Música【 ItaFushi 】

A solas

AVISO NSFW : Nunca he escrito este tipo de cosas sooo no esperen mucho😔 Y gracias a todos los comentarios que me dejan diciendome cosas lindas por mi narración, me hacen muy feliz :')

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A Itadori le encanta leer y a Megumi le encanta Yuji, solo por él podría pasar horas observando al pelirosado leer páginas y páginas de cualquier saga, le basta con ver esas expresiones de sorpresa cuando hay un giro en la trama o de felicidad con el protagonista tiene un final feliz.

Últimamente a Fushiguro le ha interesado otra cosa, sus muecas, como se muerde el labio con una sonrisa o como cuando se moja los labios con la lengua después de estar minutos con la boca en la misma pose.

Megumi no aguntaba más viendolo, quería atención, ¿Tan malo era eso? Quería callar a su novio y enseñarle lo que es el amor y no através de un libro.

Con suavidad se levantó del sillón de tres plazas en el que se encontraban los dos, le apartó el libro dejandolo a un lado, y se colocó encima de él ocupando el lugar del objeto de páginas y tapa dura.

- ¿Gumi? - Un Yuji muy sorprendido agarró de la cintura a su novio con rapidez, no quería que se cayera en un movimiento inesperado y se hiciera daño.

Las manos blanquecinas de Fushiguro se posaron en el lindo rostro de su pareja, acariciando el lugar de sus hoyuelos hasta bajar a sus labios, sus ojos no tardaron en seguirle el ritmo a sus pulgares.

- Yuji... - Megumi dejo escapar un susurro contra sus labios.

Sin avisar, los labios de Itadori se encontraban pegados a los del contrario, como dos piezas de un puzzle.

Las manos del rosado sujetaron con fuerzas las caderas de su novio moviendolas de arriba a abajo disfrutando su figura.

Por el contrario los dedos del pelinegro se entrelazaban entre ellos en la parte trasera de la cabeza de Itadori, dejandolo sin escapatoria.

Los besos cortos y cariños pararon, y los labios de Yuji pasaron al cuello, lamiendo y mordiendo, haciendo suspirar al pelinegro.

La temperatura empezaba a subir para ellos dos, aún en medio de invierno la ropa les empezó a estorbar. El de ojos marinos molesto, le arrebató la camisa al contrario y le volvió a besar meneando las caderas, comenzó abajar, dejando un recorrido de chupetones y mordidas.

Una tarde en vacaciones de invierno, casa sola, mientras la familia se va a pasar la tarde en algun lugar de la ciudad, y ellos deciden quedarse en casa, tiempo para estar solo.

Una habitación, dos jovenes enamorados, un silencio interrumpido por suspiros y gemidos, muebles pidiendo ayuda através de crujidos.

Un largo suspiró salió de la boca del pelirosado acariciando el rostro de Fushiguro, quién mientras se quitaba los pantalones, el otro se ponía un preservativo.

Agarró la cara de Megumi una mano mientras con la otra introducia su miembro en él. Un gran jadeo de sorpresa salió de entre sus labios que se encontraban rojos de la saliva y mordidas que el otro le había ocasionado. - ¿Estás bien?

Asintió como pudo y suspiró, comenzó a moverse de arriba a abajo, agarró las mejillas de Itadori, se daban besos con suspiros y jadeos de por medios.

Llegó un punto donde la lentitud molestaba, necesitaban más, y así fue. Las manos de Itadori agarraron con fuerza las caderas de Megumi, recostandole en el sofá con delicadeza, que se fue nada más el pelinegro toco el cuero de aquel mueble con su espalda.

Había vapor en esa habitación, gracias a Dios que no estaban en la sala de estar, si no iba a ser incómodo luego estar ahí con su familia.

- YUJI

- MEGUMI

Y con tal sincronización se acabó el acto, cansados y sudorosos se abrazaron descansando aunque sea 5 minutos, para después tener que ducharse, probablemente juntos.

- Itadori.

- ¿Mhm?

- Te amo.

- Yo también te amo. - Juntaron sus frentes y sonrieron, estaban felices, era lo único importante.

También fue importante el castigó que les cayó de sus familias por no abrigarse y resfriarse.

Si tan solo supieran...

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