -dijo el capitán Armstrong fumando y generando humo con su pipa como locomotora en subida- estuvimos a punto de caer desde el cielo por lo que estaba pasando aquí...creo que nos merecemos saber qué sucedió exactamente.