Capítulo 9

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Les seguí sin saber que aquello podría llevarme de nuevo va Shibuya, y a la vez traerme bastantes problemas

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Les seguí sin saber que aquello podría llevarme de nuevo va Shibuya, y a la vez traerme bastantes problemas. Ellos habían salido del hotel, y vagaban por aquellas calles, nadie se les acercaba a aquel grupo de adolescentes con chaquetas de alguna pandilla. Cuando llegaron a un callejón se encontraron con un chico de pelo blanco y un chico de pelo negro con una cicatriz en el ojo, estuvieron hablando durante horas. En cierto momento, muchos empezaron a irse y yo intenté esconderme para que no me vieran.Solo quedaban los dos chicos que se habían encontrado, Sanzu, Mutō y los hermanos Haitani. Y seguían hablando, no estoy segura si hablaban de algo de esa pandilla que tienen. Había escuchado varias cosas, querían pelear contra Toman y secuestrar a Kokonoi, un chico que conocí.

En la actualidad aún tengo contacto con él y con Manjiro. Gracias a ellos se cómo están esos dos hermanos... En fin, al cabo de unos minutos el chico de pelo blanco habló lo suficientemente alto como para que le escuchara.

- Tu, la chica de allí. Ya puedes salir, y dar explicaciones o sino... Sabes no me importaría acabar contigo si piensas arruinar nuestros planes.

- He no, no. Yo no quiero arruinar nada es solo que...

¿- Nos estás siguiendo vecinita?

- No, Ran no os estoy siguiendo.

- Ya claro.

¿- Nos la llevamos a...?

¡- No!- Ese tal Izana, miro a Sanzu mal.

- Nosotros nos encargamos de ella.- Dijo Rindou pero está vez no fue de la misma manera que siempre, es decir fríamente. ¿Tenía un tono juguetón? Y su mirada decía algo, pero no estaba muy segura de que exactamente. Y tampoco quería preguntar.

- Yo solo...

- Cállate.- Ordenó el chico de pelo blanco.

- Vamos Izana no seas tan...- Ran no terminó su frase e Izana le contestó bastante mal.

¿- Tan que?

- Nada. Es igual, Akkira nos vamos.- Los dos hermanos se dirigieron hacia donde yo estaba. Yo no podía reaccionar. ¿Ran Haitani le temía a alguien?

- Vamos.- No era ninguna invitación, ni advertencia. Era una orden. Al final conseguí moverme y seguí a los hermanos hasta dónde estaba su casa y mi piso...

- Y-Yo me voy...

- Vives aquí.¿Donde vas?

- No se nota porque ha sido poco rato... Pero se ha quemado el piso, hasta que vengan a arreglarlo mañana voy a estar en ese hotel...

- Así que se te han quemado esos macarrones.- Comentó Rindou riendo.

¿- Me estabais espiando?

- No, eso tú.

- Para vuestra información, no os estaba espiando, almenos no a vosotros.

¿- Así que espiabas a Sanzu?

- No. Era solo curiosidad.

- Ya claro. Puedes quedarte con nosotros esta noche.

- No quiero ser una molestia.

- Oh, no eres una molestia preciosa.- Dijo Ran, acercándose a mí.

- Puedes venir siempre que quieras.- Empecé a pensar que aquellos hermanos sí que eran peligrosos, pero la verdad no quería volver a caminar todo el camino hacia el hotel.

- E- es igual...

- Estás segura, es muy tarde para que vayas sola hasta el hotel.- Dijo Rindou abrazándome por la espalda.

- Y-yo.

- Hermanito la ponemos nerviosa

- N-no és ver-verdad.

- Ya claro...- Sin darme cuenta, aquellos hermanos me habían llevado dentro de su casa.

- No sé vosotros, pero yo quiero dormir.

- Si quieres puedes dormir en la habitación de invitados, si no... Puedes dormir aquí con nosotros.- Ran Haitani me había acorralado, mi espalda estaba chocando con la pared y Ran estaba delante de mí. Su brazo estaba apoyado contra la pared, pero no para proihburme salir, ya que en la forma en la que se había colocado podía salir en cualquier momento si este no se movía.

-Y-yo creo que me voy...- El mayor río por lo bajo, y se apartó.

- Te llevo al cuarto de invitados.

- Gracias...- Ran estaba riendo, quizás mi reacción le había causado gracia. No lo sé, pero aquella fue la primera de las muchas veces que estaría en aquel lugar.

 No lo sé, pero aquella fue la primera de las muchas veces que estaría en aquel lugar

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El último abrazoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora