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Me gustó la silueta, los contornos redondeados y la estética. Era un bolso magnífico de esos que te enamoran a primera vista y que, luego, descubres que es muy costoso. Podía jurar que era un modelo de colección. Esa mujer, aunque era muy atractiva, no cuidaba muy bien algo tan valioso. La forma en la que clavaba las uñas en el material le ponía los nervios de punta.

Tomé una copa de espumante de la bandeja de un mozo y emprendí mi camino. La barra no quedaba tan lejos, el material de cuero se volvía más brillante a medida que avanzaba. Quería charlar con ella, insinuarle algo sobre el bolso y, tal vez, comprárselo.

LO QUIERO EN PRIVADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora