VII.

176 12 7
                                    

CAPÍTULO 7

PUNTO DE VISTA DE HARRY

Que alivio estar de vuelta. Hogar dulce hogar, ¿cierto? Inhalando este olor a humedad, vómito y pies, siendo capaz de sentarme en esta chirriante cama y polvoriento colchón, atrincherado con enormes puertas autómaticas con absolutamente nada que hacer. Me encanta.

Mis pies se arrastraron por el suelo de cemento duro mientras hacia mi camino hacia dicho colchón, me senté con un prolongado suspiro. Maldición, si una persona perfectamente normal estuviera atrapada en una de estas celdas por una semana, se volvería loco también.

Aquí no hay tratamiento real, no hay buena comida, y si castigos terribles que implican una gran cantidad de azotes. Quiero decir, sabía que Wickendale sería malo, pero esto excedió mis expectativas. La única parte del día en que no me daban ganas de suicidarme era cuando hablaba con Rose. Ella era la única persona sana con la que realmente podía hablar cosas normales.

Había tratado de hablar con ese chico James, una vez, pero parecía nervioso estando a mi alrededor. También parecia reacio a hablar conmigo y pensaba en mi como un bicho raro, sólo respondia con frases cortas.

Decidí que me gustaba Rose. Ella nunca parecia tener miedo de mi, y si lo tenía no actuaba como él. Seguro que ella estaba molesta, pero yo lo estaba también. Aún así me trató como una persona normal y no como un sujeto de psicología.

¿Qué es lo que la mayoría de nosotros somos para estos "superiores" y "sanos" humanos? No somos muy diferentes, realmente. Me gusta pensar que todos estamos locos. Todos tenemos una parte de nuestra mente que se encuentra en un lugar más oscuro y desquiciado, pero algunos de nosotros exploramos esa área más profundo que los demás.

De repente fui sacado de mis sabias filosofías cuando oí pasos resonando en el pasillo. Al principio pensé que no era nada porque mucha gente caminaba en esos corredores, ya fueran empleados o pacientes o visitantes. Pero fue cuando oí las voces cuando empecé a tomar intéres.

"¿Debemos decírselo a la Sra. Hellman?" me esforcé por escuchar el susurró temeroso. Una mujer, creo.

"No. Yo no por lo menos." Otra mujer.

"¡Rosemary tenemos que decirselo a alguien! ¿A uno de los guardias tal vez?"

"Haz lo que quieras Helen, pero yo no me voy a involucrar. Lo que vimos, fue..." casi la podía ver estremecerse. "Fue absolutamente horrible pero no quiero difundirlo. No quiero involucrarme. Sólo quiero olvidar que alguna vez lo vi."

Podía escuchar las voces más cerca cuando agarre las barras de metal de mi recinto, inclinándome hacia delante para tratar de conseguir un buen vistazo de las mujeres anónimas.

"Además, se supone que ni siquiera deberíamos estar ahí abajo. Podríamos meternos en un gran problema." La voz de Rosemary dijo. Ellas estaban muy cerca ahora.

"¡Entonces! No podemos limitarnos a decirle a alguien," Helen dijo.

"¡Sólo dejalo!" ordeno con dureza. "Alguien más los encontrara finalmente."

Como ella dijo esas palabras, las mujeres pasaron mi celda. Caminaron rápidamente y no miraron en mi dirección, por lo que no pude identificar sus rostros.

No podía dejar de preguntarme de que demonios estaban hablando. Algo estaba pasando en Wickendale y yo lo sabía desde el principio. Algo malo. Pero simplemente no podía descifrar que. Y ahora aquí estaban estas dos empleadas, con miedo de algo que habían visto en la institución que solo confirmo mi sospecha. Además, esta es la única cosa emocionante que me ha pasado en días, así que no podía dejar de abrir la boca.

Psychotic [h.s] españolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora