XVI.

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"Eres inocente," finalmente hablé. Y mientras decía las palabras, me di cuenta que una parte de mi lo había sabido todo este tiempo. Pero no lo vi a los ojos mientras hablaba, en lugar de eso miré abajo, a mis pulgares. No quería ver sus ojos, tenía miedo de su respuesta, miedo de estar mal.

"¿Realmente piensas eso?" preguntó, su voz era casi como un susurro. Asentí, aún sin mover la vista de mi regazo.

"Rose, mírame," pidió suavemente.

Colocó sus delgados dedos debajo de mi barbilla, levantándola cuidadosamente, por lo que mis ojos fueron forzados a mirar los suyos. Eran brillantes y de un verde tan profundo, sosteniendo una esencia de confortación. "Tienes razón."

Esas dos palabras fueron dichas con un suspiro sin aliento, como si un tremendo peso hubiera sido removido de sus anchos hombros. Y fue en ese alivio que pude verlo. Pude verlo en su creciente sonrisa, pude identificarlo en sus forestales ojos verdes, pude escucharlo en su grave voz. Estaba diciendo la verdad.

Pero esa verdad, aunque fue bienvenida con alivio, trajo numerosas preguntas. ¿Por qué seguía Harry encarcelado en este horrible lugar? ¿Qué había pasado en realidad con esas mujeres? ¿Harry sabía quién lo había hecho? ¿Acaso la Sra. Hellman sabía que él era inocente?

El nuevo descubrimiento nubló mi mente con incesantes curiosidades, haciendo cuestionarme todo y nada sobre este nuevo Harry, este Harry inocente, que había estado ahí todo el tiempo pero yo había sido demasiado ciega como para verlo.

Así que rápidamente dije las palabras que con esperanza responderían todas mis preguntas. "Creo que me debes una historia."

Punto de vista de Harry

La pequeña sonrisa de Rose se formo conforme me pedía divulgar una necesaria verdad. Tenía que decirle lo que había pasado. Y quería hacerlo. Si alguien más iba a saber quien era yo realmente, esa iba a ser ella.

"Bien," suspiré, inhalando un profundo respiro, preparándome para la complicada historia que estaba a punto de contar. Lancé mi cigarrillo en la papelera, sin querer que las pausas por la nicotina me quitaran más tiempo del necesario. "Bueno, déjame empezar diciendo que no soy un santo ni nada por el estilo. Nunca fui un buen chico, ni por asomo."

Rose asintió, unos hilos de oscuro cabello caían de su moño, sus ojos estaban encendidos con fascinación.

"En realidad esto, uh... está no es mi primera vez en Wickendale," dije.

"¿Qué?" preguntó. "¿Qué quieres decir?"

"He estado aquí antes. Como un paciente mental en el pabellón de niños, solía estar en el segundo piso, creo. Tenía unos doce años."

Las cejas de Rose se levantaron con sorpresa.

"¿Qué hiciste?"

Aunque sabía que esa pregunta era inevitable, tenía temor de contestar. Pero me ponía enfermo mantenerlo para mi mismo, era tiempo de hablar con alguien de los horrores de mi pasado.

"Bien, mi padre solía tratarnos a mi madre y a mi como una mierda. Nos golpeaba y todo. Una noche lo vi dándole una paliza, la estaba ahogando incluso, y estaba malditamente asustado Rose. Estaba enojado, también, y quería hacerle sentir todo el dolor que mi madre había sentido. Lo quería muerto, lo odiaba más que a nadie. Así que una noche estaba ebrio en el sofá, mientras mi mamá estaba trabajando hasta tarde. Tomé combustible y unos fósforos..."

"No lo hiciste," dio una bocanada, su mano cubría su mano con asombro.

"Lo hice," asentí. "Fue una cagada, lo sé. Pero él vive, solo tuvo unas cuantas quemadas. Le dije al departamento de bomberos por qué hice lo que hice, así que ellos llevaron a mi padre a prisión y a mi a Wickendale."

Psychotic [h.s] españolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora